Capítulo 31

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Adrien había notado a su hermano un poco extraño, por decirlo de alguna manera. Habían llegado de Estados Unidos hacía una media hora, pero él estaba extrañamente nervioso. 

Su característica calma e indiferencia había desaparecido, y Félix miraba en todas direcciones, como si buscara a alguien, o como si se sintiera perseguido. 

Subieron al auto, con el ojiverde mirando con preocupación a su hermano, que todo el camino estuvo de esa manera, aunque al último un poco más calmado.

Bajaron del auto, encaminándose cada quien a su habitación cada uno, pero luego Félix siguió a su hermano a la suya, para cerrar la puerta con cuidado.

  - ¿Qué pasa?- preguntó Adrien por fin.

Él no respondió, mirando por las ventanas, hasta por fin dirigirle la mirada.

  - ¿No lo escuchas? Es mi padre.

El ojiverde se calló por un momento, escuchando con atención. Sin embargo, no había nada que escuchar.

  - No, para nada. Félix, ¿qué pasa?

Él repitió lo mismo, llevando las manos a sus oídos.

  - ¡Es papá!- gritó, con desesperación. Se tiró en el piso, intentando tapar sus oídos.- Mamá y él  se quieren deshacer de  mí.

Adrien estaba asustado. No sabía que se suponía que debía de hacer.

  - Félix, cálmate, por favor.- pidió.- Nadie se quiere deshacer de ti. Mamá está muerta.

Él lo miró con sus penetrantes ojos azules, que estaban demasiado abiertos para ser normal.

  - Tú también querías deshacerte de mí.- murmuró, mirándolo.- ¡Deja de decir eso!- gritó de nuevo, cerrando los ojos con fuerza, y entonces se abalanzó sobre su hermano, tirándolo al suelo y golpeándolo: sus hombros, su pecho, y le dió un golpe en la cara, antes de que Nathalie lo quitara de encima de él, y con un movimiento ágil, le inyectara un medicamento en el cuello.

Félix comenzó a llorar. Se agitaba en el suelo mientras el medicamento comenzaba a hacer efecto.

  - Lo siento...- susurró, antes de quedar inconsciente.

Adrien estaba en shock, y Nathalie se arrodilló junto a él, preocupada.

  - ¿Estás bien?

Él miró a Félix desmayado en el suelo, y la miró acusatoriamente.

  - ¿Qué le hiciste?- le preguntó.

  - Le dió el medicamento de emergencia.- dijo una voz en la puerta.

El ojiverde volteó, para ver a su padre mirándolo con una chispa de culpabilidad en los ojos. Él también se arrodilló junto a él.

  - Tenemos una plática pendiente, Adrien.- dijo, ayudándolo a ponerse de pie.- Nathalie, lleva a Félix a su habitación, y dale los medicamentos necesarios para que abandone ese estado.

Caminó hacia su despacho, seguido por su hijo. Una vez ahí, cerró la puerta, y se sentó en el sillón junto a el rubio, que esperaba a que su padre le contara lo que sucedía.

  - Supimos que serían mellizos unos 4 meses antes de el parto.- comenzó.- Fuimos a un doctor, y en realidad, eran dos bebés bastante saludables. La mayoría de veces los gemelos o la madre presentan complicaciones, pero ustedes parecían perfectos.

"El parto fue difícil, pero Emilie se recuperó rápido para poder cuidarlos tan rápido como pudiera.- hizo una pausa, mientras una sonrisa triste se dibujaba en su rostro.- Y ustedes crecían con normalidad. Bueno, casi.

A los 7 años, Félix comenzó a tener comportamientos extraños. Golpeaba niños en su escuela que antes eran sus amigos. Incluso más de una vez intentó golpearte a ti, o a mí. Fuimos a ver a un psicólogo y un psiquiatra, quienes coincidieron en que tiene trastorno límite de la personalidad, que le provocaba depresión, ansiedad, y cambios extremos de ánimo.

Empezó a tomar medicación para depresión y ansiedad, cosas que lo mantenían mucho más tranquilo. En cierto punto dejamos de visitar al psicólogo. Creo que no debimos hacer eso."

   - ¿Por qué?- inquirió Adrien, confundido.

Gabriel lo miró, con una expresión de tristeza en su rostro.

  - Luego descubrimos que tiene esquizofrenia paranoide.

En cuanto escuchó esto, la mente de el chico se nubló. 

  - ¿Por eso lo mandaste a Londres?- preguntó, con el ceño fruncido.

Su padre negó con la cabeza.

" Cuando dejamos de visitar al doctor, estuvo bien todo por un tiempo antes de saber que tiene esquizofrenia. Pero un día, Félix estaba inquieto. De cualquier manera, fue a la escuela, y yo partí a trabajar, como era habitual. Llamaron a tu madre porque Félix no dejaba de gritar en la escuela, y ella fue a recogerlo.

Al volver aquí a la casa, Emilie trató de calmarlo, pero él estaba teniendo alucinaciones amenazantes. Y cuando ella trató de abrazarlo, se puso muy agresivo, y la....

Se interrumpió, mientras intentaba recuperar la compostura.

  - ¿Qué fue lo que pasó?

El mayor limpió la lágrima que corría por su rostro, intentando volver a su seriedad habitual. 

  - Adrien, Félix mató a tu madre.

  - ¿Qué?

  - Cuando volví a casa, te dejé dormido en el auto. Y Emilie estaba al pie de las escaleras, con el cuello partido, y Félix estaba llorando a gritos en una esquina de nuestra habitación. Fui a por él, e intentó atacarme, entonces fue que decidí que Félix era un peligro para nosotros, para ti. Decidí enviarlo a un internado psiquiátrico, donde se ocuparían si tenía otra crisis, y no perdería la escuela. Y tú mamá.... hicimos un funeral discreto, sólo nosotros y su hermana. Y luego fue reportada como desaparecida por demás miembros de su familia.

El ojiverde se llevó las manos al cabello, revolviéndolo con desesperación. Era demasiada información para procesar.

Su padre lo miraba expectante, y lo abrazó por los hombros, de una manera que no había hecho desde hacía varios años.

Estuvieron unos minutos así, hasta que Adrien se puso de pie, y salió de la oficina para dirigirse a la habitación de su hermano.

Lo miró tendido en la cama, y se acostó a su lado antes de abrazarlo con suavidad. No notó cuando se quedó dormido.

ᴄᴇʟᴏꜱ     -    Adrien Agreste x Luka CouffaineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora