Capítulo 7

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Estaba muy cansada. La mañana siguiente al asesinato actué con total normalidad. Con mis padres, con mis amigos y, sobre todo, con Mario. Nunca consideré nuestra amistad demasiado justa. Él era fácil de leer, predecible y confiaba en las personas de su alrededor. Él era como un libro abierto en el que por leer el primer capítulo sabes que va a pasar al final. Yo soy todo lo contrario. Mentía, actuaba, fingía... siempre ocultaba mis verdaderas emociones. Controlo como hablo y como debo sentirme. Yo era el libro aparentemente fácil con un gran plot twist que nadie se espera. Desde hace tiempo soy muy desconfiada. Hace 2 años. Exactamente el 10 de julio de 2017. Fue en ese momento en el que empecé a ser la nueva versión de mi misma. Cuando una parte de mi felicidad murió.

Dicen que cuando pretendes ser alguien que no eres durante el tiempo suficiente, llegará un día el cual no tengas que fingir. Y, sinceramente, no recuerdo como era antes de empezar a hacerlo.

Había estado pensando que podría hacer respecto al asesinato. No con el muerto, porque más no se puede hacer, si no con el hecho de que alguien había mandado un mensaje, y firmado con "el símbolo de la discordia".

"El juego ha comenzado, Scarlett".

No sabía quien era el emisor, el porque sabe mi nombre ni a que juego se refería, pero dejó de ser una broma el mismo momento que la sangre llenó mis manos.

Lo primero en lo que pensé fue en indagar acerca de las personas responsables y recordé que lo único que podía tener eran los documentos de la oficina de la alcaldesa. Tras eso, inmediatamente pensé en Marcus White.

«Digamos que estamos juntos en esto.»

Podría haberlo contado todo, haberse arrepentido de hacer lo que hizo y confesar frente a Costa. Fue la primera vez en años que ligeramente dejé de pensar en cómo comportarme, en que decir y simplemente confié a ciegas en alguien a quien había conocido un par de días atrás. Acción de la que me arrepentía cada segundo. Pero él y yo estábamos de mierda hasta el cuello.

Salí de mi casa vestida de mi color favorito y mis gafas de sol. Toqué la puerta de los White y esperé a que alguien abriese. Tuve la suerte de que fuese Marcus y no alguno de sus padres.

―Justamente estaba pensando en ti, tormenta.

―Escucha, necesito que vengas conmigo, tengo una idea sobre lo que pasó.

― ¿Qué es lo que pasó? ―Dijo, sorprendiéndome, Rachel.

―El otro día Marcus me pidió que le enseñara el pueblo, me dijo que necesitaba comprar algo―Respondí rápidamente.

―Que bueno que hayas recordado el cumpleaños de tu padre.

―Exactamente mamá. Vamos yendo Scarlett.

―Adiós Rachel―Dije una vez que Marcus cogió mi mano y me arrastró lejos de su casa.

Aún con mi mano agarrada, Marcus camino a una elevada velocidad para alejarse de su casa. Cuando me soltó fui yo quién agarró con fuerza su mano y lo llevó hasta un callejón para hablar tranquilamente sobre el tema.

― ¿Recuerdas "el símbolo de la discordia"? ―Pregunté al moreno, quien asintió con la cabeza―La única información que podemos tener es la que está en la oficina de la alcaldesa.

―Fácil, nos colamos y la robamos.

―No es tan fácil, ella no tiene seguridad veinticuatro horas, pero aun así es información que ni la policía tiene, solo ella y su secretario tienen acceso. Además, creo que es la información más importante de toda. No podemos robarla porque se darían cuenta en cuestión de minutos. Lo que sí podemos hacer es colarnos y fotografiar todas y cada una de las palabras de esos informes.

El bosque Rojo [Amazon Y Librerías]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora