Descubriendo El Amor

Capítulo 34

- Bebé tenemos que dormir - habló susurrando en la oscuridad repartiendo caricias en su pancita para calmar los dolorosos movimientos que hacía su hijo.

Zhan había decidido irse de ese lugar donde lo único que sentía era soledad, Yibo tenía razón, los habían obligado a casarse, él era el tonto que se había hecho la idea de tener una familia con el azabache.

Busco dos almohadas y un par de sábanas en el ropero de Ji Yang, se acomodo de costado y puso lo demás a su alrededor para que su bebé pensará que era su papá el que estaba haciendo esa pequeña presión en su pancita, sólo así pudo conciliar el sueño, con su bebé ya tranquilo.

Mientras tanto por las oscuras calles de Beijing se encontraba Yibo, no teniendo idea a donde ir a buscar a Zhan, pensó en buscarlo en la casa de Feng Mian pero no quería alarmar al señor Xiao así que sería su última opción, tomó la calle que llevaba al apartamento de su primo, tal vez Saint sabía donde estaba el castaño.

Tres golpes en la puerta despertaron a Perth, reviso la hora, 1:13 am luego varios sonidos del timbre resonaron en todo el apartamento.

- Ya voy! - gritó cuando cerro la puerta de su cuarto, los golpes en la puerta siguieron - ¡¡Qué ya voy maldición!! - abrió la puerta y con dificultad observo a su primo.

- ¿Qué haces aquí a estás horas?

- Necesito hablar con tu novio - explico desesperado y pasando rápidamente dentro del apartamento.

Saint iba saliendo de la habitación hecho una furia recién levantada.

No le dió tiempo al azabache de cubrirse cuando Saint ya le había propinado un buen golpe en el pómulo de su mejilla, sí bien el golpe del pelirubio no fue suficiente para tirarlo al suelo era más que seguro que le quedaría un moreton enorme.

- Espero que con eso entiendas que no te diré nada - Sonrió ladino y camino de regreso a su cuarto.

Tanto Perth como Yibo estaban paralizados, no sabían el carácter que se guardaba Saint.

- ¿Estás bien? - pregunto Perth.

Yibo negó - Llámame si sabes algo de Zhan - aún con su mano puesta en el lugar del golpe camino a la salida.

- ¿Te dejó? - y esas palabras le provocaron que su estómago se revolviera y sus manos sudaran.

No respondió y salió con un nudo en la garganta, se subió al auto y cerro sus ojos, tratando de disipar ese malestar que empezada a alojarse más profundo en su corazón, recostó la cabeza en el volante pensando en su bebé y el castaño.

Miércoles había llegado, hace tres días que Zhan no está en casa y aún no sé donde podría estar.

Salí del trabajo y fuí directo a un bar, pedí unas cuantas botellas de cerveza, mi vista estaba perdida en algún lugar del bar, sentado sólo en una mesa pensando en como había cambiado mi vida desde la llegada de Zhan.

Mi vida siempre había sido una mierda, mi padre me imponía cosas y me golpeaba cada vez que no actuaba como él quería que lo hiciera, mi madre trataba de demostrarme su amor y de vez en cuando intervenía pero aún así nunca sintí que podía contar con ella, al contrario, Perth e Cristy siempre estuvieron ahí.

Cristy...

¿Cómo había llegado a la conclusión que estaba enamorado de ella?

Pronto terminaría nuestro acuerdo por la publicidad a su empresa de artículos para donceles en gestación.
Ella regresaría a Shanghai y ya no la tendría tan cerca como estas semanas pasadas, aún así no me importaba en lo más minimo.

Ahora mi mente estaba con ellos, mi cuerpo quería estar protegiendo al de mi pequeña familia y mi corazón por más raro que me parecía anhelaba a Zhan.

- Sabes que por más alcohol que bebas no podrás solucionar tus problemas así verdad? - Hao Xuan estaba justo frente a mí.

- Aunque lo pienses, mirate estás aquí también.

- Creo que si bien no soluciona nada, por lo menos ayuda a olvidar por un breve Instante - Xuan toma asiento a mi lado.

- Dime que te trae aquí, pensé que estarías cuidando a Ji Yang, pronto dará a luz - suspire pensando donde estarán...

- Aún faltan dos meses, pero ha estado un poco insoportable últimamente.

Forcé una sonrisa y bebí de mi trago -Estoy desesperado Xuan, Z-Zhan se fue de la casa hace unos días y...No sé donde está - bajo mi cabeza cuando Hao Xuan me dedica una mirada de preocupación - Dios, lo extraño tanto - pongo mis codos en la mesa y cubro mi rostro con mis manos - N-no contesta mis llamadas, ni siquiera sé exactamente por que...Me dejó.

Traté en serio traté de no llorar, pero fallé cuando lágrimas empezaron a salir de mis ojos por la pesadez en mi pecho.

- En serio no sabes por qué se fué ni donde está? - Yibo negó.

Hao Xuan pareció pensarlo un momento, Zhan les había dicho que había discutido con Yibo y habían acordado separarse unas semanas, por esa razón ambos prefirieron no intervenir, pero ahora las cosas cambian pues uno de los dos está sufriendo y ese es Yibo.

- Vamos, te llevaré con tu familia - se levantó y tocó el hombro de su amigo.

- S-Sabes donde está? - levantó su mirada reflejando en sus ojos brillosos un poco de esperanza.

- Sí, ahora vamos no me gusta verte así.

Sin dudarlo se puso de pié, pago su cuenta y con su corazón a mil por hora siguió el auto de su amigo.

Derramando lágrimas susurraba a su bebé que le dejara dormir unas horas.

Los días anteriores habían sido una tortura para él y sus órganos internos, su bebé se movía sin parar en su vientre, durante toda la noche no podía dormir lo suficiente, ya que al parecer su pequeño era muy listo y sabía que esas almohadas y sábanas no eran su papá.

Zhan restregó sus ojitos tratando de parar las lágrimas.

- Se supone que Yibo tenía que sufrir por que lo dejamos, no al revés bebé.

- He sufrido como no tienes idea.

Esa voz...

Tanto él como su bebé se quedaron quietos, al escuchar esa voz tan familiar y cálida, un sentimiento de seguridad y felicidad lo invadió desde su ombligo directo a su corazón, era su bebé, su bebé estaba feliz por su papá.

- Zhan - el azabache entró al cuarto y miró los ojos criztalinos del castaño.

Una pequeña luz que se filtraba por la ventana era la que hacía que viera los ojos llorosos de Zhan, acostado con una bonita pancita de 7 meses.

Le observo por unos segundos, tratando de controlar sus raros sentimientos, se subió a la cama y con mucho cuidado pego al castaño a su cuerpo.

Zhan podía sentir la agitada respiración en su nuca de Yibo.

Mientras el azabache pegaba su pecho con la espalda de Zhan y absorbía su aroma, acariciando suavemente el vientre de su esposo.

- No me dejes Zhan.