Capítulo 17

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Luka besó a su novio a manera de despedida, ya que él tenía que esperar para poder dar clase de guitarra. Había notado un poco extraño a Alex durante el día, pero le restó importancia: él le había dicho que se sentía un poco mal.

No notó la sonrisa nerviosa de el chico antes de irse. Tomó su guitarra y se dirigió al aula de artes, vacía para que pudieran tomar sus clases en calma. Camino a esta, algunas personas le saludaban, reconociéndolo como maestro o como compañero. Él les devolvía el saludo con amabilidad.

Entró a el lugar, sin notar que alguien lo seguía. Acomodó su mochila junto a una banca, sin notar esa mirada puesta sobre él. No notó nada inusual, ni siquiera escuchó los pasos detrás de él. Se encontraba perdido en sus pensamientos.

  - ¡Hola, Luka! ¿Qué tal has estado?

El peliazul se sobresaltó, antes de reír brevemente.

  - Mierda, me espantaste. Hola, Adrien. ¿Qué haces aquí?

  - En un rato tengo esgrima, pero quería hablarte de algo.- dijo, bajando la mirada por unos segundos, antes de volver a su perfecta actuación.

Todo estaba planeado. Su hermano se besaba con Shade de 5 a 15 minutos en los baños, algunos días en las mañanas, otros en la tarde. El verdadero Adrien Agreste se estaba besando con un idol del k-pop en las cabinas de los sanitarios.

  - Claro, esta bien. ¿De qué se trata?

  - Quiero que sea en un lugar más privado. ¿Te parece en los vestidores? Ya están vacíos.

El muchacho asintió, y lo siguió hasta los vestidores, que en efecto, estaban vacíos. Todos se encontraban yendo a su clase extracurricular, o yendo a casa. Excepto por otra pareja que se besaba en los baños.

  - ¿De qué quieres hablar?

  - Se trata de... mis sentimientos. Me gustas, Luka Couffaine.

El ojiazul se quedó estático por unos segundos, intentando procesar lo que había escuchado de los labios del ojiverde. Parpadeó rápidamente un par de veces, para luego separar los labios.

  - Adrien, yo....

El rubio no le dejó pronunciar palabra. Se acercó a él rápidamente, y lo besó, con sus manos posadas en la cintura de él. Escuchó como la puerta de los baños se abría silenciosamente.

Justo a tiempo.

Sí, todo había sido planeado a la perfección por Félix Agreste. Pero no para descubrir los sentimientos de Luka hacia su hermano, sino al contrario.

Y el otro chico lo empujó justo a tiempo.

Adrien miró como Luka empujaba con suavidad a su hermano, evitando su beso. Se encontraba confundido, definitivamente. No sabía que demonios estaba pasando.

  - Luka, ¿no te gusto?

  - Tengo novio, Adrien. Y tú también. No quiero que arruinemos nuestra amistad con sólo.... una simple etapa. Quiero que seamos amigos.

Félix derramó un par de lágrimas, falsas. Tomó al chico de la camisa y lo besó de nuevo, esta vez con más profundidad, antes de ser rechazado de la misma manera.

Luka se alejó de el chico, con una expresión indescifrable. 

  - Me encantaría hablar más de esto, pero tengo que ir a trabajar. Hablaremos luego, Adrien.

Salió de los vestidores con un aire apresurado, antes de que Adrien se abalanzara sobre su hermano.

  - ¿Qué demonios acabas de hacer?- preguntó, mientras lo tomaba de la camisa.

  - Nada realmente. Lo quería besar, y lo besé. Es menos raro que si un extraño lo hubiera besado, ¿no?

  - Eres un pedazo de....- cayó, mientras fruncía los labios.- Sabes que acabas de arruinar mi amistad con Luka, ¿cierto?

  - Ese era el propósito.- replicó el ojiazul, retirando sus lentes de contacto con una sonrisa.- La verdadera incógnita es, ¿qué tan lejos llegarás para recuperarlo?

El otro frunció el ceño, antes de salir apresurado de los vestidores, casi corriendo detrás de su amigo. Cuando por fin lo alcanzó, lo tomó del hombro y lo obligó a mirarlo.

  - Espera, Luka. Tengo una muy buena explicación para esto.

  - Estoy seguro de que sí, pero no puedo llegar muy tarde a la clase. Por favor déjame.

Se soltó con un movimiento rápido, antes de entrar al aula de artes y cerrar la puerta. Evitaba mostrar su rostro demasiado a los alumnos, para que nadie notara el color rojo que había tomado su piel después del beso que quien él creía Adrien.

¿Qué demonios le pasa? Sabe que si Alex se entera, lo matará.

Se aclaró la garganta, mientras tomaba su guitarra para mostrar unos acordes a los alumnos. Nadie notaba el nerviosismo de su joven maestro, y tomaron la clase sin inconvenientes.

Nadie lo notó.

Nadie notó como en la mente del chico unos ojos verdes se entremezclaban con unos grises, hasta el cansancio.


.     .     .


  - ¿Cómo reaccionó?- inquirió el chico a través de la línea.

  - Me empujó, y me dijo que me consideraba su amigo.

  - ¿Sólo eso?

  - Y se fue a dar sus clases de guitarra.

Se escuchó un sonido de asentimiento, y luego una risa.

  - Me alegro tanto. No le gusta.- suspiró ruidosamente, sonriendo.- Bueno, dime cuanto dinero quieres, y te lo daré.

  - No quiero dinero. Cobraré el favor más tarde. Adiós.

El rubio colgó, lanzando el celular a la cama, mientras negaba con la cabeza. La gente que creía que el dinero era la base de todo era estúpida. La base de todo es la apariencia.

Parecer poderoso es ser poderoso.

La sociedad siempre preferirá darle un empleo a un inútil elegante antes que a alguien inteligente, pero pordiosero. Así es como funciona todo.

Si pareces seguro de ti mismo, la gente tendrá seguridad en ti o te temerá. Cualquiera de las dos es viable, y tiene buenos resultados.

Félix vivió a base de mentiras, desde los 8 años. El niño que se fingía débil era el que recibía lástima, y más comida. Subsistió así un tiempo, antes de darse cuenta que el niño inteligente, frío e insensible levantaba admiración, miedo, envidia, y el doble de oportunidades.

Las mentiras lo mantenían libre hasta en ese momento, las mentiras le otorgaban satisfacción y una fachada limpia y libre de pecados.

Hay dos bases para el éxito, la apariencia y las mentiras.

Así es la percepción del mundo de Félix Agreste. 

ᴄᴇʟᴏꜱ     -    Adrien Agreste x Luka CouffaineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora