-46- Cuando menos esperas

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Siento una felicidad instalada en mi corazón de poder contar con gente tan buena como Orlando. De pronto, mi corazón se para por no poder armarlo como se merece.
Por otro lado está Neil, me vuelve loca nada más verlo, sin embargo, no es la mejor opción dado que él lleva una vida muy distinta a la vida.
Ni siquiera se ha preocupado en llamarme después de lo ocurrido en el pub.
Siento decepción conmigo misma a la vez que noto como desaparece una a una las ilusiones hechas por conseguir su amor.
Creo que no estoy hecha para el amor, conozco hombres pero todo me sale mal, pienso que va siendo hora de rendirse y seguir con mi vida.

El cartero interrumpe mis pensamientos deprimentes.
Me entrega una carta y al marcharse la abro, se trata del banco.
Comienzo a leerla quedándome en shock.
No hay movimiento en mi cuenta salvo los pagos de factura y compra de tarjeta.
Pero...¿Porqué no se están cobrando de la cuota a devolver por el préstamo?
Todo esto me parece muy raro.
Para poder resolver mis dudas me voy directamente al banco para hablar con Neil.

- Tranquila Masiel, no te alteres, la cuota empieza a cobrarse al tercer mes pero no desde tú cuenta, te lo quitan de tu nómina por eso no pasa por el banco.

- ¿Qué raro no, que ahora para devolver un cuota te la quiten de la nómina?

- Es así, el banco trabaja a lo seguro. Pero vamos tú tranquila que verás como pronto tendrás tu cafetería en marcha.

- Es lo que más deseo, de hecho la obra está avanzando bastante bien. - Sonrío tímidamente imaginando cuando será el día que pueda presumir de lo que es mío.

- Esto Masiel... Me gustaría invitarte a comer. - Ahora pone cara de no haber roto un plato.

- Gracias, pero tengo que resolver otros asuntos e ir a recoger a Leandro antes que se vaya Thiago y Raquel para Londres.

- Vale, pero después podemos quedar en mi casa.

- No sé, ya veré a ver cómo ando de tiempo. - En cierto modo quería ser amable con él, pero no me parece correcto ir a su casa para echar una pólvora.

Con estilo me marcho de la oficina para ir directamente a la casa de Thiago.
En el camino Orlando me llama preguntando cuando voy a recoger a Leandro.
Quedamos en vernos en la puerta del edificio de Thiago.
A decir verdad, le agradezco su preocupación porque no me apetece mucho entrar sola y enfrentarme a la pareja de traidores.

Al llegar al edificio donde vive Thiago, Orlando me espera apoyado en su auto. Desde lejos lo veo y no puedo negar lo atractivo que es, él sin darse cuenta parece como un modelo, con sus gafas de sol, sus pantalones de lino y polo ajustado con su pelo revuelto dejando caer varios mechones por su frente consiguiendo un toque más sexy.
Al notar mi presencia inmediatamente me sonríe, me saluda y al sentir su fragancia me quedo hipnotizada.
Ambos pasamos a recoger a Leandro donde se encuentra jugando con Thiago, Raquel le está dando de comer pero al vernos mi hijo corre para abrazar primero a Orlando y después a mí.
Normal lleva una bolsa con un regalo en las manos y el niño que no es tonto va al regalo.
Nos echamos a reír para hablar un rato sobre Leandro.
Cuando ya hemos dicho todo me despido de mi hermana algo fría, es que no me sale el amor fraternal en estos momentos por ella, y a Thiago solo me despido sin acercarme nada a él.
Con mi hijo en brazos salimos del edificio y es ahí donde puedo liberar la tensión que está manteniendo antes.

- Masiel, debes de hablar con ellos. Me he dado cuenta el distanciamiento que hay entre Raquel y tú y de Thiago que decir. Piensa que debes llevarte bien por Leandro. A fin de cuentas ellos son su familia también.

- Llevas razón Orlando, pero es que no me sale ser cariñosa con ninguno de los dos. Me siento tan afectada con todo lo que me han hecho, en verdad necesito tiempo hasta adaptarme a esta situación.

Nada Es Aquello Que EsperamosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora