UNO

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Era temprano por la mañana de aquel martes y Hyunwoo llevaba varios minutos esperando fuera, sentado en el pequeño escalón de la puerta principal del café donde trabajaba como encargado de la cocina desde hacía dos años.

Intrigado, y ligeramente irritado, mas no extrañado por el retraso de su jefe, el castaño soltó un corto suspiro que se transformó en vapor al chocar con el frío aire de la mañana y tomó su celular del bolsillo de su abrigo para intercambiar una serie de mensajes en el grupo que tenían del trabajo.

No se resistió a dejar salir la risa cuando Minhyuk mandó un mensaje casi indescifrable por el sueño avisando que ya estaban en camino, seguido del pequeño Changkyun delatando a su cuidado por haberse dormido. Bloqueó su teléfono y lo deslizó hasta el fondo del bolsillo de la chaqueta, cuadrando los hombros para resguardarse un poco de la brisa matutina y bufó al pensar que debería esperar unos cuantos minutos más en ese clima gris.

Un cuarto de hora después, Hyunwoo, de tez morena y altura considerablemente alta, se cruzó lentamente de brazos cuando, finalmente, les vio doblar la esquina y casi tropezar con sus propios pasos por las prisas.

Su buen amigo y colega, Minhyuk, liderando la marcha con el rostro sonrosado por el esfuerzo y sus cabellos rubios en un cómico alboroto de mechones despeinados y, unos pasos por detrás, su joven y adorable híbrido Changkyun, con ambas manos dentro del bolsillo de su bomber negra, sus orejitas pegadas al castaño cabello de su cabeza, y su cola atigrada moviéndose nerviosamente de un lado al otro a su espalda.

Hyunwoo le miró serio, en un fingido enojo, y luego les sonrió lentamente cuando los tuvo enfrente. Se hizo a un lado, dejándole paso a su jefe para que pueda abrir el local y llevó su diestra, lentamente, hasta la coronilla de la cabeza del menor.

Respetando su espacio, esperó a que Changkyun fuera quien acortara la poca distancia entre ellos, de esa manera su saludo fue completado con unas breves caricias entre las orejas.

Finalmente, "Flower Cafe" abría sus puertas un día más para recibir a sus clientes, nuevos y viejos por igual, con una bebida caliente que les permita descongelarse y disfrutar de dulces delicatessens.



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Minhyuk pensó que su día no escalaría aún más en dificultad luego de tal desafío como lo fue despertar esa misma mañana -gracias a los efectivos y numerosos pellizcos de Changkyun- pero, con el correr de unas horas, supo que se había equivocado...

Por el amplio y luminoso ventanal de estilo industrial que conectaba con el pequeño patio interior del lugar, el rubio vio como su pequeñín atendía algunas mesas que acababan de ser ocupadas por nuevos comensales, para luego limpiar dos más que, por el contrario, acababan de ser desocupadas hacía pocos minutos.

Cuando el joven felino se acercó a la barra interior, para dejar sobre la ventanilla que conectaba con la sección de cocina una charola con los trastes sucios de esas mesas desocupadas, Minhyuk le sonrió y llamó su atención con un leve gesto de mano. él asintió, dictó rápidamente las órdenes que había tomado y se acercó donde el rubio estaba.

—Aquí tienes, nuevo pedido —le dijo, pasando por encima de la barra de los cafés una nueva charola, ya preparada para ser llevada a una de las mesas del patio.

Changkyun asintió con la cabeza luego de revisar el número que correspondía con la mesa a la cual debía llevar el pedido y se giró para regresar al patio. Minhyuk se le quedó mirando con ternura hasta que traspasó el marco de la puerta y luego se concentró en la máquina para seguir preparando las bebidas calientes solicitadas anteriormente.

Café, caricias y ronroneos II WonkyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora