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Creo que no he podido contar cómo es un día normal en mi escuela, así que me daré el lujo de hacerlo hoy.

Cuando llego en la mañana, que generalmente es temprano, tengo unos momentos antes de la primer materia, así que aprovecho para hacer o terminar alguna tarea o trabajo que me quedó pendiente. El día de hoy tenía Matemáticas en primer lugar, por lo que acabé de hacer los últimos tres ejercicios que me faltaban, que Jimin no supo cómo hacerlos cuando se lo pregunté. Yeonsoo se había ofrecido a explicármelos, pero no le entendía ni siquiera cuando me hablaba natural, menos iba a entenderle una explicación.

Como he dicho en algún momento, no tengo amigos o personas cercanas –salvo Yeonsoo– con las que pueda hacer la mañana más llevadera, pero es bastante entretenido escuchar las conversaciones del grupito de chicas que se sienta detrás de mí. Es como si fuera una telenovela, una muy mala, por cierto. Siempre el chico que les gusta le gusta alguien más o simplemente no quieren nada con ellas. ¿Y cómo hacerlo? Mis compañeras son un tanto especiales. Son bastante... ¿cómo decirlo? Necesitadas. No me malentiendan, no tengo nada en contra de eso, de hecho ellas pueden ser y hacer lo que quieran con sus cuerpos y su vida, pero lo que buscan, lo dejan demasiado en claro con solo pasar un momento a su lado. Ni siquiera tienen que decirlo en voz alta, con sus actitudes, expresiones y acciones te das cuenta al instante. Siempre dije que ese tipo de chicas son las que acaban teniendo embarazos no deseados a los diecisiete años. Pero bueno, como dije, no es mi vida.

Y se preguntarán qué hay de los chicos del salón, pues no estoy yo solo. Algunos les siguen el juego al grupito este de chicas, otros se enfocan en el rendimiento de algún deporte que estén practicando, otros solo hablan de videojuegos y algún equipo electrónico de última generación, y el resto, que deben ser dos o tres, se preocupan por sus notas y rendimiento académico. Yo no entro en ninguno de esos grupos, como verán. Y en Arte era igual, la única que me hablaba era Yeonsoo y el resto hacía como si yo fuese invisible.

Hablemos más de Yeonsoo, que sé que quieren saber más. Yeonsoo es un par de meses más joven que yo, le gusta dibujar y pintar, aprender cosas nuevas, sobre todo idiomas; adora la comedia romántica y los clichés, lee mucho, según ella; y a diferencia de mí, ella es más sociable. Tenía su grupo de amigas, pues solía verla de vez en cuando por los patios en los recesos, pero no me acercaba a ella, siempre era al revés. ¿Para qué acercarme a ella? Sí, tenemos algunas pocas cosas en común, pero no me interesaba tenerla en mi vida, ni como amiga ni como algo más, sentía que no me aportaría nada.

Pero voy a contarles un secreto, la verdad es que no quiero tener amigos porque siento que el mejor amigo que podría tener en mi vida soy yo mismo. Suena muy triste y solitario, pero es la verdad. Siento que un buen amigo haría lo que yo hice por mis antiguos amigos alguna vez, pero comprobé que nadie es capaz de devolver ese favor, porque, como vengo diciendo, la gente es muy egoísta y egocéntrica, solo se interesan en sí mismos y en lo que a ellos les pasa. A veces creo que yo soy el inocente y el estúpido por dejarme manipular de esa manera, siendo el mejor amigo de todos pero no teniendo a nadie nunca, porque a fin de cuentas, es así, yo acabaré solo tal y como comencé. Y creo que es mi castigo por ser tan buena persona. Por eso, cuando mi madre me pregunta por mis antiguos amigos, me decaigo anímicamente y sin contestarle nada me encierro en mi habitación. 

Éramos muy unidos, los cinco, pero un día eso cambió y al parecer solo me afectó a mí. Dos de ellos eran mis mejores amigos. Los dos restantes digamos que acompañaban y acababan de complementar el grupo, pero los otros y yo éramos inseparables, hacíamos todo juntos, literalmente. Hasta que un día, una mañana, comenzaron a alejarse de mí, dejaron de hablarme, ya no almorzaban conmigo y comenzaron a salir ellos dos juntos, a veces ellos cuatro, sin intenciones de invitarme. Totalmente de la nada. Y cuando yo quise verlos, pues necesitaba una ayuda y un escape emocional, ellos me ignoraron y volvieron a verse entre ellos luego de clases. Eso en primaria. No quiero hablar de la elemental, pero digamos que fue muy similar. En conclusión, los amigos no siempre son "amigos" como uno cree, por eso es que deberías prestarle más atención a la gente con la que te juntas, así lleven años de conocerse.

Caminaba cabizbajo por la acera, sintiendo el ruido de los autos al pasar por la carretera y a las personas caminar en mi misma dirección. Había sido un día pesado y largo, necesitaba descansar un poco. No me sentía diferente a otros días, de hecho me sentía "diferente", como ya era mi costumbre. Abro la puerta de mi casa con desgano y gritándole al salón que había llegado, porque seguro que mi madre aún no lo había hecho, me descalzo para entrar, sintiendo un murmullo en la cocina y luego, un grito de regreso.

—¡En la cocina, amor!

Bueno, sí había llegado. Fui a mi habitación para ponerme más cómodo y bajé a la cocina, encontrándome a mamá hablando animadamente con Jimin. ¿Qué están viendo mis ojos?

—¿Qué haces aquí, Jimin?

—Ayer me dijiste que hoy te entregarían el examen de Ciencias Políticas, queríamos ver cómo te había ido. —me miró con una sonrisa, al igual que mi madre. Él estaba sentado en el pequeño desayunador, apoyando en él ambos brazos. Mi madre estaba a su lado, sirviéndole jugo y unos aperitivos.

—¿Te lo han entregado? —preguntaba ella.

—Sí, aunque creo que esa mujer me tiene manía... —fui a buscar el examen a mi cuarto, a mi mochila, y se los enseñé—. Estaba seguro que obtendría un cien por ciento, pero su orgullo me dio un noventa y tres por haber escrito mal dos palabras. —rodé los ojos.

—Jungkook, no puedo creer que hayas sacado esto. —decía mirando la hoja, impresionada—. Esta es la primer nota alta que veo en años. 

—Todo fue gracias a Jimin... —lo observé, estaba sonriéndome.

—Gracias, hijo, por ayudar a mi bebé. —mimó su espalda y él se apenó.

—No fue nada, señora, un placer.

—Bueno, Jungkook... —mamá se me acercó y sacó mi teléfono del bolsillo de atrás de su pantalón, extendiéndomelo—. Sigue así. —asentí sonriente y la abracé.

Jimin y yo fuimos a mi cuarto, él dijo que debía contarme algo.

—Tu madre no confía en ti, ¿lo sabías? —me miraba en la cama desde mi escritorio.

—Dime algo nuevo...

—Cuando llegué, ella comenzó a contarme que estaba asustada porque como no podía llevarte, no podía corroborar que realmente entraras al colegio. Ella piensa que te escapas de clases. —rodé los ojos. Lo que me faltaba—. Pero le dije que las veces que te he acompañado, te he visto entrar, así que me pidió por favor que te acompañe todos los días.

—¡Qué pesada!

—No lo haré si tú no quieres, pero dime, ¿alguna vez de has rateado del colegio?

—¿Tú no? —lo miré de reojo.

—Claro que sí, ¿qué adolescente no lo ha hecho? —rio.

—Pues ella, al parecer.

—Ella es de otra generación, Jungkook, por supuesto que no lo va a ver normal. —desvié la mirada, tenía razón. Pero ella continuaba siendo pesada—. Yo no tengo ningún problema en acompañarte.

—No tienes que hacerlo, Jimin, no eres mi niñera.

—En realidad me queda de paso; tú sales para la escuela cuando yo salgo a correr y además, ambos vamos en la misma dirección. —se encogió de hombros.

Lo pensé mucho, y a decir verdad, me pareció una buena idea. Por lo menos no iba a aburrirme en las mañanas, tendría al señor respetuoso conmigo, haciendo chistes malísimos y hablando sobre lo mayor y buena persona que es. Por supuesto, fue una gran idea...

﹗𖥻 ˖𓍯  𝑌𝑜𝑢 𝐴𝑟𝑒 𝑀𝑒, 𝐼 𝐴𝑚 𝑌𝑜𝑢 » 𝙅𝙞𝙠𝙤𝙤𝙠 ✔︎ ©𝐌𝐢𝐤𝐡𝐚𝐢𝐥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora