v e i n t i c u a t r o ;

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Desperté cerca del mediodía cuando un dolor punzante atravesaba mis sienes, haciéndome doler hasta los ojos. Mis cortinas estaban abiertas, entraba toda la luz del sol a mi habitación. Me levanté desganado y las cerré, con intenciones de dormir un poquito más, hasta que vi mi mesa de noche; aún estaba la pastilla que Jimin me había dejado, junto a la botella de agua como por la mitad y mi teléfono, que vibraba constantemente. Tomé las tres cosas y me senté en mi cama.

Recordaba poco lo que había ocurrido la noche anterior, eran imágenes borrosas y hasta parecían inventadas. ¿Yo, bailando contento con una lata de cerveza en mi mano, hablando con desconocidos y riéndome con ellos, pasándola increíblemente bien? Algo de eso debía ser mentira. Nunca pensé que iba a llegar al estado en el que acabé, vomitando hasta mi alma en la calle. Sí, de eso sí me acordaba. Mi estómago estaba sensible, pero moría de hambre. ¿Qué se supone que deba comer? No quiero volver a vomitar. De niño, recuerdo, me daba miedo esa sensación, no me gustaba para nada. Bueno, no creo que a alguien le guste. Sentía que no era correcto y que mi cuerpo se iba a dañar si lo hacía, además de que la fuerza que debía emplear para devolver, acababa pasándome factura. Pero siempre que estaba mal del estómago, tenía náuseas, o demás, mamá siempre estaba conmigo, abrazándome y sobándome la espalda para calmar mi llanto, meciéndonos lentamente de adelante hacia atrás.

Un pequeño recuerdo vino a mi memoria, como una ráfaga de viento. Jimin me sobó la espalda también, ¿verdad?

Argh, no me acordaba. Sabía que estaba junto a mí, pero no tenía presente si estaba tocándome o no. Y pensar me hacía doler la cabeza. En fin. Tomé la pastilla con un sorbo de agua –que estaba asquerosa, por cierto, el calor del ambiente la había calentado demasiado–, y me quedé viendo mi teléfono un poco. Tenía mensajes de mi padre, de Jimin y de Yeonsoo.

Había olvidado por un momento que debía ir a casa de mi padre este largo fin de semana. Generalmente me entusiasmaba pensar en ese corto viaje, pero hoy no estaba muy contento. Espero que esa mujer no esté con él estos días.
Dejé el teléfono a un costado y me di una ducha, para luego comenzar a prepararme para ir hacia allá. Él había dicho que vendría a buscarme luego de almorzar, y lo agradecía porque no quería caminar. Quería ir a su departamento temprano, pero... bueno, debido a lo de anoche "temprano" para mí era luego de almorzar.

Guardé en mi mochila un par de cosas personales, mi agenda de dibujos con una cartuchera, cargador del teléfono, auriculares, ropa... en fin, lo esencial para tres días y medio. Bajé a la estancia y mi madre estaba preparando las cosas para comenzar a cocinar, pero se detuvo a observarme algo triste cuando cruzamos miradas.

—Había olvidado que hoy te ibas. —dijo.

—Yo también lo olvidé. Papá dijo que vendría luego de almorzar.

—Está bien. ¿Necesitas algo en particular? —apuntó mi mochila con su mentón.

—No, supongo que él tendrá lo necesario para que sobreviva tres días. —le sonreí y me la devolvió.

Continuó con su labor y yo acabé de ojear mi celular, sentado cómodo en el sofá grande. Jimin me había dejado mensajes y me dediqué a contestarlos.

Jimin

Kook, como has amanecido?

Te duele mucho la cabeza?

Jimin, todo bien.

De hecho tome la pastilla que me dejaste,
así que no me duele mucho.

Me alegro.

﹗𖥻 ˖𓍯  𝑌𝑜𝑢 𝐴𝑟𝑒 𝑀𝑒, 𝐼 𝐴𝑚 𝑌𝑜𝑢 » 𝙅𝙞𝙠𝙤𝙤𝙠 ✔︎ ©𝐌𝐢𝐤𝐡𝐚𝐢𝐥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora