Capítulo XXIII

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Capítulo XXIII: Al atardecer, tercer encuentro.

El sonido del piso de piedra y sus botas chapoteando sobre los charcos de agua lo acompañan mientras camina por una ciudad desolada; el clima había amainado, y aunque aún seguía lloviendo, al menos los relámpagos estaban a una distancia considerable. Diluc piensa que el ambiente se siente extraño, el cielo sobre la ciudad no había estado tan nublado desde el incidente con Stormterror y de por sí, el clima sobre la ciudad de Mond era más de tener días plácidos y templados. Eran contadas las ocaciones en las que caían chubascos, por lo que verlo de esta forma era ciertamente poco habitual, aunque quizás lo que realmente hacía que todo se sintiera fuera de lugar era la falta de movimiento, la ciudad llena de vida no estaba por ningún lado, ni el ruido de la gente ni los olores de la buena comida y las flores.

Aún con la sensación incómoda anidando en su pecho, sigue el brillo de la visión cryogénica escaleras arriba, con los molinos llenando el fondo, sin dejar jamás de girar incluso dentro de este mundo de sueños.

El chapoteo de sus pasos se detiene cuando llega hasta el cuartel de los Caballeros de Favonius, y con la gema produciendo una luz intensa, le resulta obvio que ha llegado al lugar correcto, así que estira una mano para abrir la puerta, pero esta se abre por sí sola antes de que siquiera alcance a tocarla, como si estuvieran invitándolo a pasar. Las visagras hacen un chirrido escalofriante, pero es la extrañeza del propio hecho lo que provoca que el pelirrojo alce una ceja, pues algo como eso nunca había pasado antes.

Apenas entra empieza a oír el murmullo de conversaciones inteligibles del pasado y también nota la existencia de sombras nebulosas trasladándose de un lado a otro por el lugar, a veces, puede jurar distinguir su propia silueta entre ellas o incluso oír el susurro de la voz de Jean en el aire, y supone que es otra versión extraña de los recuerdos borrosos y desgastados por el tiempo.

Él no se queda parado en la entrada por mucho, y nuevamente la visión lo guía, camina por los pasillos familiares que no ha revisitado en mucho tiempo hasta que llega donde el cristal le indica, justo frente a la oficina del capitán de caballería. En esta ocasión, la puerta se mantuvo quieta, por lo que se invita a sí mismo a entrar girando el pomo.

Lo primero que percibe es que el sonido de la lluvia es mucho más intenso en este lugar, y también está más oscuro, aunque no lo suficiente como para no ver nada gracias al gran ventanal, ligeramente perturbado por las gotas de agua del exterior, sin embargo la luz que se filtra es gris, lo que le da un aire lúgubre a la habitación. Justo frente al ventanal hay un escritorio con algunos papeles dispersos y objetos en desorden, pero lo que más se destaca es que sobre él se encuentra una persona sentada que le da la espalda, pero incluso a través de la penumbra donde la silueta de esa persona crea sombras a contraluz, Diluc es capaz de reconocer esa figura de un solo vistazo.

-Kaeya- ahí estaba, al fin lo había encontrado, pero de alguna forma lucía...distinto.

-Recuerdo que pasamos mucho tiempo trabajando en esta oficina- aquel es el saludo con el que lo reciben, él aún dándole la espalda y con la mirada fija, o tal vez perdida en el reflejo de la ventana, donde más allá la tormenta corre con fuerza. Al escucharlo, Diluc nota que no solo su figura se ve distinta, pues su voz también lo es, suena ligeramente menos juvenil, mucho más baja y opacada por el cansancio, ¿acaso era este Kaeya otro fragmento de sus recuerdos con consciencia propia?.

-Lo hicimos - contesta, animándose a dar un paso hacia el frente, y con la mirada rápida que da a sus alrededores, nota la existencia de un segundo escritorio a uno de los costados de la habitación, de aspecto más pequeño y práctico, pero ubicado muy cerca del escritorio principal. Quizás si se dignara a visitar alguna vez el cuartel, se hubiera dado cuenta de que el diseño e inmuebles en este lugar eran distintos al actual, sin embargo, le es suficiente información como para que de todos modos pueda confirmar sus sospechas.

En el ojo de la Tormenta - Genshin ImpactDonde viven las historias. Descúbrelo ahora