Mi padre se había mudado a otro vecindario cuando se separó de mamá, dejando esa casa vieja para irse a un pequeño departamento. A veces lo visitaba, pero no muy seguido ya que a mamá no le gustaba que lo hiciera. Recuerdo que al principio me entristecí mucho, pero con el tiempo pude hacerme a la idea de que, por ejemplo, en mi cumpleaños obtendría dos obsequios. Era algo bueno en ese sentido. Con él no suelo hablar mucho, ya no compartimos tantas cosas, pues no nos vemos casi; pero continuamos enviándonos mensajes de texto y una que otra llamada. Mi padre no me castigó ni una vez de niño, esa era tarea de mamá, por lo que la charla en el auto no fue más que eso, una charla. Ni siquiera un reproche o un aviso. Mi padre comprendía las cosas de una manera distinta a mamá. Con él me entendía mejor. Quizás por eso él nunca me castigaba, porque veía en mí su "yo" joven y comprendía las travesuras que hacía.
—Me alegra oír, luego de tanto tiempo, que encontraste algo en lo que enfocar tu mente. —mantenía su mirada seria en la carretera, pero su voz era cálida y suave. Solía contarle cómo me sentía, pues no tenía con quién hablar—. La próxima trata de no meterte en problemas.
—Lo siento. ¿Le dirás a mamá?
—No. —suspiré aliviado—. No ha pasado nada grave como para que se preocupe y se ponga histérica sin razón. Pero no voy a sacarte de un lugar así otra vez, ¿está claro?
—Sí, papá.
Al llegar a casa, ambos bajamos del auto. Él planeaba darle las explicaciones necesarias a mamá para que yo no tuviera que hacerlo. Que por cierto, apenas abrí la puerta para entrar, se abalanzó hacia mí para corroborar mi estado, deteniendo todo tipo de movimiento cuando vió a papá detrás de mí.
—Hola Eunji. —la saludaba papá con un tono suave, sin ningún rastro de sentimiento negativo.
—Jeon... —respondió con un tono duro y seco.
Yo sé que en el fondo aún se aman.
—Te devuelvo al niño. Nos... encontramos en el camino.
—Bien, gracias.
Se despidieron con un asentimiento de cabeza y yo lo saludé con mi mano para luego subir a mi habitación. Mientras me quitaba el uniforme que aún llevaba puesto, pude ver por la ventana cómo papá se iba en su auto en dirección a la puesta de sol. Suspiré. Extrañaba hacer cosas con él. Ir al cine, al parque, de compras, a las peleas, de viaje... Con mamá no hacíamos mucho y no quería pasar tiempo con ella porque las charlas siempre, sin excepción, se convertían en monólogos de reproches o castigos. Con mamá no teníamos muchas cosas en común, por eso no pasaba tiempo con ella. No teníamos nada para hacer. Y si hablábamos, todo terminaba en discusión. Me encantaría poder hablar de peleas con ella, o ir a ver una película o tal vez de compras, pero nuestros gustos diferían mucho y ninguno tenía ganas de hacer, por compromiso, lo que quería el otro. Bueno, tal vez ella sí, pero yo, luego, me vería en la obligación de hacer lo mismo y no quería ir a comprar barniz de uñas o ver plantas.
Acabé de hacer mis tareas y bajé a cenar algo, ya que el aroma a salsa que había subido a mi habitación me había abierto el apetito; encontrándola en la cocina. Si había algo que extrañaría muchísimo de mamá si por alguna razón me mudaba con mi padre, era la comida. Mamá cocinaba exquisito, pidas lo que pidas. A pesar de que sea modesta en ese sentido, le gustan ese tipo de halagos y apenas tengo oportunidad, se lo hago saber. Siempre cocinaba mis comidas favoritas cuando quería hablar de algo o quería disculparse, ya que sabía a la perfección que yo acabaría cediendo ante su petición.
—Huele bien. —dije apareciendo en su costado, sorprendiéndola y causándole una sonrisa.
—Espero que te guste. Ve acomodando la mesa, Jungkook.
Mi madre llevaba las fuentes con comida al centro de la mesa mientras yo acababa de poner los platos y vasos.
—¿De qué quieres hablar? —dije llevando los fideos a mi boca.
—¿Qué quieres decir?
—Oh, vamos. —sonreí al ver su expresión desentendida—. Siempre cocinas cosas que me gustan cuando quieres hablar de algo conmigo. O cuando estás arrepentida. —rió.
—Está bien, me atrapaste. —bebió de su vaso para mirarme a los ojos—. Quería preguntarte si te gustaría que hiciéramos algo este fin de semana entrante, ya que no debo ir a trabajar.
De nuevo, lo que les decía. Mamá está dispuesta a hacer algo que a mí me guste, pero yo no creo estar tan dispuesto a hacer algo que a ella le guste.
—¿Algo como qué?
—¿Tú quieres hacer algo en especial?
Si le decía que quería ver combates de box o taekwondo, me mandaría a cosechar nabos.
—Pues...
—Que no sean peleas, por favor. —suspiré—. Sabes que no me gustan esas cosas.
¿Lo ven?
—¿Y tú qué quieres hacer? —la miré desinteresado.
Comenzó a decirme que había visto algo en el centro comercial y que no quería ir sola, argumentando también que nunca hacíamos nada juntos y que era una buena oportunidad para comenzar a hacerlo. En fin, tampoco interrumpía nada importante así que acepté.
Bueno, ya tenía planes para el fin de semana. Salir con mi madre.
Al otro día desperté algo emocionado y ansioso. Quería... no, perdón. Debía terminar ese dibujo. Era peligroso, pues la policía ya me había cachado y me prohibieron volver a pintar, pero si no me veían... Además, lo prohibido está para realizarse, ¿no?
Bajé a desayunar, preparado para ir a la escuela, sorprendiendo a mamá, ya que no había hecho falta que subiera a despertarme. Sintiendo el calor que comenzaba a hacer presencia en estas épocas, a pesar de que aún eran las siete de la mañana, saludé a mamá y fui camino a la escuela. Mamá no me llevaba a la escuela, en primera porque yo se lo había pedido y en segunda porque ella debía ser puntual en su trabajo. Si llegaba a entrar un minuto tarde, se lo descontaban de su sueldo. Y no, no es broma.
—¡Fuera, niño! —me corrí para el costado, casi golpeándome con una ventana abierta por la velocidad y el susto que me había dado. El chico pasó corriendo en dirección al parque.
Cuándo no, mi vecino de la otra cuadra. El único del vecindario que madruga para salir a correr.
Me carcomía la adrenalina del momento en el que pueda llegar al lugar con una nueva lata de pintura para acabar ese dibujo que tanto me ilusionaba. Y nada ni nadie me lo iba a impedir. Ni el padre de Jimin, ni el calor arrasador que había cuando salí del colegio. Ese dibujo lo terminaría cueste lo que cueste.
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﹗𖥻 ˖𓍯 𝑌𝑜𝑢 𝐴𝑟𝑒 𝑀𝑒, 𝐼 𝐴𝑚 𝑌𝑜𝑢 » 𝙅𝙞𝙠𝙤𝙤𝙠 ✔︎ ©𝐌𝐢𝐤𝐡𝐚𝐢𝐥
Teen Fiction✾ཻ̊•̩̩͙◌̊━ Jungkook necesita algo que lo haga feliz, algo que lo distraiga y que mejore sus días. Algo que sea tan suyo que nadie se lo arrebate. ¿Algo o Alguien? ✎. . .❬°˖✩ 𓄸 JiKook 𓄸 Prohibid...