Café, caricias y ronroneos II Wonkyun

DIECINUEVE

Mas tarde esa mañana, Kihyun retuvo un bostezo entre los labios mientras veía atentamente la pantalla de su telefono. Una pequeña sonrisa se le escapó al ver el saludo matutito de Hyunwoo que ya era costumbre entre ellos.

Sin poder resistirse, aprovechando el pequeño tiempo muerto entre una sesión y otra, el castaño tecleó unas cuantas veces contra la pantalla y luego se llevó el celular a la oreja, esperando a que el mayor atendiera su llamada.

—Buenos días, cariño —dijo Hyunwoo nada más atenderle, lo que le hizo ampliar la sonrisa.

—Hola, lindo... Respondiendo a tu pregunta anterior, todavía tengo sueño —le dijo él entonces.

—Oww, pobre de ti, ¿hay mucho trabajo hoy?

A Kihyun le encantaba tanto que al mayor se le hiciera tan sencillo sacar un tema cualquiera de conversación y mostrarse realmente interesado por lo que él le tuviera que decir al respecto, de verdad, Hyunwoo era siempre tan atento con él...

—Bueno, sí, pero no tanto como otras veces...

—Podrías tomarte una siesta luego de almorzar, de esa manera recuperas tus fuerzas, cariño.

—Es buena idea —Kihyun rio frente a la propuesta y luego hizo un breve silencio, un pensamiento repentino se le cruzó y tuvo una idea inesperada—. Hyun, yo... Bueno, me gustaría...

—Sí, dime, ¿qué sucede?

Kihyun mordió su labio, repentinamente nervioso, y luego desistió de la idea, consumido por la timidez.

—Vamos, Ki, dime que ocurre...

—No, está bien, era una tontería...

Hubo un nuevo silencio en la linea, esta vez por parte de Hyunwoo, lo que hizo que Kihyun se sintiera repentinamente nervioso y preocupado por su reacción. ¿Habría sido buena idea siquiera sacar este tema a colación?, mejor sacaba algo nuevo para seguir hablando. Retuvo la respiración cuando Hyunwoo volvió a hablar con aquel tono sereno pero firme que le derretía por dentro.

—Kiki, puedes decirme lo que sea, ¿bien?

Entonces, no tuvo más que hacerle caso y, tomando aire para hablar, soltó todo aquello que tenía en mente sin dejar espacio ni tiempo a las palabras.

—Queríainvitarteaunacena, unacita, loquesea, perocontigo...

Un nuevo silencio, de parte de ambos. Kihyun sintió su nuca arder pro la vergüenza con cada segunda que pasaba ya nadie se atrevía a volver a hablar.

Finalmente, una burbujeante y aspera risa sonó del otro lado y Kihyun se desconcertó frente a ello.

—Kiki, eres un tonto, ¿ sabías?

—¿Sabes qué?, olvídalo... No me vuelvas a llamar, ¿okey?

Estuvo a punto de cortarle, el orgullo y la humillación repentinas que sentía hicieron que su lado caprichoso y resentido saliera a la luz al instante, cuando escuchó como Hyunwoo le llamaba con un sin fin de apodos tiernos y bochornosos, por lo que se llevó el aparato de nuevo a la oreja y escuchó con atención.

—He dicho que si quiero, tontito... No te enojes conmigo, pulguita, solo que pensé que era algo grave y no que estabas intentando invitarme a salir, vamos, cariñito, respóndeme... Se me queman las galletas en el horno, cariño, no quise reírme de ti, solo me dio muchas ternura...

—¡Está bien, tenemos una cita! —chilló por la emoción, el orgullo nuevamente escondido en lo más oscuro de su ser, sustituto por la felicidad plena.