18/ OLI

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La luz entró por la ventana haciéndome abrir los ojos. Llevé mis manos a ellos y froté un poco mientras bostezaba.
Me senté en la cama y cogí el móvil para mirar la hora, faltaba unos minutos para que sonara la alarma.
Lo solté y estiré mi espalda mientras me levantaba, hoy iba a ser un día duro.

Mis ganas por ir a clases cada vez eran menos y aún faltaba para terminar el primer semestre, por ahora me conformaba con que llegara el sábado.

Mi móvil sonó, era hora de vestirse e ir a clases, rutina de todos los días.

...

—Venga ya, solo fue un día —rodé los ojos ante lo insistente que podía llegar a ser Liam— ¿Me perdonas? Hoy no faltaré al ensayo.

—Yo tampoco y después podemos ir a por un helado o algo —sugirió Mara.

—Si porfavor, y que sea de chocolate —expuso Nora.

—Yo me apunto y así vamos todos —Mina levantó la mano aceptando— ¿Oli vendrás no?

—Lo siento pero he quedado así que... —dije sin muchos ánimos- no puedo ir, lo siento.

—¿Y con quien has quedado? —preguntó Mina curiosa— ¿lo conocemos?

—¿O la conocemos? Podría ser una chica Mina.

—No creo que lo sea, Oli nunca sale con chicas a no ser que seamos nosotras.

—Bueno eso nunca se sabe.

—No es ninguna chica —dije para que pararán la discusión— quedé con un amigo para ir a su casa a jugar, ¿contentos?

—¿No podrías decirle de jugar otro día? O que se venga con nosotros y así lo conocemos —sugirió Nora— no creo que sea mala persona, ¿no?

—Bueno... verás, la cosa es que no creo que quiera venir porque no es el tipo de chico que le gusta salir... —dije para salir del momento incómodo.

—Tu le avisas por si acaso y a ver que pasa.

—Bien...

Me alejé de ellos para ir a la parte de atrás en los aparcamientos para esperar a Dylan. Quería que fuéramos en su coche, como si fuera lo más discreto que existe.
Lo esperé unos minutos hasta que lo vi a lo lejos acercándose.
Vestía de negro; camiseta ancha, pantalones vaqueros pegados y un poco rotos y botas grandes. Todo del mismo color.

Espere a que llegara y aunque no estaba aún convencido de si era buena idea o no todo esto, no podía echárme para atrás. No podía dejarle tirado después de ir a buscarme.
A parte tenía un poco de miedo el hecho de que se enfadara, ya tenia a Ryan detrás mío buscándome y no quiero a otro más.

-¿Sabes? creí que no ibas a venir —dijo sincero una vez estuvo enfrente de mi.

—Bueno, no queria ser maleducado y dejarte tirado.

Subimos al coche y en todo el trayecto miré por la ventana.
Me parecía algo incómodo estar con él en un mismo espacio, sabiendo lo que se. Es algo surrealista que todavía no alcanzó a creer después de todo.
Paramos en la misma casa que hace semanas estaba a punto de llamar, la misma que se encuentra enfrente de la casa de Minerva.
Bajé lo más rápido posible y me quedé quieto hasta que él entró en la casa, no sabía que hacer ni que decir en estos momentos.

—Oye —me giré para verlo a la cara, era algo que no se podía evitar— puedes subir a mi cuarto voy a preparar algo de comer para los dos antes de ir.

—¿Harás de comer? —pregunté levantando las cejas—  ¿Dylan Berners cocinando?

—Se podría decir que no soy tan malo, aunque he de admitir que es comida precalentada así que no te hagas muchas ilusiones.

—Ya me extrañaba a mi —dije desviando la mirada a los cuadros de la casa que se encontraban justo al lado— ¿Dónde está tu cuarto?

—La última puerta a la derecha.

—Vale , la última puerta a la derecha... —susurré para mí.

Subí las escaleras despacio y como había dicho, la última puerta a la derecha tenía un cartel que ponía "Dylan", muy original para ser idea de él.

Abrí la puerta poco a poco como si temiera por un momento lo que sea que se encontrara dentro de la habitación, una vez abierta del todo encendí la luz y me calme.
La habitación era como una cualquiera, tipo de adolescente, estanterías con discos, algunos posters,una guitarra... ¿tenía 20 o 16 años?
Me quedé admirando cada detalle, desde el color de las paredes negras y blancas, hasta los trofeos que tenía en la parte de arriba, en una estantería a parte.

—¿Qué estás mirando? —me sobresalté al escucharlo entrar ya que no me esperaba que llegara tan pronto.

—Me has asustado —dije llevando una mano a mi pecho— solo estaba mirando —dije simplemente encogiendo los hombros.

—He hecho pizza, he intentado hacer otra cosa pero no había mucho en la cocina para cocinar —se sentó en la cama mientras con su mano me indicó que me sentará junto a él.

—Con eso me vale.

Me senté en la cama junto a él y empecé a comer el trozo de pizza, la verdad es que estaba buenísima. Nada mal para ser precocinada pues hay algunas que sabían a cartón.

—¿Tocas? —pregunté mirándolo— Vi la guitarra y...

—Si —Lo mire extrañado, nunca antes había oído hablar de que a Berners le gustará la música, es decir, es el capitán del equipo de fútbol. Todos están al pendiente de lo que hace o deja de hacer y si tocaba algún instrumento todos en la universidad lo sabrían— ¿Qué? ¿Tanto te sorprende que me guste algo más que el fútbol?

—sinceramente si —Digo acercándome a la guitarra— ¿Puedo? —Él asiente y no dudo en cogerla— Me gusta bailar pero cuando era pequeño, mi madre me apuntó a clases de guitarra —sonreí con nostalgia— nunca aprendí del todo, debo admitir que no era lo mio.

—A lo mejor es porque no tuviste a un buen maestro.

—Era maestra, se tuvo que marchar, le dieron un trabajo en un sitio mejor así que dejó la ciudad, era buena persona y siempre me decía que no pasaba nada si no se me daba bien, lo importante era que mejoraba con el tiempo.

—Entonces creo que me hubiera caído bien —se levantó acercándose— yo aprendí solo, a mis padres no les gustaba que yo...bueno todo esto, así que tuve que aprender por mi cuenta.

—Tuvo que ser difícil aprender solo —dije dándole la guitarra.

—Me gusta la música —confiesa mirándome— así que no fue imposible, aunque si años de practica.

—Oye... —Se que puede estar mal preguntarle esto ahora pero por alguna razón quiero hablar más con él y no dejar la conversación a la mitad— Ahora tengo ensayo dentro de un rato y mis amigos querían ir a por un helado después...¿quieres...quieres venir? —no esperaba que dijera "si, por supuesto" pero por lo menos un "me lo pensaré" o "para la próxima mejor" pero deseaba que dijera la primera opción— No quiero dejar nuestra conversación a la mitad, me gusta saber que puedo hablar con alguien sobre música además... dijiste que tenemos cosas que debemos aclarar...y sería una gran oportunidad para hacerlo...

—Si Mcloth, voy a ir —dijo soltando una risita— no hace falta que te pongas nervioso.

—¿Yo? No lo estoy... quiero decir, si bueno, ¿entonces vienes? —pregunté desviando mi mirada, sentía mis mejillas calientes y mi corazón latir más rápido de la cuenta al escuchar su risa.

—Si Eclipse te acompañaré al ensayo y a por los helados con tus amigos.

•°MI PEQUEÑA PERDICIÓN°• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora