13 /OLI-DYLAN

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—Si claro —le digo a Liam— ¿Cuando? —me paso la toalla por el pelo mojado para secarlo.

—La fiesta será el sábado, antes de la primera ronda de la competencia, creo que en dos días nos dará tiempo a recuperarnos de la fiesta —menciona detrás de la pantalla.

—No creo que vaya pero si queréis ir ustedes, podéis ir —agarro el móvil— mientras que no os distraiga.

—Tranquilo, no lo hará, te cuelgo que voy de camino a clases.

—Vale.

Dejo el móvil a un lado y me termino de arreglar.
Hoy era lunes y empezaban los exámenes, esta semana sería larga. El lunes teníamos la competencia y no nos podíamos dormir. Este mes se me había hecho bastante largo, me parecía imposible que el lunes ya era 2 de noviembre.

La competencia se trataba de ir a un teatro, donde entraban los seleccionados, eran veinte en total. En la primera ronda se eliminan cinco, en la semifinal se eliminan otros cinco y los diez restantes van a la final.
El casting para entrar ya había sido, eso había sido bastante fácil. La primera ronda es en noviembre, este lunes, la semifinal es en enero y la final es en marzo.
Teníamos tiempo suficiente para prepararnos pero se estaba complicando con los exámenes.
Mina casi no se presentaba a ensayar, bailaba bien pero no por eso debía faltar.
Mara y Nora se ayudaban mutuamente y se notaba el progreso.
Liam se quedaba un rato más conmigo después de las clases, se lo tomaba en serio.
Cuando no estaba ensayando, estaba ayudando a las hermanas con algunos fallos en los pasos. A veces se quedaba solo con Mara, ya que se frustraba y no le salían los pasos por lo que ensayaban los dos solos, para ayudarse mutuamente.

Salgo de mi habitación y me voy a clases. Iba con el tiempo justo.
Me puse los auriculares y empecé a caminar hacia mi destino.

El amanecer me calmaba. Respecto al clima, era un poco frío, ya hacía varias semanas que había empezado el otoño y halloween estaba a la vuelta de la esquina.
No era una de mis fiestas favoritas por el simple hecho de que mis amigos de clases siempre me hacían disfrazarme. Para mi era un poco infantil querer hacerlo. Simplemente nos disfrazabamos para estar en casa viendo películas de terror.

Llegué y me coloqué en el asiento de siempre, con Liam a mi lado. No hablamos de mucho, el estaba agotado y yo no tenía ganas de hablar así que simplemente nos pusimos a escuchar al profesor o por lo menos intentarlo.

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No paraba de mover mi pierna y al mismo ritmo que esta se encontraba mi lápiz, estaba nervioso.
Faltaban cuatro minutos exactos para acabar las clases e ir a comer. Me había llevado todas las horas en mis pensamientos, estaba frustrado.

En la media hora para desayunar escuché que Dylan había venido hoy, y de alguna manera me alegró que ese idiota se haya dignado a volver.
Pero a la vez me enojé conmigo mismo por estar alegre. No es que me importe él, pero por lo menos se que está vivo.

—¡Oliver! —Liam entró corriendo cuando la campana sonó sacándome de mis pensamientos— vamos, las chicas nos están esperando.

—Me habías asustado idiota —dije guardando mis cosas.

—Si si lo que digas, vamos que tengo hambre —dice ayudándome a guardar lo último que quedaba en mi mesa— Listo, vámonos.

Lo sigo por el pasillo hasta llegar a la cafetería y en una de las mesas veo a las chicas, saludo con la mano y me acerco a soltar mi mochila.

—Hola, ¿hay algo bueno para comer?

—Lo de siempre —dice Nora sin importancia.

Asiento y voy a por una bandeja para la comida, no había mucho que elegir así que me fui a por lo seguro, un sándwich.

•°MI PEQUEÑA PERDICIÓN°• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora