d i e c i o c h o ;

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Quise que fuéramos a la estación de trenes de la última vez, pero él me llevó por otro camino. El lugar estaba casi a las afueras de la ciudad, por lo que le dije a mi madre que llegaría tarde a casa, pero que no se preocupe, ya que estaba en compañía de Jimin. Dicho lugar era un establecimiento grande. O más bien, lo que quedaba de él. Parecía que había sido víctima de un gran incendio; algunas de las paredes estaban desmoronándose, con algunos bordes teñidos de negro, restos de hollín por todo el suelo, pintura totalmente desgastada, retazos de alguna bandera encajados en las paredes...

—¿Esto era una escuela?

—Sí. Hace un tiempo fue atentada por un grupo de terroristas y la quemaron.

—Guau, quién lo diría... —muchos alardeando que esta era una ciudad muy segura y... ocurren cosas como esta—. ¿Con gente dentro?

—No, por suerte.

—¿Y cómo es que conoces este lugar?

—Me gusta recorrer zonas nuevas. Y a diferencia de otros —me miró sonriente—, tengo buen sentido de la orientación, así que no me pierdo.

—¡Oye! —lo golpeé sin fuerza—. Yo tampoco me pierdo... ayer estaba enfadado y me fui por un camino aleatorio, sin pensar. —rio.

—Te creo, te creo. —se sentó en un pequeño peldaño, parte de una escalera que conducía a un segundo piso—. Cuando encontramos este lugar, pensé en ti.

Me sorprendí un poco.

—¿"Encontramos"?

—Fue un día que salí temprano de las clases de baile y con mis amigos decidimos salir a dar una vuelta, encontrándonos con este vejestorio. En cuanto lo vi, dije: "Woah... esto le fascinará a Jungkook".

Sonreí cuando acabó la frase, aunque lo disimulé al instante. Me sentí especial por un momento, pues ¿por qué mi vecino piensa en mí cuando está con sus amigos? Suena extraño, lo sé, pero lo sentí de esa manera. Quiero decir, ¿por qué pensó en mí, cuando pudo haber pensado en cualquier otra persona?

—Pues acertaste, esto es genial para pintar. —dije contento.

—¿Verdad? —sonrió—. Y bien, ¿qué pintarás?

Saqué de mi mochila la carpeta donde tenía mis dibujos en lápiz, para que él eligiera esta vez qué debía trasladar al muro. Los observó a todos con detenimiento y sonriendo, elige el arma y el escudo.

—Este se ve genial.

—Bien...

Quise elegir una pared que no estuviese tan desmoronada ni sucia, para que el dibujo se destaque, pero al ser las paredes de ladillos, todas estaban maltratadas. Excepto una, al fondo de lo que venía siendo el corredor principal. La pared era oscura, perfecta para trabajar con aerosol blanco, y su revestimiento no era esmaltado, por lo que la pintura no resbalaría. Jimin se sentó en un montículo de ladrillos que había a un lado, le entregué mi mochila y dibujos y comenzó a observar.

—Puedo colocar música, ¿verdad?

—Mientras que no nos descubran...

Sonriendo, busca en su teléfono algo para que el ambiente no esté tan silencioso, sintiendo cómo una canción de hip hop, o algo así, salía de aquél parlante. Me concentré en lo mío. Saqué las latas de pintura blanca y gris de la mochila, agitándolas bien antes de empezar a manchar la pared. Me coloqué mi barbijo y comencé a trazar una línea blanca, casi en diagonal, para crear el tubo de la pistola. Me sentía extraño. Era raro pintar sabiendo que había gente que me estaba mirando, estaba nervioso. ¿Y si me equivocaba? Nunca antes me había equivocado, pero quizás algo quedaba desproporcionado o chueco si no le prestaba la suficiente atención. Decepcionaría a Jimin. ¿Por qué debía impresionarlo? No lo sé, pero se sentiría lindo recibir algún halago respecto a mis graffitis, digo, ¿a quién no le gusta recibir buenos comentarios respecto a lo que hace? Sé que él ya me halagó un dibujo, hace un par de semanas, y le contesté modestamente; pero no era lo mismo un dibujo en papel que una pintura callejera. De hecho, me encantaría que mi madre o mi padre también puedan ver lo que hago y cómo de bien me salen, o qué tan feliz soy haciéndolo, pero estoy seguro que a mi padre le daría igual y mi madre se enfadaría por invadir propiedad privada. Lo verían como algo negativo.

—Vaya... en un momento ya tienes medio dibujo realizado. Fascinante.

Sonreí y agradecí tener el barbijo para que él no pudiese notarlo. Hice oídos sordos y continué con mi labor. Seguí haciendo el escudo del fondo, que, por si no lo habían notado, todo esto representaba el hate o comentarios negativos que recibía y la poca defensa que yo podría poseer. El escudo estaría dañado, abollado, cuarteado; y la pistola era algo pequeña en comparación, simbolizando, tal vez, mi debilidad. No lo sé. Aunque... la pistola no estaba totalmente delante del escudo, estaba... algo de costado, como apuntándolo.

—¿Siempre realizas este tipo de pinturas, tan...? —lo observé.

—¿Simples?

—... aleatorias. —corrigió—. La otra vez era un gusano.

Bajé la cabeza.

—Generalmente hago dibujos sobre cómo me siento o cómo me gustaría sentirme.

—Al parecer no te sientes bien... —sonrió triste y me palmeó el hombro.

—Pues supongo que he estado peor.

Jimin no habló más en lo que yo acabé de darle las sombras al dibujo con el color gris. La tercera canción había acabado y el silencio que se formó hasta que se reprodujo la siguiente, me pareció eterno e incómodo. ¿Por qué me tomé mal su "aleatorias"? Era verdad, yo no seguía una línea en mis dibujos. A veces dibujaba animales, personas, cosas, monstruos, insectos, pero no eran aleatorios; eran mis temores, mis pesadillas, mis esperanzas, mis sueños. Eran... parte de mí.

Al acabar le tomé una foto y Jimin hizo lo mismo, gustoso. Guardé todo en mi mochila y vi el sobre rosa de Yeonsoo.

—Jimin...

—Dime.

—¿Querías salir el sábado? —me observó desentendido—. Una... amiga me invitó a su cumpleaños y dijo que podía llevar a alguien. —sonrió juguetón.

—¿Amiga? —me codeó, yo rodé los ojos—. Bien, si quieres ir...

—No, no quiero, pero ella espera que vaya. —volvió a codearme—. Basta.

—¿Es una chica de tu salón, Romeo?

—No. Y no me llames así. —sus juegos me ponían de mal humor.

—Ah, ya entendí. Le gustas pero no te gusta. —tomé mis cosas y me rodeó los hombros con su brazo—. Suele pasar.

—¿Te ha pasado?

—No te imaginas cuántas veces... —rio—. Y lo peor de todo esto es que sabes que debes romperles el corazón.

Suspiré, pensando en que él tenía razón, haciendo que él vuelva a reír.

﹗𖥻 ˖𓍯  𝑌𝑜𝑢 𝐴𝑟𝑒 𝑀𝑒, 𝐼 𝐴𝑚 𝑌𝑜𝑢 » 𝙅𝙞𝙠𝙤𝙤𝙠 ✔︎ ©𝐌𝐢𝐤𝐡𝐚𝐢𝐥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora