Capítulo 30

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En los 5 meses que tenía de embarazo Zhan, había sentido mareos, antojos, náuseas y deseos hacia su esposo que trataba de controlar.

Pero justo en este momento no podía evitar controlar todo lo que estaba sintiendo.

- ¿Por qué nunca te comunicaste conmigo? - Reclamo Yibo a la hermosa mujer que tenía a la par.

- Mi celular se extravío en el cambio de casa y no recordaba tu número Yibo - puchero la pelinegra.

Tan pronto como se vieron, la cena se convirtió en un reencuentro dejando en segundo lugar los negocios y en tercer lugar a un pequeño castaño que sólo se dedicaba a jugar con su comida.

- ¿No te gusta lo que pediste mocoso? - Susurro Perth, el castaño negó - ¿Quieres que cambiemos?

- Es sólo que...Se me quitó el hambre - dijo Zhan haciendo una mueca.

El pelirubio volvió su vista a la pareja que no dejaba de platicar.

- Siento interrumpir su conversación, pero estamos aquí para hacer negocios - Habló Perth irritado por la situación.

- Tanapon, tú no has cambiado nada tampoco, veo que aún sigues siendo amargado como antes - bromeó Cristy, más Perth no mostró ninguna expresión en su rostro.

- Bien, entonces hablemos de negocios, pero luego tienes que explicarme muchas cosas Yibo - dijo mientras hacia contacto visual con un sensible castaño.

La noche había transcurrido bien en los negocios.

Todos terminaron de cenar, menos Zhan que no tocó su comida en toda la noche, cosa que paso totalmente desapercibida por Yibo.

Los socios ya se habían retirado, Cristy y Yibo se encontraban aún en la mesa retomando su conversación.

- No debes alejarte tanto sin decir nada te estuve buscando - regaño Perth al Castaño.

- Quería ver las estrellas - Menciono Zhan recostandose en el barandal de la azotea.

- ¿Estás bien?

- ¿Por qué no debería estarlo? - Perth se encogió de hombros.

- Ya sabes mi primo es un idiota por ratos.

- ¿Crees que ya terminaron de hablar?, el bebé quiere comer - habló con sus mejillas un poco rojas apenado por no haber comido.

- Vamos, ya es tarde de todos modos.

Se dirigieron a la mesa donde habían estado no encontrando a nadie.

Perth rápidamente se dirigió a una mesera - Disculpe usted sabe donde están las personas que estaban sentados acá?

- Salieron del local hace 15 minutos.

Perth sólo cerro sus manos en puños - Gracias - Zhan había escuchando y sintió un dolorcito en su sensible corazón.

- T-tengo hambre Perth - habló con sus ojos vidriosos - ¿Me llevas a casa por favor?

El pelirubio iba diciendo millones de maldiciones en su mente hacia Yibo, mientras tenía a la par a un castaño que pretendía no importarle nada.

- Gracias - fue lo único que alcanzo a decir Zhan antes que su voz se quebrara, salió corriendo directo a su apartamento, por suerte ambos tenían copia de las llaves.

Partió un limón en cuatro partes, agarro sal y una manzana y se encerro en su cuarto, mientras complacía los antojos de su amor, él sollozaba en su cama.

- Desde que eramos unos niños, siempre me gusto tu papá - Zhan acariciaba su pequeño vientre - Siempre ha sido un idiota, debí suponer que haría algo así de nuevo, un día cuando recién nos casamos, también me dejó por irse con otra persona - agrego suspirando y comenzando a llorar de nuevo.

- P-pero sabes...papá te ama mucho, puede hacer mal muchas cosas, pero a tí te ama demasiado - sonrió al recordar como el azabache había llorado por ver la ecografía del bebé y escuchar sus latidos, ese día cuando llegaron a la casa Yibo durmió con su esposo y en toda la noche no se despegó de su pequeño vientre, susurrando cosas y repartiendo pequeños besitos que hacían despetar al castaño por que le causaba cosquillas.

Volviendo de sus recuerdos se acurrucó en su cama en posición fetal y se durmió acariciando su vientre.

Daban las 3:15 de la mañana, y un azabache se encontraba observando arrepentido al castaño, culpandose por haberle fallado y por ser demasiado imbécil olvidándolo en el restaurante.

•••

Zhan corrió al baño a regresar la manzana con limón que se había comido en la noche.

- Amor, no podemos pasar el embarazo regresando todo lo que comemos - se limpió una lágrima, a pesar de llevar 5 meses con malestares así y vomitando de vez en cuando, aún no se disipaba tu temor a vomitar.

Se lavó los dientes, miró la hora cuando regreso a su habitación 9:43 am.

- Yibo ya ha de estar en el trabajo - pensó mientras se dirigía a la cocina, ayer había escuchado cuando la puerta principal se abrió a las 3 de la mañana indicándole que su esposo acababa de llegar.

- Buenos días - habló un azabache recién despierto.

Zhan dió un pequeño brinco cuando lo escucho - ¿Te asuste?

- ¿Qué haces aquí?, pensé que estarías en tu trabajo - Habló fríamente Zhan.

- Zhan...discúlpame por favor - dijo Yibo tratando de acercarse al castaño.

- ¿Por qué? - Zhan elevó una ceja mientras le miraba.

- P-por olvid... - no se atrevía a decirlo, le avergonzaba el hecho de decirlo en voz alta y se sentía peor al ver el rostro del castaño y que volviera a ver esa mirada tan profunda e íntimamente que tenía.

- Dilo, es fácil, ayer te olvidaste de nosotros en el restaurante, te fuiste con Cristy y regresaste a casa pasadas las 3 de la mañana ¿Eso te costaba decir? - se dió la vuelta en el momento que sintió sus ojitos arder, no quería llorar frente a Yibo.

- Sé que soy un estúpido Zhan, pero Perdóname por favor, no sé como pude hacer eso, dios - cubrió su cara con sus manos y apoyó sus codos en la pequeña isla que tenía la cocina.

- Sólo dime, te acordaste de nosotros cuando estuviste con ella o te acordaste cuando te dirigías a casa?

Yibo levantó su rostro topandose de frente a la filoza mirada de Zhan, no iba a contestar esa pregunta, no cuando la respuesta podría lastimar el corazón de su esposo, ¿Cómo decirle que se acordó de él hasta que la pelinegra le pregunto que hacía Zhan con él? ¿Cómo decirle que casi regresa al restaurante a buscarlo sino fuera por los mensajes de Perth maldiciendolo por el hijo de puta que había sido? Simplemente no se atrevía a decirle.

- Sabes qué, la respuesta es obvia, no tienes que decir nada - y con eso regreso a su habitación.

- Zhan, ¿No vas a desayunar? - le pregunto mientras caminaba detrás de él.

- Comeré a fuera.

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