Capítulo 36

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Para cuando Luka se fue de la mansión Agreste, ya era tarde. Había cenado con Adrien, y apenas iba camino a su casa. Sonreía casi todo el camino, estaba feliz.

Para cuando llegó a su casa, ya eran las 11, y se aseguró de enviarle un mensaje a el rubio, avisándole que ya había llegado a su casa.

En cuanto tocó su cama, se quedó profundamente dormido. Había sido un día cansado, pero al fin y al cabo, había sido feliz.

Tuvo sueños apacibles, y olvidables.

.     .     .

A la mañana siguiente, se apresuró a prepararse para la escuela. No podía esperar a ver a su chico.

Además, quería ya estar ahí para cuando llegara, e intentar evitar que notara mucho las posibles miradas lascivas que tendría encima.

Salió mucho más temprano de lo habitual, sin tanta prisa como de costumbre. Iba con calma, pero a buen ritmo, y llegó bien a el colegio.

Esperó sentado en las escaleras, saludando a los amigos que iban llegando, sin embargo, sonó el timbre y el rubio no aparecía.

Con tristeza, entró a su salón, mientras mandaba un mensaje de texto.

"¿Dónde estás?"

.    .    .

Adrien aflojó el cuello de su camisa, nervioso. El fiscal a su lado, se mantenía serio, y Nathalie igual, sosteniendo con firmeza el ipad donde su padre miraba todo desde su casa, en videollamada.

El fiscal, Leon LeBron, era un hombre callado, de piel oscura y trajes costosos.

El hombre miró, la hora, y se dirigió a Adrien.

  - No hables a menos que yo lo diga, ¿de acuerdo? Sólo estás aquí porque eres el denunciante, y quien interpuso la demanda: la víctima.

Él simplemente asintió, y pasó saliva.

Al cabo de unos minutos, la fotógrafa entró, con una expresión seria, con su abogado siguiéndola. El chico se tensó.

El fiscal y el abogado se saludaron, de un apretón de manos, y volvieron a sentarse en el escritorio.

  - ¿Planeas ofrecer un trato? Pensaba en acoso sexual en primer grado.

Leon soltó una risa despectiva.

  - ¿Bromeas? Fue distribución de pornografía infantil. Aquí, hablamos de 5 años de cárcel sin posibilidad de condicional, y una multa de 75 mil euros.- aclaró el hombre.- Y pues que es ciudadana americana, podría enfrentar al pueblo de Estados Unidos, y sus federales dan 10 años de cárcel por foto. ¿Cuántas fotos tomaste, Olivia?

La mujer resopló, molesta.

  - ¿Para que llamaste a mi clienta entonces? - preguntó el abogado, frunciendo el ceño.

El hombre miró al adolescente, y regresó a la mujer enfrente suyo.

  - Queremos que se declare culpable.

  - Mi clienta no sabía que el chico era menor de....
 
  - Por Dios Harry, es evidente que el chico no pasa de los 17.- exclamó el fiscal, exasperado.- No queremos ir a un juicio que resulte perjudicial mentalmente para la víctima, por eso les pedimos que nos lo eviten.

Olivia rodó los ojos, y se puso de pie.

  - Yo no hice absolutamente nada malo. No sabía que este... niño era menor, y la venta de fotos es un cargo menor. Me largo.

Adrien escuchó, atónito. ¿De verdad se atrevió a....?

  - ¿No hiciste nada malo?- exclamó, poniendose de pie bajo la mirada de su padre y Nathalie.- ¡La gente me acosa diario! No puedo caminar en paz, no puedo estar en mis redes sociales, porque tú me causaste un acoso sexual masivo. Yo no tengo la culpa de lo que hiciste, pero estoy recibiendo las putas consecuencias.

La mujer se quedó parada, y esbozó una sonrisa burlona.

  - Por favor, no exageres. Tú elegiste colgarte de ese chico, yo sólo lo hice público.- escupió.- Al fin y al cabo no eres más que una puta.- murmuró al final, mientras salía de la habitación.

Adrien se quedó callado. No sabía que hacer. No podía creer que no le hubiera importado absolutamente nada.

Antes de que se alejara mucho, alcanzó a gritarle.

  - ¡Vete a la mierda!

Salió por otra puerta de la habitación, sin poder contener las lágrimas. Nadie salió detrás de él.

Encontró unas escaleras, y se apresuró a sentarse mientras lágrimas corrían por su rostro.

Las personas pasaban, y lo ignoraban. La gente desesperada era muy común ahí, supuso.

En un intento de detener su llanto, sacó su celular, intentando distraerse.

Miró el mensaje que había llegado hacía una hora, Luka preguntando donde estaba.

Lloró con más fuerza, clavándose las uñas en la palma de sus manos. Al cabo de unos minutos, comenzó a limpiarse las lágrimas, y se puso de pie, mirando a su alrededor si alguien estaba ahí.

Fingiendo que nada había pasado, volvió a la sala.

ᴄᴇʟᴏꜱ     -    Adrien Agreste x Luka CouffaineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora