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"¿maternal? no eso no"

1989

Hacía poco el pequeño había cumplido sus once años y eso también trajo la carta de aceptación de Hogwarts.

Sentía tanta emoción, como la vez en la que ella la había recibido.

—¡Felicitaciones! —lo abrazó con fuerza, el se tensó al instante pero uno de sus brazos palmeo su espalda.

—Si, bueno ya quítate, pareces mi mamá —rodo los ojos y rio por lo bajo.

Pocas veces lo escuchó reír, pero siempre le generó una sonrisa a ella también, no quería que el se sintiera tan abandonado como lo estaba ella.

—Bárbara... yo también quiero un abrazo —también estaba el pequeño rubio, la pareja Malfoy habían ido a comprar una que otra cosa para Tom.

—No, me esta abrazando a mi —el otro lo miro mal al niño y la sujetó con fuerza.

—Bueno, tú me dijiste que te soltara —salió de su agarre y se acercó hasta el rubio y lo sentó sobre su regazo.

El pequeño Draco era una ternura y muy amable, pero parecía cambiar cuando su padre estaba cerca.

[...]

La noche antes de que Thomas se marchara.

El chirrido de su puerta la despertó, pestañeo varias veces para acostumbrar sus ojos a la oscuridad que se apoderaba del lugar.

Se levantó un poco y casi se infarta al ver una figura acercarse a su cama.

—¿Puedo dormir contigo? —no podía verlo, pero reconoció su voz y se quedo más tranquila.

—¿Qué te pasó? —preguntó con voz ronca y cerro los ojos.

—No me quiero ir —su tono de voz era avergonzado— ¿Puedo dormir contigo? —volvió a insistir.

—Si, ven —le hizo un lugar para que el se acostara donde estaba ella, cuando se alejó las sábanas estaban más frías del otro lado.

El pequeño se cubrió con las sábanas y suspiró, tiritaba del frío e inconscientemente se acercó a ella, su calor lo reconfortó.

Su presencia lo hacía estar más cómodo, pero obvio nunca se lo diría.

—¿Por qué no quieres irte?

—Porque me agradas —se giró dándole la espalda pero todavía pegado a ella.

Sonrió somnolienta— Tu también me agradas, además no vas a salvarte de mi tan fácil, voy a escribirte y espero que tu también lo hagas.

El brazo de Bárbara frotó el del pequeño que había dejado de temblar por el frío.

—Claro que te escribiré —bostezó antes de que sus ojos se empezaran a cerrar lentamente.

La verdad era que iba a extrañar la compañía de Bárbara, extrañaría todo de ella.

[...]

Cuando Bárbara despertó sintió la cama vacía, supuso que el niño había ido a desayunar.

Estaba tan cansada que decidió descansar unos minutos más.

Las cortinas de su habitación se abrieron haciendo que la luz diera con fuerza en su rostro.

Lloriqueo y se cubrió la cara con las sábanas.

—Bárbara, no puedes dormir todo el día, me tienes que llevar a la plataforma nueve tres cuartos.

Mierda.

Lo había olvidado por completo, sus ojos tardaron en adaptarse, el sol daba justo cegándola.

—Bueno, cierra la cortina y vete.

El niño farfullando por lo bajo, solo se fue.

Trató de no tardar tanto en prepararse, unos vaqueros y una camisa estaban bien.

Bajó las escaleras con agilidad y llegó a la cocina para hacer su desayuno rápidamente.

Entrando al comedor vio que Thomas ya estaba sentado tomando una leche y comiendo algo.

—Nos tenemos que ir en una hora.

—¿Una hora? —lo miró sorprendida, no le daba tiempo.

—¿Tienes todo listo?

—Por supuesto.

Terminaron su desayuno a tiempo y aparecieron en la estación, justo enfrente del tren.

Eso le trajo tantos recuerdos.

Pero ninguno que quisiera revivir.

—Bárbara —lo llamó en pequeño, el abrumador sonido del tren resonó en el lugar— Me tengo que ir.

—Oh, si —dejo en el suelo el bolso y lo acercó para abrazarlo con fuerza.

Se separó y lo sostuvo de los hombros mirándolo fijo— Voy a esperar tú carta.

—Okey... —rodó los ojos y ella volvió a abrazarlo— ¡Bárbara por favor! Todos nos están viendo —murmuró mientras sobaba su espalda con cuidado.

—Si, si lo siento —sonrió y le entrego la maleta.

Vio como el azabache se alejaba lentamente, perdiéndose entre el humo que soltaba el tren.

[...]

Pasó alrededor de una semana, había vuelto a su casa por unos días y la carta de Thomas por fin llegó.


Bárbara.

Disculpa mi demora, las clases de Herbología son horrendas y no se para que quieren que cuide una planta que no me interesa en lo más mínimo.

El punto... quede en Slytherin, totalmente inesperado, lo digo con sarcasmo.

Me hubiera gustado pertenecer a Ravenclaw como tú, pero donde estoy esta bien.

Cuida mi habitación por favor, no quiero que Draco entre ahí.

Thomas.


quiero dejar claro que NO hubo ninguna segunda intención cuando durmieron, el personaje de Bárbara ve a Tom solo como un niño y Tom es un niño, por lo que ningún pensamiento sucio pasa por su cabeza de ninguno en este momento :)
aclaró esto porque me daría asco que alguien pensara otra cosa que no es.

eternally; tom riddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora