Estoy tratando de evitar todo lo que puedo a Orlando, no quiero hablar con él y mucho menos verlo debido a que me ha dejado bastante claro que en verdad quién le importa es Raquel y no yo.
Lo mejor que puedo hacer es mantenerme pegada todo el día a Donatella donde habíamos estado reunidas con Thiago, el cual, sólo tiene puesto sus cinco sentidos sobre el proyecto y una nueva línea de cosméticos.
La reunión termina, siento una mirada clara puesta en mí mientras yo trato disimulando buscar algo en mi bolso evitando mirar directamente a Thiago donde recién me he despedido de Donatella quedando en vernos esta noche. Ella se marcha y yo tengo tan grabadas las escenas con mi hermana que ya le he cogido hasta manía y todo a Thiago por lo que trato de darme toda la prisa que puedo para irme.— Masiel, me gustaría seguir reunido contigo para debatir algunas ideas sobre el proyecto. — Me quedo quieta al escuchar su voz tan cerquita de mi oreja.
— Señor Ankara, en estos momentos voy de salida, creo que ya hemos hablado lo suficiente en la reunión. Además, la señora Serle me espera. — Sinceramente no quiero estar cerca de Thiago.
— De acuerdo, llevas razón. Déjeme que le acompaño a comer. — Mira que es pesadito aquí el colega.
— Que sea en otro momento. Gracias, es que tengo mucha prisa.
— Insisto, tengo algo que hablar contigo sobre Raquel. — Ahora sí que me ha matado.
— De acuerdo. — Me resigno, total me van a dar lo mismo si me enfado como si no.
Bueno, para no seguir escuchando al cansino de Thiago me voy con él hacia el restaurante donde durante un buen rato solo permanecemos en silencio mirándonos, a decir verdad Thiago está algo inquieto.
Y lo digo por las veces que se ha colocado los puños, ha hechado varios sorbos de agua y evita mi mirada.
Como no tengo paciencia, comienzo preguntándole que es lo que ocurre.
Se queda callado como si estuviera pensando la respuesta.
Y cuando lo hace me quedo paralizada, pegada a la silla porque jamás hubiera imaginado nada similar.— ¿Qué le vas a pedir en matrimonio a mi hermana? ¿Pero tú estás loco, no?
— Sé que estoy loco, mis razones son que ella es muy hermosa y quiero hacerla mi esposa.
— Déjame decirte que vas a cometer el error de tú vida. Raquel no te ama, solo le interesa tú dinero.
— ¿Cómo puedes hablar de ese modo de tú hermana? No esperaba algo así de tí Masiel. — No, si encima la mala de la película voy a resultar ser yo.
— Thiago, te aprecio mucho y no voy a quedarme callada, no me gustaría saber qué todo te vaya mal por no haberte avisado. Pero, escucha, que si eres feliz tomando esa decisión adelante. Te deseo lo mejor. Yo ya te he avisado como es Raquel de ambiciosa.
— Gracias Masiel. En cierto modo lo hago por mí padre. Él me ha pedido que me case y sé perfectamente si lo hago con Raquel él se va alegrar y de paso acabará por confiar en mí. Llevo años trabajando duro en la empresa para convencer a mi padre de que soy capaz de seguir alzando el imperio que él mismo comenzó a construir con tanto trabajo. Ese es su sueño, y según me contó mi madre, le quedan meses de vida, como mucho un año. Pienso que debo realizar su sueño y que vea mi esfuerzo y como siguen las cosas en la empresa.
— Entiendo. Que no quieres casarte con mi hermana si no fuera por la enfermedad terminal de tu padre que te hace de que tomes esta decisión. Lamento que debas de tomar esa decisión, no sé qué decirte exactamente.
— Por favor Masiel, no me gustaría que nadie se entere de todo esto. Por favor, no deseo que este secreto salga de aquí ya que confío mucho en tí.
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Nada Es Aquello Que Esperamos
RandomCuantas veces hemos planeado algo y al final nos ha sucedido algo muy distinto. En ocasiones me he visto soñando despierta con mi guapo vecino el cual vivo con la esperanza de llegar a casarme con él. Por supuesto, el destino me tiene preparado otra...