Capítulo 35

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- No me dejes Zhan - Susurro Yibo en la nuca de su esposo, apegandolo más a su cuerpo.

- Y-Yibo yo...

- Shh, no digas nada, dejame hablar por favor - se separo del castaño y se acomodaron de lado, frente a frente para verse a los ojos.

- Me has hecho mucha falta - Susurro mientras acariciaba la mejilla húmeda de Zhan - No sé por que te fuiste sin decirme, pero...

- Te escuche - interrumpió Zhan.

- ¿De qué hablas?

- Ese día llegué a la empresa y...Te busqué para comentarte algo pero estabas h-hablando con Cristy, Yibo sé que nuestro matrimonio fué forzado pero yo... - Zhan estaba debatiendo en decirle sus sentimientos Yibo puesto que ya no podía callar que lo amaba.

Yibo cerro sus ojos, supo entonces que Zhan había escuchado quizás sólo las cosas malas.

- Zhan, no sé hasta donde escuchaste de nuestra conversación, tampoco trataré de disculparme por lo que dije en esa conversación - esas palabras las sintió duras el abatido corazón de Zhan y se repimió soltar más lágrimas - por que en ese momento es lo que sentía, he sido un ciego de sentimientos he tratado de reprimir las cosas bonitas y raras que me haces sentir...Lo que m-me mantiene las 9 horas sentado en mi escritorio tratando de entender los papeles que reviso y con miedo de no hacer bien las cosas, eres tú Zhan, tú y mi hijo me dan fuerzas para luchar y ser el hombre que merecen en sus vidas, tú me haces sentir especial a pesar de lo idiota que puedo llegar a ser, tú haces que mis ojos brillen y mi corazón se acelere cuando te veo correr hacía mis brazos - Zhan cerro sus ojos disfrutando de las caricias y palabras que el azabache decía.

- Dios, no sé que me pasa contigo Zhan, pero estos días los he sentido una eternidad sin ti...Mirame - pidió acariciando los labios de su esposo.

Zhan abrió sus ojos y vio el deseo acompañado con un brillo diferente en la mirada de Yibo.

- Zhan t-tu me g-gustas...Me gustas mucho, sé que estás inseguro ante mis palabras, y quizás pienses que aún me interese Cristy y créeme que yo también lo pensaba, pero ahora Zhan, ahora sólo quiero demostrarte cuanto me gustas y cuanto te necesito - acortó distancia con su esposo y se inclinó para iniciar un beso suave.

Zhan gimió al sentir la lengua de Yibo rozar sus labios pidiendo permiso para entrar.

- Zhan - Susurro entre el beso - Dejame... - se separó para verse a los ojos y poder hablar mejor - Dejame hacerte el amor.

Zhan sintió un remolino de sentimientos, su corazón casi sale de su pecho, sintió como un calor acompañado de frío recorrió su cuerpo y pareció perder las fuerzas.

- Déjame hacerte el amor, así como tú me lo hiciste a tus quince años - Yibo mentiría si dijera que no estaba nervioso, por que si lo estaba, lo que sentía por el castaño iba más allá de sólo sexo, iba más alla de un papel de matrimonio, iba más alla de la unión de un hijo, y sabía que lo que estaba descubriendo en Zhan era amor.

- Aquí no - Fué lo único que pudo decir, claro que quería hacer el amor con Yibo, su cuerpo lo pedía desde el momento que lo volvió a ver y ese deseo había aumentado con el embarazo - No es nuestra casa.

Y Yibo no pudo ocultar su sonrisa que hacia relucir sus bonitos dientes.

- ¿E-entonces volverás conmigo?

- Mañana, nos iremos mañana, por ahora duerme conmigo.

- Estoy tan feliz - dijo mientras se abrazaba a Zhan - No vuelvas a tomar decisiones así, sin primero hablarlo conmigo...¿Qué tienes? - pregunto cuando escucho como el castaño se aferraba a su pecho y sollozaba.

- Puedes hablarle al bebé, no deja de moverse y me duele...Desde que no estamos contigo me duele más.

Yibo beso la frente del castaño y bajó a su vientre - ¿Bebé? Amor deja a papi dormir.

- ¡Ay dios! Se supone que lo tranquilices - se quejó cuando su estómago parecía cobrar vida propia.

Yibo río bajito y puso su mejilla en su pancita y acomodó su oido - dios extrañaba tanto estar así con ustedes - Susurro depositando un corto beso en el estómago de Zhan.

Hace unas horas había amanecido, Ji Yang no se había atrevido a levantarlos al ver lo comodos que estaban, la imagen ante sus ojos le había parecido de lo más tierno, a Yibo prácticamente le colgaban los pies fuera de la cama casi toca el suelo, en ningún momento se había despegado de su bebé, haciéndole sentir a su hijo protegido por sus padres.

La alarma de Zhan sonó, haciendole despetar, acarició con mucho amor los cabellos de su esposo, recordó lo que le había pedido, ¿Hacer el amor? ¡Seguro que lo soño!

- Buen día - saludó con voz ronca y cabello desosdenado el azabache - ¿Dormiste bien?

- ¿Dormiste bien tú? Tus pies colgaron toda la noche.

- Yo dormí de maravilla, con ustedes a mi lado no me importa dormir en una piedra - se deslizó adentro de la sabana de Zhan quedando al nivel de su rostros - Te vez hermoso al despertar - dijo sonriendo Yibo y deposito un pequeño beso en los labios del castaño.

- Y-Yibo - dijo Zhan con sus mejillas rojitas.

Yibo sólo sonrió y lo abrazo pasando su mano debajo de la cabeza del castaño para así poder apegarlo más a él.

- Tenemos que levantarnos ya - menciono Zhan con sus brazos juntos en el pecho de Yibo.

- Yo puedo entrar más tarde al trabajo, quiero estar así contigo.

- No podemos, tengo cita con Mean, hoy me dirá el sexo del bebé.

- ¿Qué? Entonces vamos a casa y desayunas primero y dejamos tus cosas luego podemos ir a la clínica.

Ambos se dispusieron a levantarse y mientras Yibo guardaba las cosas de su esposo, Ji Yang estaba pidiendole perdón a Zhan por que Hao Xuan había llevado a Yibo.

- Yo lo siento, por haberles mentido - dijo el castaño.

- Está bien, ya paso y por lo que veo ustedes podrán solucionar sus problemas.

- ¿Nos vamos? - pregunto el azabache llegando a la sala.

Se despidieron de su mayor y se dirigieron a la casa, se bañaron, se alistaron y desayunaron.

- Acomodate en la camilla - pidió Mean a Zhan.

Descubrió su piel del vientre y puso gel.

- Está fría.

- Lo siento debí aplicarlo despacio - comenzó a hacer la ecografía - uhhh no te escondas bebé - habló tratando de verle el sexo.

- Mi hijo será todo un rebelde - habló Yibo con una sonrisita al ver que Mean ya llevaba como dos minutos queriendo encontrar su sexo.

- Tal vez le hablas se mueve - dijo Zhan.

- Ya llegué amor - habló cerca del estómago de Zhan, sonriendo orgulloso cuando vió como se movía su bebé.

Mean aprovechó para volver a revisarlo y lo encontró.

- Oh! Lo tengo - anunció.

- ¿Qué es? - preguntaron al unísono con sus manos entrelazadas.

- ¡Es una niña!

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