Café, caricias y ronroneos II Wonkyun

SEIS

Durante los primeros días, tras la insistencia de Minhyuk para que el híbrido se quedara en casa e hiciera reposo, Changkyun se la pasó durmiendo, leyendo, comiendo algún que otro aperitivo y no mucho más.

Pero el aburrimiento y la monotonía pronto lo colmó y, luego del fin de semana, le pidió a su compañero para volver a trabajar en el café, aunque solo ocupara el turno tarde. De todas maneras, pronto debería comenzar a estudiar otra vez y no tendría tanto tiempo libre como antes para ayudarle, así que, a regañadientes, Minhyuk terminó cediendo a su pedido, con la condición de que no se exigiera demasiado.

Ese mismo martes, Changkyun se encontraba en su puesto regular en la barra del café de su cuidador como de costumbre, intentando comprender aquel capítulo del libro que leía pero sin conseguirlo. Si bien el ambiente estaba tranquilo y no tan sobrecargado, el hibrido aun sufría de pequeños momentos de fiebre que lo dejaban ligeramente aturdido, como en ese preciso momento, por lo que suspiró y desistió de su lectura para descansar su rostro contra sus manos. Teniendo ambos codos sobre la madera de la barra, no lo hizo sobre sus palmas, más bien, se apoyó contra el dorso de estas en un tierno gesto felino y típico de él.

Así se quedó por unos segundos, ocultando sus ojos sensibles de la luz y esperando que su malestar disminuyera un poco. Hasta que sintió unos pasos acercarse hacia él y se tensó ligeramente.

—¿Estás bien?

Reconoció la gentil voz y, sorprendido, alzó con rapidez su rostro para encontrarse con la preocupada mirada de Hoseok en él. Changkyun, sin saber bien qué decir o hacer, atinó a asentir suavemente.

Hoseok, quien acababa de ingresar al local minutos antes, se mantuvo observándole en silencio para luego, con movimientos medidos, alzar su mano derecha en dirección al rostro del menor. Changkyun interpretó en su mirada que le estaba pidiendo permiso para tocarle y, si bien en un primer momento se tensó y buscó evitarle, el estar tan aturdido por la fiebre no le hizo reaccionar a tiempo y terminó sintiendo el leve roce de sus dedos sobre la frente.

—Estás hirviendo, ¿Estás enfermo, Changkyunnie? —le preguntó mientras retiraba la mano para tomar asiento frente a él del otro lado de la barra.

Changkyun asintió apenas. —Gripe —dijo luego, con voz ronca y más grave de lo normal—. Desde hace unos días. Hoseok abrió ligeramente sus ojos por la sorpresa que le generó aquel tono retumbante.

—¿Has ido al médico? ¿Estás tomando algún medicamento, verdad? —preguntó el mayor, buscando con la mirada a su alrededor para encontrar a Minhyuk. Conocía bien a su amigo, sabía que si él estaba enterado del estado del pequeño híbrido no le dejaría estar sufriendo así sin más.

El tímido asentimiento de cabeza de su acompañante se lo confirmó y eso le dejó un poco más tranquilo. Regresó su mirada otra vez al jovencito frente a él y, casi sin pensarlo, buscó de tocarle otra vez para acariciarle las orejas, sin embargo, vio como el híbrido le tomaba por la muñeca con una de sus manos. Su agarre no era fuerte ni duró mucho tiempo, fue casi como un reflejo, porque pronto bajó su mano y terminó aceptando sin más sus caricias.

Aquel gesto dócil y sumiso le sorprendió al mayor, casi no creía que Changkyun le hubiera dejado tocarle tan fácilmente. Kihyun le había explicado alguna que otra cosa acerca de la personalidad de aquel felino, era muy diferente a estar en compañía de Hyungwon, quien continuamente buscaba muestras de afecto y atención de él... ¿Su cambio de actitud ante él sería por la propia fiebre?

Como fuera, Hoseok siguió rascando entre sus orejitas por unos minutos más, muy encantado de verle, con los ojos cerrados, inclinar su cabeza dependiendo el punto donde él le acariciara. De cierta forma, le causaba mucha ternura verlo así.