27/OLI

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No estaba preparado para volver, lo sabía, pero necesitaba hacerlo.

Puse la música a tope y me coloqué los auriculares en las orejas, no quería escuchar nada que no fuera el sonido de las canciones.

Posé la mochila en el hombro y salí del campus dispuesto a volver a clases.
Volver a ver el edificio justo delante de mi como la primera vez que lo vi, era una sensación que se me había olvidado. No era una sensación nueva.

Necesitaba respirar profundo para no tener un ataque se ansiedad antes de entrar a clases. Ya era demasiado humillante que fuera el centro de atención aquel día como para serlo aún más.

Había vuelto con la condición de acabar el año. Su madre le había convencido de volver, en el caso de que no pudiera continuar se iría con su padre a vivir hasta que pudiera volver con su madre.

Las semanas que había pasado con ella no fueron nada buenas. Solo había estado encerrado en su cuarto sin echar cuenta en nada que no fuera su mente.
Había hablado varias veces con su madre, le aconsejaba y le daba ánimos, pero a las horas recaía de nuevo.

Tenía que hacer los exámenes, era su meta inicial. La segunda parte por la que había vuelto era para pedir perdón a su grupo, como líder los había abandonado y eso sabía que no estaba bien. No sabía como se lo tomarían pero por lo menos se habría disculpado.

Sabia que habían ido a la semifinal por el hecho de que cuando encendió el movil hace dos días, vio los mensajes. Había encontrado todo tipo de mensajes, desde Minerva preguntándole cómo está hasta Liam maldiciendole por no contestarles.

Hoy tenía seis exámenes de recuperación, hoy debía darlo todo para recuperar las materias, no quería suspender ninguna.

Estaba seguro de que sería duro pero no bajaría la cabeza por nada del mundo, y menos por las personas de su alrededor que no significaban nada para él.

La pelea de Dylan le dolió pero saber que le había engañado después de preguntar tantas veces fue el detonante que lo dejó encerrado varias semanas.
Aún no estaba seguro de lo que hacía, no sabía que iba a encontrarse cuando llegara la hora de hablar y de verlos.

Su clase, aula 217 se encontraba vacía cuando llegué, suspiré y fui directo al que era mi sitio antes de marcharme. No creo que hayan cambiado de mesa, en todo caso, si es así solo esperaré a que alguien me quite de aquí.

Solo cinco minutos bastaron para que el timbre sonara y la mayoría llegara como una bala. Nadie se percató de mi existencia hasta ahora y eso era bueno. No estaba seguro de que durara mucho tiempo.

Liam entró por la puerta y cuando miró hacía la que era su mesa, la que se encontraba a mi izquierda, se acercó. Creí que me ignoraría o simplemente se cambiaría de lado pero solo se sentó y saco la libreta de historia.

—Nos debes una explicación —Su tono era serio y sabía que estaba enfadado—. Después de clases vamos el grupo a ensayar, es tu oportunidad de explicarte sin escusas.

—Claro, iré —iba a callarme pero vi la oportunidad de preguntarle como le fueron en la semifinal antes de que viniera el profesor—. ¿Cómo os fue en la semifinal? Se que no fui pero quiero saber si se os hizo difícil.

—¿Ahora te preocupa? Oliver nos unimos al club por ti y te apartaste, nos dejaste solos cuando eras tú quien quería estar allí.

—Perdón, se que no me presenté, pero era porque no estaba aquí en el país, me uniré a vosotros en la final, prometo no dejaros esta vez —Dije murmurando—. Podré ayudaros.

—¿Quién dijo que necesitábamos tu ayuda? Podemos solos como un grupo, te echamos cuando perdimos toda esperanza de que vinieras —advirtió sin siquiera mirarme.

•°MI PEQUEÑA PERDICIÓN°• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora