Café, caricias y ronroneos II Wonkyun

DOCE

Luego de aquel inesperado y sorprendente momento en la cocina, Minhyuk regresó al café junto a su pequeño y retomaron sus actividades previas. Changkyun se ocupó de algunas mesas ocupadas mientras que el rubio ocupó su lugar en la caja.

Aquel día no había tantos clientes, por lo que, al cabo de poco tiempo pudo sentarse cómodamente en la barra acompañado de su híbrido, quien continuó con sus tareas escolares. Minhyuk entonces tomó su teléfono y se puso a organizar sus archivos y fotografías.

Sonrió con ternura cuando se encontró con una foto que Changkyun le había sacado a escondidas e, incapaz de resistirse, terminó subiéndola a sus redes sociales. Minutos después, recibió un mensaje en respuesta y su sonrisa tembló por los repentinos nervios; DoDo había visto su estado y le había parecido adorable.

Rápidamente, comenzaron una conversación casual, como solían tener entre ellos, donde ella le preguntaba por el pequeño y Minhyuk consultaba por su trabajo, ella le contaba sobre los casos del dia -hoy específicamente se trató de un híbrido conejo que, por el susto de un accidente, se transformó y no quiso volver a ser humano por unas cuantas horas- y el rubio, interesado por ello, le preguntaba al respecto.

Era tan agradable hablar con ella, siempre tenía algo que agregar a sus charlas, sin embargo, a Minhyuk le costaba un poco más el pensar que decir o agregar para evitar dejarse en vergüenza con ella. Se distrajo por un segundo pensando que más contarle de su día cuando su teléfono comenzó a sonar al entrarle una llamada repentina.

Frunció el ceño al ver la identificación y reconocer el nombre del encargado del bloque de edificios donde vivía junto con Changkyun. Con un rápido movimiento de muñeca, atendió la llamada y llevó su celular hacia su oreja para escuchar lo que tenía que decirle aquel hombre.

Pasados unos minutos, sintió un mal sabor de boca y la preocupación instalándose en la boca de su estómago. Alzó la vista y se encontró con la parejita recién formada en su cocina sentados y hablando cariñosamente en una de las mesas cercanas a la barra.

—Oigan, tortolitos... —les llamó, obteniendo su atención casi inmediatamente—. ¿Pueden acercarse por un momento? Necesito una opinión.

Su rostro debió anticiparles que algo no tan bueno había sucedido, porque tanto Hyunwoo como Kihyun se acercaron y le miraron con cierta preocupación en sus respectivos rostros, sentándose frente a él, del otro lado de la barra.

—¿Qué sucede, jefe? —preguntó entonces Hyunwoo.

Minhyuk suspiró y luego pasó a explicar lo sucedido.

—Me acaba de llamar Shingdong, el encargado de mi edificio, y me avisó que mañana tenían programada una revisión de las instalaciones del gas y una fumigación para las plagas... —miró a sus amigos, quienes claramente no habían detectado el problema aún, por lo que agregó: —Es obligatorio que desalojemos los departamentos por una semana hasta que terminen con todo.

—¿Cómo puede avisarte tan sobre la hora al respecto? —se quejó Kihyun, ahora comprendiendo la preocupación de su amigo.

El rubio simplemente se encogió de hombros, su encargado no era el más atento de todos y, al menos esta vez, sí recordó avisarle con algunas horas de antelación y no el mismo día.

—Sabes que puedes quedarte en mi departamento, el problema en realidad es... —dijo Hyunwoo, dejando en el aire sus palabras a la vez que posaba su mirada discretamente sobre el híbrido que, desde hacía varios minutos atrás, les miraba en silencio pero preocupado, su libro ya olvidado entre sus manos.

Minhyuk volvió a suspirar de frustración y asintió con la cabeza, llevando una de sus manos al cabello de su pequeño para acariciarle.

—Lo sé, y lo agradezco, pero Changkyunie no puede ir allí...