t r e i n t a y c u a t r o ;

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Con Jimin habíamos visto tres películas de superhéroes y luego su madre me invitó a cenar. Fue cómodo, todos estaban hablando de su día y alguna novedad para el siguiente. Las comidas en mi familia suelen ser silenciosas. La mamá de Jimin me hacía preguntas relacionadas a mi escuela y el señor Park me preguntaba con diversión si me estaba portando bien, refiriéndose a lo de los graffitis, a lo que yo asentí efusivamente.

—No han vuelto a aparecer esos chicos, ¿verdad? —me decía él.

—Por suerte, no me los he vuelto a cruzar.

—¿Cómo está tu brazo, hijo? —preguntaba la señora Park.

—Molesta moverlo, pero no mucho. Supuestamente, en una semana se mejorará del todo.

—En una semana podrás comenzar con el box. —me decía Jimin, contento. Le sonreí.

Nos quedamos hablando de diversos temas en la mesa, sacándonos entre todos alguna que otra risa. Regresé algo tarde a casa esa noche, pero para mi sorpresa, mi madre no me había regañado. Estaba en la sala, leyendo un libro, y cuando aparecí por la puerta, solo me preguntó cómo estaba y si había cenado bien, para luego irse a su habitación. A pesar de mi sorpresa, no fui a preguntarle nada.

En nada ya estábamos en la siguiente semana, donde había estado teniendo algunos episodios ansiosos durante la noche, sin ninguna razón en particular, o al menos yo no se la encontraba. Sí era consciente de que en poco tiempo tendría mi primera clase de box y estaba emocionado, pero en el momento en el que pensaba que estaría con Jimin, ese vacío extraño en mi pecho se hacía presente, y se tornaba mucho mas fuerte y doloroso cuando quería alejar cualquier tipo de pensamiento relacionado a él y no podía. 

Este día viernes era el último de la semana en la escuela, pero el primero de mis clases de box. Había querido esperar a recuperarme del todo de mi brazo para poder moverme sin dificultad. La caminata matutina hacia la escuela con Jimin fue algo silenciosa de mi parte. Debido a aquellos ataques en la madrugada, me había costado dormir y moría del sueño.

—¿Estás emocionado, Jungkookie? —me decía, observándome sonriente. ¿Puedes acabarla con el nombrecito? Harás que mi corazón se detenga.

—Sí. He estado esperándolo toda la semana.

—Recuerda que vendré por ti. —asentí—. ¿Qué le has dicho a tu madre?

—Que me juntaba contigo en la biblioteca del centro para estudiar.

Jimin se me quedó viendo por unos momentos y luego estalló en carcajadas. Sabía que no era la excusa más inteligente o la más elaborada, pero como mamá sabía que él me ayudaba a estudiar algunas materias, supuse que creería fácilmente aquella mentira.

Para mi mala suerte, el tiempo en la escuela transcurrió más que lento, con materias espantosas y profesores aberrantes. No me había cruzado con Yeonsoo hoy y tampoco la había visto con sus amigas. Quizás está enferma... No quería pensar que como hoy teníamos clase de arte juntos, había faltado para no cruzarse conmigo.

Al final del día, Jimin me esperaba apoyado a un lado de la puerta, con su bolso en su hombro y su conjunto deportivo gris que se asentaba tan bien en aquél moldeado cuerpo. Sentí algo en mi estómago en cuanto se dio cuenta del escáner visual que hice sobre él y me observó con el entrecejo levemente fruncido.

—¿Listo, Kookie?

Y dale con el Kookie...

—Sí.

Comenzamos a caminar a paso tranquilo. Iniciamos una pequeña charla sobre cómo me había ido hoy y lo ansioso que estaba por iniciar con el box, y también él me comentó sobre una coreografía que estaban preparando. Al llegar, los amigos de Jimin se abalanzaron sobre él para abrazarlo y volvieron a saludarme como si yo fuese un niño. 

﹗𖥻 ˖𓍯  𝑌𝑜𝑢 𝐴𝑟𝑒 𝑀𝑒, 𝐼 𝐴𝑚 𝑌𝑜𝑢 » 𝙅𝙞𝙠𝙤𝙤𝙠 ✔︎ ©𝐌𝐢𝐤𝐡𝐚𝐢𝐥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora