v e i n t i c i n c o ;

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Al llegar al departamento, corrí a mi habitación a dejar mis cosas. Era curioso que en casa de mi padre no tenga nada pegado o decorando mi habitación, siendo que en casa de mamá tenia hasta posters de hace más de diez años. Nunca me interesó decorar este cuarto, a pesar de que él siempre me decía que podía pintarlo u ordenarlo como yo quisiera. Era muy simple comparado con el de casa de mamá. Paredes blancas, cama y mesita de madera marron, escritorio chico marron, dos ventanas pequeñas con cortinas celestes y cajonera marron. Era incluso más pequeño que el de la otra casa; era menos espacioso, algo ajustado e incómodo para algunas cosas. Pero bueno, yo no vivía allí, para qué quejarme. Solo me quedaba pocos días y regresaba a mi cueva de siempre.
Quizás, como yo no vivía allí y muy probablemente jamás lo haga, no me interesaba ponerla a mi gusto, pues sería un gasto sin sentido.

Regresé al salón para estar con mi padre. Siempre tuvimos una rutina cuando yo iba a su casa: primero veíamos películas o algo en la televisión hasta que fuera hora de cenar, luego, en la cena, charlábamos sobre cómo nos encontrábamos y qué veníamos haciendo, después -a veces-, jugábamos a algún juego, ya sea de mesa o de video, y por último, llegaba la hora de dormir. Él me regresaba con mamá por la tarde, así que, el último día, se encargaba de llevarme a algún sitio a pasear por la mañana o mediodía, almorzar fuera y demás.

Pero hoy cambiamos un poco.

—Creo que tenemos que hablar. —dije.

Me observó y suspiró pesado.

—Siempre hablamos luego de la cena.

—Luego de la cena tendré sueño. —respondí cortante a su intento de aplazo. No huirás tan fácil de mí.

—Bien. Siéntate. —palmeó el almohadón a su lado.

De camino intentaba prepararme psicológicamente para lo que él iba a soltar. Que quería probar cosas nuevas, conocer gente nueva, caminos nuevos, tal vez casa nueva, pareja e hijos nuevos, nuevo país... ¿Creen que exagero?

—¿Quieres saber algo en particular? —me observaba tranquilo.

—Pues, no lo sé. Cuéntame quién es, hace cuánto la conoces...

Él rió y supuse que era porque yo sonaba como un padre hablando con su hijo sobre su primera novia. Sí, ahora intercambiamos roles.

—Su nombre es Sook y nos conocimos en la universidad; yo debía dejar unos libros a un colega y nos encontramos allí. Uh... bueno, he estado viéndola desde hace un tiempo...

—¿Cuánto? —no estaba tan seguro de querer saber la respuesta, pero aún así la hice.

—Unos... años.

—¿Cuántos, papá? —suspiró y se quedó en silencio—. ¿Engañaste a mamá con ella?

—No, Jungkook. La conocí... unos meses después de nuestro divorcio.

—Oh...

Por un lado me sentí aliviado, pero por otro, me quedé pensativo. ¿Dijo que la había conocido en la universidad? Por lo poco que pude ver cuando vine la última vez, ella no parecía una mujer grande, al menos yo le daba unos veintiocho, o veintinueve.

—¿Y qué edad tiene?

—Bueno, pues... tiene edad para ser tu madre. —me sonrió nervioso a lo que le dediqué una mirada totalmente fría y seria. ¿Acaso intentaba cambiar a mi madre por una desconocida? Y mira que hay muchas cosas de mamá que no soporto y veces que he llegado a odiarla, pero es mi madre y jamás en mi vida la cambiaría por nada ni nadie.

—Yo ya tengo una madre.

—Lo sé.

—No quiero dos.

﹗𖥻 ˖𓍯  𝑌𝑜𝑢 𝐴𝑟𝑒 𝑀𝑒, 𝐼 𝐴𝑚 𝑌𝑜𝑢 » 𝙅𝙞𝙠𝙤𝙤𝙠 ✔︎ ©𝐌𝐢𝐤𝐡𝐚𝐢𝐥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora