9/ DYLAN-OLI

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Mi móvil suena en mi bolsillo haciendo que salgamos de la burbuja que habíamos creado trayendome a la realidad.
Lo saco y me doy cuenta que es una llamada de Liam, seguramente avisándome de que han terminado.

Me aparto lo más posible de Dylan para que no escuche la conversación y paso el botón.

—Quedate ahí Berners —le señalo con el dedo indice y lo único que hace es levantar las manos inocentemente— ¿Si Liam?

—Oli, soy Nora, ya está todo listo, ¿dónde estás?

—Estoy...algo ocupado —miró a Dylan de reojo y noto que me está observando— estoy con Dylan y...

—¡¿Dylan?! —su grito hace que aparte un poco el móvil de mi oreja.

—Gracias por el grito, seguro que no lo ha escuchado —digo sarcasticamente.

—¿Qué haces con él? ¿Sabe algo de lo que estamos haciendo? Dime que no —su voz sonaba algo preocupada— dime que no estamos cavando nuestra propia tumba.

—Estamos cavando nuestra propia tumba desde el principio y si, sabe lo de la venganza pero no sabe qué ustedes me estáis ayudando —Susurré para que Dylan que estaba a unos pasos de mi no escuchara.

—¿Cree que la venganza es sólo tuya?

—Exacto.

—Pienso que si es listo sabrá que no has sido tú solo, es algo prácticamente imposible ¿Tú sabes que listo no eres no?

–Nora, no sé si matarte yo mismo o dejar que Dylan lo haga —me llevo la palma de mi mano libre a la frente.

—¿A quién tengo que matar Mcloth?

—¿Qué? —me doy la vuelta sorprendido y veo que Dylan esta muy cerca.

—¿Oli?

—Después te llamo Nora.

Cuelgo y guardo mi móvil en uno de mis bolsillos. Trago saliva rápidamente e intento apartarme un poco, pero él me lo impide acorralándome junto a los lavabos.

—Berners, ¿Qué haces aquí? Dime la verdad —me cruzo de brazos.

—Tenía curiosidad —sus palabras no ayudaron a despejar mis dudas, pues no me fiaba de él en absoluto— ¿A quién decías que debía matar?

—No es nadie, ahora creo que debería de irme —intenté avanzar pero posó una mano en mi pecho impidiendo mi camino, mi respiración se corta unos segundos, intento regularla pero su toque no me ayuda en nada— Dime.

—¿Vas a salir así Mcloth? —recuerdo que no llevo mi chaleco puesto y que esta mojado en uno de los lavabos— Aunque a mi no me molesta tenerte así delante mía.

Sube su mano hasta mi labio justo donde tengo la herida casi curada para bajarla despacio por mi hombro. Ladea su cabeza y sus ojos siguen los pasos de su mano, guiándola a través de mi cuerpo.
El tacto de sus dedos son suaves y no son fríos pero con su roce podía sentir mi piel erizándose.
Mi cabezas daba vueltas porque no sabía a dónde quería llegar, por un momento había olvidado como se respiraba y solo estaba concentrado en sus ojos esmeraldas. A pesar del color verde tenía una oscuridad que te atrapaba como un agujero negro, era magnético.
Bajó su mano hasta recorrer toda mi parte superior y sus labios estaban a milímetros de los míos. Podía sentir su respiración y la mía mezclándose entre ellas, siendo una sola.

No podía pensar correctamente en ese instante pero algo me incitó a parar, no quería besarlo, no quería que me tocara. Había venido a limpiar la camiseta y no tenía planeado nada de esto. Esto no debía de pasar.

•°MI PEQUEÑA PERDICIÓN°• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora