Capítulo 20

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Aysel al fin logró soltar mis cuerdas y mis manos quedaron libres para desatarla, quitarle la mordaza y a ambas los vendajes.

Ella pasó un rato tirada en un rincón mientras yo inspeccionaba el lugar. Estábamos a oscuras, pero por la rendija de abajo de la puerta nos llegaba la luz del pasillo. Y mientras examinaba todo mi entorno llegué a una conclusión preocupante.

—Aysel, algo anda mal con este secuestro.

—¿Te refieres a además del hecho de que estemos secuestradas?

—Lamento decirlo, pero sí.

Ella tomó aire, como si se armara de valor, antes de preguntar:

—¿Qué pasa?

—Es que... Los secuestradores suelen atar las manos adelante. Porque es más fácil, y porque así pueden vernos las manos y se evitan jugaditas como la que acabamos de hacer.

—¿Y qué más da? —a pesar de la brusquedad con la hablaba, ella no dejaba de temblar de miedo e impaciencia—. Tal vez estos no lo pensaron así. Solo sácanos de aquí, Poison, lo prometiste.

—Lo sé, pero para sacarnos necesito pensar. Necesito saber qué clase de secuestro es es este, qué coño hacemos aquí para saber cómo sacarnos.

—¿Pero qué es lo que te preocupa?

—El lugar. —Me senté con la vista al techo luego de haber dado tres vueltas a la habitación revisando todo—. Me queda claro que no nos quieren matar, y si quieren hacernos daño al menos no serán quienes nos secuestraron, ya que estamos intactas. Así que paso a creer que nos secuestraron para alguien más.

Aysel se sentó junto a mí, como la cercanía pudiera protegerla mucho más que nada.

—¿Alguien más? —indagó, tal vez para hacer conversación.

Yo tampoco soportaba los demonios ocultos en los silencios, así que la entendía.

—Los secuestradores suelen llevar a sus rehenes a lugares deshabitados con ventanas cubiertas para esquivar el paso de luz y crear mayor desorientación —expliqué—. Pero este lugar ni siquiera es una habitación del todo vacía, afuera hay luz, no está aislado y es muy... lujoso, pero sin ser habitable como para decir que nos están confinando a esta habitación para ser tratadas bien. Es obvio que no esperan que estemos aquí mucho rato.

—¿Qué crees que quieran?

—Lo primero que se me ocurre es que es un secuestro para pedir rescate. El caserón de tu abuela y la ropa que usas... Imagino que tienen dinero. Así que eso se me ocurre, ya que no creo que haya venganza u odio de por medio en esto.

—Pero no te oyes convencida...

—Por los putos nudos, Aysel. Sí, es posible que nos hayan atado las manos a la espalda por pura casualidad, pero esos nudos...

—¿Qué pasa con los nudos?

—Eran los típicos nudos de escenas eróticas de BDSM, no eran nudos hechos a las prisas por practicidad. Esto me huele a fantasía sexual, y si es así tenemos que salir de aquí corriendo. No han abusado de nosotras, pero es que todavía no nos entregan a la mente maestra detrás de este plan.

—¡¿Y  qué esperas?! ¡¿Qué esperamos?!

—Mira allá. —Señalé el techo—. Hay un ducto de ventilación. Podemos subir arrimando algunos muebles, es demasiado sencillo. Por eso te digo que estás personas no esperan que estemos mucho tiempo aquí, y mucho menos que podamos desatarnos, así que no saben quién soy. Nos van a trasladar. Pronto.

Nerd 2.5: Parafilia [+18] [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora