En el ojo de la Tormenta - Genshin Impact

Capítulo IX

Capítulo IX: Decisión.

Con todos los principales encargados del caso de Kaeya reunidos en el mismo lugar, después de un largo rato discutiendo, Jean finalmente dio una opinión decisiva.

-Creo que la persona más apropiada es Diluc-senpai- el rostro de Lisa se contrajo ligeramente al pensar en la complicada relación que se traían los antiguos hermanos de armas, sin embargo no pudo mostrarse totalmente en desacuerdo a la idea.

-Entiendo que el Maestro Diluc sea quien más conoce a Sir Kaeya, sin embargo, dudo de que sea fácil convencerlo de que tome tal papel, y no es que tengamos mucho tiempo- opinó Albedo con un tono reflexivo.  Quien tomara el papel de guía debía ser un gurú espiritual, alguien que supiera bien los revéses de la vida y que ayudara a poner las cosas en orden. Ya que claramente entre ellos no había ningún gurú espiritual, las personas aquí reunidas se decantaron a que quien tomara el rol de guía debía ser alguien que conociera bien a Kaeya y que al mismo tiempo lo comprendiera lo suficiente como para poder ayudarle a superar cuales sean que fueran sus tramas mentales. Las tres personas coincidían en que Diluc cumplía con el primer requerimiento, pero habían ciertas dudas sobre el segundo.

-Aún así sería una buena oportunidad para que arreglen sus conflictos, sobre todo porque sabemos cuánto cambió Kaeya luego de que el Maestro Crepus muriera y Diluc-senpai se fuera de Mondstadt - dijo Jean mostrándose abiertamente apenada. En realidad, la única persona que realmente había captado los cambios en Kaeya mejor que nadie era ella misma, que había pasado una pequeña parte de su infancia y prácticamente toda su adolescencia al lado de esos dos, pero ninguno de los presentes quiso llevarle la contraria.

-Cariño, ¿realmente crees que el Maestro Diluc querrá ayudarnos con esto?- Lisa no dudaba tanto como Albedo, pero sí lo suficiente como para querer la confirmación explícita de la propia Jean.

-Él lo hará. Él tan solo no es una persona del todo honesta, pero sé que aún guarda un gran aprecio por Kaeya- contestó, recordando como la otra vez en el bar el pelirrojo había preparado con inusual cuidado el trago para el capitán, en su propia forma de desearle un feliz cumpleaños. - Aún me falta por cerrar el caso con Warlock, sin embargo abriré tiempo en la tarde para visitar a Diluc-senpai. Lisa, ¿irías conmigo? - ella preguntó con ese brillito peculiar que hizo a la biblotecaria sonreír.

-No lo dudes- contestó aún con la suave sonrisa formada en sus labios.

-Ya que está decidido, sería bueno que el Maestro Diluc pasara por mi laboratorio, tal vez ver la condición de sir Kaeya convoque su lado más altruista- el comentario que claramente tenía una intención estratégica, sonó un tanto más mordaz de lo que pretendía. - Tendré lista la pócima en caso de que acepte- se comprometió y ambas mujeres asintieron.

Para cuando llegó la tarde, Jean y Lisa se dirigieron rumbo al Viñedo, allí no demoraron en ser atendidas por la criada principal.

-Buscamos al Maestro Diluc, es un asunto urgente- Lisa fue directo al grano luego de que Jean se encargara de dar el saludo cordial.

-Por supuesto, déjeme avisarle al señor. Pueden esperar adentro, por favor, vuelvo enseguida- con el porte elegante y formal de una criada experimentada, Adeline pronto desapareció escaleras arriba. Ambas solo esperaron unos cuantos minutos cuando la criada volvió a buscarlas. - Por favor, síganme- subiendo las escaleras, pronto llegaron hasta la puerta de una habitación, donde Adeline se detuvo y golpeó ligeramente la puerta un par de veces. - Maestro, estoy entrando- sin esperar más, abrió la puerta y permitió la entrada a las invitadas.

La oficina de Diluc tenía un aire clásico a su alrededor con los bonitos cuadros, los estantes llenos de libros y la madera pulida de los muebles. Si había algo que desentonaba era la cantidad de papeles que competía con los quehaceres de Jean y el hombre por sí mismo, que tenía un cabello demasiado llamativo puesto en contraste con el cielo azul que se veía en la ventana tras suyo.