•°MI PEQUEÑA PERDICIÓN°•

29/OLI-DYLAN

Oli

Salí de mis pensamientos y terminé de ponerme los zapatos para ir al baño y mirarme por última vez en el espejo. Había adelgazado un poco al no echar cuenta en la comida y estar todo el día fuera de casa. Mi pelo estaba rebelde y un poco más largo de lo normal. Mis pecas se apreciaban más ahora que nunca.

—Bien, vámonos, quiero enseñarte algo antes de ir con el grupo —dijo impaciente.

—¿Qué es? —pregunté interesado.

—Es un sitio, solo diré eso —respondió abriendo la puerta.

Lo seguí y cerré la puerta con llave después de salir.
Subimos en su lamborghini negro y pronto estuvimos en la carretera de camino al lugar donde quería que fuéramos.

No estaba seguro de dónde sería simplemente por el hecho de que era espontáneo. No sabías dónde ibas hasta que llegabas.

Desde que ganamos la competición hace una semana, y digo ganamos porque el equipo de fútbol consiguió ganar; todo parecía ir bien desde fuera, pero desde entonces no he parado de pensar.

Pensar en cómo llegué a la universidad, en cómo abri el club y en cómo me peleé con Ryan.
En cómo Berners no se interpuso en cuando le dije que me vengaría y cuando vi su tatuaje y supe quien era.
Había pasado tantas cosas que no me había dado cuenta en cuanto había cambiado este año en mi vida.

Tenía que hacerme la idea de que tenía novio y que no era uno normal, con una vida normal.
No sabía todavía mucho sobre él por que hablaba poco sobre el tema familiar, pero como había dicho mi madre, debía tener paciencia. Lo conocía por lo que habíamos vivido juntos, pero eso no era bastante. Estaba decidido a saber más aunque me costará un par de años hacerlo.

El sol se estaba ocultando, eran más de las ocho y media de la tarde y no sabía en que momento había dejado de conducir y ahora me estaba abriendo la puerta.

Estaba tan sumido en mis recuerdos que no estaba echando cuenta cuando llegamos.

Al salir del coche me di cuenta que era un lago, era simple pero que el sol se estuviera ocultando a lo lejos e hiciera los reflejos en el cielo y en el agua lo hacía maravilloso.

—Es precioso —solté al apreciarlo.

—Me recordó a ti —respondió encogiéndose de hombros.

—¿Por qué? —pregunté apoyándome en el coche.

—Todos se dan cuenta de que hay un lago pero nadie se para ha apreciarlo —expresó mirando el lago—. Mcloth ẓ̌me llamó girando su cabeza para mirarme—. Esto no será fácil.

—Si fuera fácil todo el mundo amaría sin temor —respondí rápido—. No quiero que lo nuestro sea fácil, no quiero que sea sencillo, solo quiero que sea verdadero y que me ames como yo a ti.

—¿No crees que expresar lo que hay entre nosotros demasiado pronto sea malo?

—Solo expreso lo que he estado sintiendo desde hace unos meses, no es que lo hubiera sentido de la noche a la mañana —le reproché—. me gustas, es verdad, pero no creo que solo sea eso.

—Puede que tengas razón y por eso no puedo dejarte ir aunque sepa que podrías morir por mi culpa.

—.Ahora estoy vivo y eso es más que suficiente.

Después de decir aquella frase me acerque y agarré su mano poniéndomela en la cadera para luego subir mi mano hasta su cara y saborear sus labios.

Si iba a morir y este sería el precio, lo pagaría gustoso.