Capítulo 13

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Unos largos dedos se ceñían a la cintura de Luka, tomándolo con fuerza, mientras él pedaleaba con rapidez, antes de encender la bicicleta y dejar el esfuerzo. Soltó una risita al sentir los temblores del muchacho detrás de él, divertido.

  - ¿Nunca habías andado en bicicleta?- inquirió, sonriendo y con la mirada fija al frente.

  - Claro que sí.- espetó, ofendido.- Sólo que nunca en una avenida, y me da terror, es todo.

Mantuvo un indignado silencio hasta que llegaron a la escuela, y bajó de la bicicleta tan rápido como pudo, mientras se encaminaba rápidamente a las escaleras, siendo alcanzado por Luka.

  - Vamos, ¿estás enojado conmigo?- cuestionó el peliazul, casi sonriendo.

  - Claro que sí.- respondió el coreano con una sonrisa.- No, pero por el amor de Dios, no me volveré a subir a esa cosa. A partir de ahora, nos vamos con Shade.

Con un suspiro de resignación, el ojiazul asintió, antes de enfocar al rubio que bajaba de su limosina.

  - ¿Te quieres adelantar? Quiero hablar con alguien.- pidió Luka.

El otro miró a Adrien también, y la sonrisa en su rostro se borró, pero la impuso de nuevo rápidamente, mientras asentía con fingida aprobación.

  - Claro, te veo en el salón.

Se alejó caminando rápidamente, intentando en vano borrar sus pensamientos inseguros y celosos, pensando mejor en la semana de exámenes que se aproximaba.

Mientras tanto, Luka saludaba con la mano a Adrien, quien respondió el saludo con entusiasmo.

  - ¡Luka! No hablamos desde hace días.- saludó con entusiasmo el menor de los Agreste.

  - Lo sé, lo lamento. He estado ocupado poniéndome al día de los demás, y con otros asuntos.

  - Claro, no te disculpes. Yo también he estado ocupado, me dieron una noticia.... buena supongo.

  - ¿Sobre qué?- inquirió, con la curiosidad dibujada en el rostro.

El rubio bajó la mirada, dubitativo. No sabía si esa noticia lo dejaría como un mentiroso, o alguien que aleja a las personas de su vida.

  - Bueno, yo... mi hermano regresa de Londres.

La expresión de sorpresa de Luka fue evidente desde la primera sílaba de la palabra hermano. Separó los labios para decir algo, pero los volvió a juntar, mientras su mente intentaba hacer algo con la sorpresa.

  - No sabía que tienes un hermano.- dijo al fin.

  - Nadie lo sabe. Vive allá desde pequeño en un internado, pero ahora mi padre quiere que vuelva.

  - ¿Es mayor, o menor que tú?

Adrien frunció los labios por un momento, antes de soltar un suspiro.

  - Mayor, por tres minutos. Somos mellizos.

La sorpresa, superada por Luka, volvió a surgir repentinamente. Nunca se termina de conocer bien a alguien, pensó antes de agitar la cabeza.

  - ¿Mellizos? Bueno, si no querías decirle a nadie va a ser un poco difícil ocultarlo, ¿cierto?

Adrien asintió, cabizbajo.

  - Le diré a Nino y a Marinette hoy. Son de mis mejores amigos, y quiero que lo sepan. Y bueno, otro de mis mejores amigos ya lo sabe.- concluyó con una sonrisa amplia.

Luka esbozó una sonrisa amplia, y se jaló unos cuantos mechones de su pelo azul, un poco apenado.  

  - Estoy seguro de que lo entenderán. Son buenas personas, y te tienen aprecio. No te odiarán sólo por ocultarles algunas cosas de tu vida privada.

El rubio asintió, intentando convencerse a sí mismo, porque la culpa lo agobiaba. Realmente no conocía a su hermano, sólo vivieron juntos hasta los 8 años, cuando él fue enviado al internado por una situación difícil que sólo Félix y su padre conocían.

Había sido tan... extraño, Félix se fue a los pocos días de la muerte de su madre, e incluso Gabriel Agreste le había cambiado el apellido a el mayor de sus hijos, y había dejado de ser Félix Agreste para convertirse en Félix Graham de Vanily. Adrien desconocía el porqué, pero todo sucedió en pocos días, y pronto su hermano se despidió, y no lo había vuelto a ver en 7 años.

Su padre le había dado la noticia esa mañana, informándole que su hermano volvería al día siguiente, para vivir con ellos de nuevo. Como siempre, después de decir lo que tenía que decir, desapareció en su estudio.

Todo le resultaba abstracto, y como siempre, no podía hacer tantas preguntas. Sólo esperaba que su hermano lo extrañara tanto como él, y pudieran reconectar de nuevo después de tanto tiempo separados. Temía encontrarse con un muchacho desconocido e indiferente a él.

  - Supongo que tienes razón. Son muy buenos amigos.-coincidió, después de un rato en silencio.

Luka lo abrazó por los hombros, con fuerza, en un intento de consolarlo. El otro le devolvió el abrazo, sonriendo. Le alegraba tener a alguien como Luka a su lado.

El timbre sonó por toda la escuela, y los pocos alumnos que quedaban afuera empezaron a entrar rápidamente. El ojiazul dejó de abrazar al ojiverde, para tomarlo de la mano y correr hacia sus respectivos salones.

El de Luka quedaba más lejos, por lo cual dejó a Adrien en el suyo y se disponía a correr hasta su salón, cuando le tomaron de la mano.

  - Por cierto, cuando te beses con tu novio hazlo en un lugar más... discreto.- dijo el rubio con una sonrisa divertida, antes de entrar a el aula.

Las facciones del otro se volvieron una mueca de confusión, antes de recordar al ataque de celos de Alex hacía apenas un par de días, y sus mejillas se sonrojaron levemente de vergüenza. No por recordar el beso, sino porque él les había visto.

Negando con la cabeza y sonriendo, el peliazul se dirigió a su salón, mientras pensaba. No en Alex, sino en Adrien.  

ᴄᴇʟᴏꜱ     -    Adrien Agreste x Luka CouffaineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora