VEINTITRES

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El anochecer se había apropiado de todo el cielo para cuando los fotógrafos terminaron con su apretada agenda.

El primeo en entrar a la sala de descanso fue Kihyun, seguido de Hyungwon a pocos pasos de distancia, y cerraba el trayecto Hoseok en la retaguardia. A medida que iban moviéndose por la habitación y detectaban el pequeño bulto en el sillón, uno a uno, detuvo sus pasos y sonrió con ternura al notar las orejitas apenas asomaban de entre los abrigos.

Kihyun rio bajito y se acercó un poco más con la intención de despertarlo. Llamó su nombre en tono suave y se inclinó encima de él cuando Hoseok le llamó la atención, interrumpiéndole.

—Espera, no le despiertes. Déjalo que duerma un poco más... —Hoseok estaba terminando de guardar sus muestras y su cámara en el estuche del bolso, pero le dio un breve vistazo al sillón—. No ha dormido casi nada en estos días y debe estar realmente agotado, le hará bien recuperar unas horas de sueño.

Para cuando terminó de hablar, Hoseok había terminado con sus cosas y se había acercado a un lado de Kihyun para observar con atención al menor. Llevó una de sus manos a la coronilla de su cabeza y acarició sus cabellos suavemente, deleitándose con la sonrisa timida que se le dibujó en sus labios entre sueños.

Kihyun solo los miró en silencio y se incorporó con una risita baja, para luego ocuparse de sus propias pertenencias antes de retirarse. Allí le esperaba Hyungwon con su bolso entre manos y esperando por él para ayudarle. Acarició su mejilla con el dorso de su mano y se entretuvo varios minutos junto a su híbrido en lo que se alistaban para la vuelta a casa.

—Bien, hemos terminado, podemos irnos —dijo entonces, un cuarto de hora después.

—Yo también estoy listo —agregó Hoseok, volviendo su mirada al sillón. Changkyun aún descansaba comodamente entre sus abrigos.

—Wonnie... —llamó Kihyun, sintiendo la mirada del nombrado sobre él—. Ayuda a Hoseok con el pequeño para llevarlo al auto, lleva sus bolsos en lo que yo acomodo y cierro el lugar.

Hyungwon asintió con una sonrisa y se movió de su lado para ocuparse de lo solicitado. Al mismo tiempo, Hoseok les agradeció por la ayuda y se inclinó sobre Changkyun para desenterrarlo de sus mantas improvisadas. Pasó el abrigo correspondiente a cada dueño y luego se puso el propio; con el último que quedaba, envolvió el menudo cuerpo del híbrido y lo tomó cuidadosamente entre brazos.

En el instante en que sintió los movimientos a su alrededor, Changkyun buscó de acurrucarse más cerca de su cuerpo y terminó por esconder su rostro muy cerca del hueco de su cuello. Hoseok notó la leve inspiración que el hibrido hizo contra su piel y el notable relajamiento de su cuerpo luego de eso. Murió de ternura cuando una de sus delgadas manos se aferró a su abrigo con firmeza.

Una vez todos listos para partir, se encaminaron por el pasillo hasta el estacionamiento donde dejaban siempre sus vehículos. Con ayuda de Hyungwon nuevamente, Hoseok se encargó de dejar a su huésped en el asiento de acompañante y luego se ocupó de sus bolsos para liberar la tarea del otro hibrido. Cuando Kihyun se les unió en el estacionamiento, se despidieron brevemente y luego de agradecerles una última vez, subió de su lado para arrancar el auto y emprender el viaje.

Por suerte, a esa hora ya era poco el tráfico que se movía por las calles, no tardaría mucho en llegar a su hogar. Las luces brillantes y coloridas decoraban en paisaje nocturno de la ciudad y el mayor se entretuvo con los interesantes paisajes improvisados que se le iban formando frente a sus ojos a medida que avanzaba por la acerca. Entre semáforo y semáforo, Hoseok aprovechó para observar a su lado y revisar al pequeño dormilón que ahora se encontraba acurrucado de lado y con un dulce puchero apretado en sus labios.

Café, caricias y ronroneos II WonkyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora