Capítulo 16

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Me desperté al día siguiente sabiendo que ya faltaba menos de una semana para el peor día del año. El 10 de Julio. Día en el que los recuerdos vuelven. Día en el que el rojo no es el color principal en mi ropa. Día en el que tengo que escuchar una y otra vez su nombre. Día en que todo me recuerda a una persona. Día que tengo que apreciar un trozo de piedra con lágrimas en los ojos.

Me senté en la cama mientras suspiraba pesadamente recordando algunos de los momentos que mi mente se esforzaba en olvidar, esconder en algún lugar de mi mente, guardándolos en un cajón bajo una llave temporal que caducaba cada año desde hacía dos.

Escogí un atuendo normal con mi excéntrico color rojo y bajé las escaleras hacia la cocina con una sonrisa fingida. Todos estaban sentados en la mesa, parecía que había bajado en el momento preciso antes de que cualquiera viniese a despertarme.

—Buenos días—Canturrearon las parisinas al unísono.

— ¿Ya estáis aquí? —Pregunté con falsa molestia mientras caminaba hacia ellas.

—Por supuesto que sí, tenemos mucho de qué hablar—Dijo Isabelle.

—Y que los desayunos de tus padres siempre son increíbles—Terminó Emma.

Rodé los ojos y nos pusimos a desayunar todos juntos hablando de cualquier cosa.

—Y, ¿Qué tienes pensado que hagamos hoy? —Preguntó una curiosa Isabelle.

—Podríamos ir a la playa, aún no he ido—Respondí—Voy a llamar a Mario y a los White.

Me levanté de la mesa y fui rumbo a mi habitación mientras escuchaba:

—Mira cómo se preocupa por los White—Susurró nada bajo Isabelle.

—Sí, sí, yo ahí veo amor claramente—Continuó Emma con su característico acento francés.

Simplemente rodé los ojos con una sonrisa, sin perder el rumbo hacia mi teléfono.

—Buenos días Mario.

—Scarlett, ¿qué tal?

—Estupendamente. Escucha, ayer llegaron las chicas Robin y me preguntaba si quieres venir a la playa con nosotras.

—Claro que sí. Las echaba mucho de menos.

—Pues perfecto en un rato vamos.

—Una pregunta, ¿Vienen los White o solo nosotros?

—No lo sé. Hablaré con Marcus. Espero que sí.

—Bien, nos vemos luego.

Me despedí y finalicé la llamada.

Un minuto después ya le estaba llamando.

—Hola tormenta.

—Marcus ¿Cómo estás?

—Mucho mejor ahora que te tengo hablándome al oído.

—No se te ha ocurrido nada más original?

—Se me ocurren muchas cosas originales, pero prefiero que, por ahora, me digas quien ha muerto y a donde tenemos que ir.

—No se ha muerto nadie—Dije y, tras unos segundos terminé—Aún.

— ¿Qué pasó ayer tormenta?

—Los mandé a la mierda, de una manera increíble.

—Tu sí que eres increíble, te reúnes con asesinos y los insultas.

—Gracias, sé que soy increíble—Pude imaginármelo rodando los ojos—En cualquier caso, te llamo porque ayer llegaron unas amigas mías y hoy vamos a ir a la playa...

El bosque Rojo [Amazon Y Librerías]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora