TRECE

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Tras haberse explicado de la forma más caótica y enrevesada posible con la bonita castaña, DoDo terminó comprendiendo que él no la había ignorado sino que realmente había sucedido algo repentino que tuvo que solucionar, como era de esperarse ella fue muy comprensiva con Minhyuk y le propuso salir a tomar algo como amigos, para que le contara mas al respecto. Finalmente, concretaron encontrarse para desayunar en la mañana del sábado para hablar sobre ellos y sus vidas de forma más tranquila.

O por lo menos así pensaba Minhyuk, la verdad es que los nervios le atravesaron el cuerpo toda aquella tarde hasta que llegó la noche y tuvieron que regresar a su departamento junto a Changkyun, cuando recordó lo que sucedería con su pequeño a partir de mañana.

Intercambiaron una breve mirada en silencio cuando entraron a la sala y, prontamente, el híbrido se encaminó a su habitación para tomar su pijama y meterse a bañar, mientras tanto, Minhyuk comenzó a armar su bolso con lo indispensable y necesario para esos días lejos de su hogar antes de ponerse a preparar la cena. Una vez ya limpio, Changkyun también organizó sus cosas y se preparó lo que debía llevarse consigo a lo de Hoseok, tanto para estar allí como para atender a sus clases.

Se encontraron otra vez en la cocina y cenaron juntos, en un cómodo silencio, a veces interrumpido por comentarios por parte del rubio, mientras veían una película que Netflix les había recomendado al azar y parecía entretenida. Al terminar, el pequeño se ofreció a lavar todo y luego le avisó al mayor para que este pudiera bañarse tranquilamente.

—Ya terminé, Kyunie —Avisó Minhyuk al entrar a la sala donde el menor descansaba en el sillón con un libro a medio terminar entre sus manos.

Changkyun le observó secarse el cabello con sacudidas torpes de la toalla para luego sacudir la cabeza hacia los lados y sonrió divertido. Al encontrarse con su mirada, Minhyuk le devolvió la sonrisa y luego salió para dejar la toalla en el lavadero.

Sin embargo, la vocecita murmurada de manera tímida de su pequeño le hizo detener los pasos a medio camino.

—¿Puedo dormir contigo esta noche?

El corazón de Minhyuk se estrujó dentro de su pecho. No estaban acostumbrados a pasar tanto tiempo separados el uno del otro y, aunque Changkyun no se lo dijera en voz alta, él sabía que su pequeño estaba temeroso de esta separación.

Se giró a verle con una nueva sonrisa para regalarle pero el híbrido no le estaba viendo, mantenía su vista atrapada dentro del libro que "estaba leyendo", lo que le generó más ternura y tristeza a la vez. Su pequeño...

—Por supuesto que puedes, bebé —le aseguró, recibiendo ahora sí su mirada con una emocionada sonrisa, con hoyuelos incluidos.

Una hora después, ambos estaban dentro de la cama del mayor, Minhyuk abrazando al menudo cuerpo de su compañero quien se aferraba de sus ropas mientras ronroneaba por lo bajo, distraído con las caricias que Minhyuk le estaba haciendo en sus orejitas y cabellos. Cuando finalmente se durmió, el rubio le cobijó con las mantas y besó su frente luego de mirarle por un momento en silencio.

Luego se acomodó mejor sobre su lado e intentó seguirle al mundo de los sueños. Antes de ceder al cansancio, se mentalizó en que nada malo sucedería mientras estuvieran lejos, sabía que Changkyunnie era fuerte y no estaría solo, cuidarían bien de él.



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Changkyun miraba continuamente el reloj de pared que decoraba el café, su turno casi estaba por terminar y debería de ir al estudio fotográfico para encontrarse con Hoseok, pero había demasiada gente en el lugar y el personal estaba un poco ajustado... Por lo que decidió extender un poco su turno y darles una mano con los clientes, esa fue la excusa que se permitió tener para no irse todavía.

Café, caricias y ronroneos II WonkyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora