SIN IDENTIFICAR
Mi nombre no importa, mis intenciones son lo que debería preocuparles.
Azrel Mortem es un arma letal al que poco se le paga para lo mucho que destruye. Mi sabueso favorito. Pero a cualquier arma animal hay que premiarla tanto como debe tenerse amarrada y temerosa de un castigo.
Justo lo que él debe hacer con nuestra princesa veneno.
Mi idea de hacerlo director del instituto en el que insertamos a Gabriela fue de los detalles más acertados de mi plan hilado y tejido centímetro a centímetro, porque tenerlo cerca de nuestra agente era la mejor manera de vigilarla, amedrentarla y desatar su paranoia sin que yo tuviera que interferir en persona.
Pero aquella idea es una utopía. Incluso habiendo medido cada detalle con lupa, siempre tengo que improvisar e interrumpir en algún punto. Siempre me toca aparecer a soltar algunas instrucciones extras y regaños que esperaba innecesarios. Porque al griego a mi cargo a veces se le va la mano con la comodidad y se le escapan algunos aspectos de interés para la misión.
Es posible que esté muy a gusto con ser el verdugo de la arpía venenosa, y eso es un riesgo para todos. Empezando por él mismo.
Y eso es lo que estoy a punto de recordarle.
Intento abrir la puerta y la consigo cerrada con seguro. Por el silencio y el sofoco de las respiraciones que vienen desde adentro supongo lo que estoy a punto de conseguirme.
Saco la copia de la llave que tengo y entro de todos modos, sorprendiéndolo en el momento más inoportuno posible.
Lo consigo a mitad de un vaivén de caderas violento, chocando de manera sonora contra el culo de uno de los recién graduados que seguro pasó a buscar algún documento faltante, y acabó empotrado sobre el escritorio del despacho.
Azrel al verme se aleja del chico con un desapego que me hace sentir compasión por él. El desconocido de turno escapa mientras abrocha su pantalón a toda marcha, y el griego se queda, acalorado por la interrupción, buscando una papelera accesible para botar el condón.
—No consigo una mierda...
—Pues vótalo por la ventana. O cómetelo si quieres.
Con un asentimiento de cabeza, acata mi voz de autoridad con respeto y envuelve el látex sucio en una bola de papel. Deja la evidencia en el suelo junto a su zapato, como para recordar deshacerse de ello luego.
—Boss —saluda al fin el menor de los Mortem con más formalidad una vez ha recuperado la compostura suficiente para sentarse detrás de su escritorio.
—Mejor quédate de pie —digo, cerrando con llave detrás de mí para que no haya más sorpresas en lo que nos queda de reunión familiar.
—Si así lo prefieres...
En obediencia a mi mando se levanta de nuevo. Es algo que me agrada de él: no le tiene miedo al respeto y la sumisión a la autoridad, no demuestra ningún indicio de sentirse impotente o castrado de algún modo, sino que comprende su puesto y los rangos a los que debe someterse.
Una mascota agradable.
—¿En serio? —espeto al fin sin rodeos, y sé que él sabe a lo que me refiero, pero igual agrego—: ¿Cogiendo pajizos con caspa?
—Tiene la misma edad de Mailyn, misma por la que no dejas de insistir para que me la coja.
—Mailyn es un personaje nada más, Poison es mayor que eso. Mayor que el pajizo que te cogías, al menos.
—Poison también es un personaje, ¿no es así? —A pesar de su impertinencia al discutir, es algo que solo él sabe hacer de una manera casi retroalimentativa de forma que no parezca grosera o cansina—. Solo que es la creación de un autor distinto.
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Nerd 2.5: Parafilia [+18] [COMPLETA]
Mystery / Thriller«-¿Qué edad tienes? -La que tú quieras que tenga. -Tienes veintiuno a partir de ahora. -¿Y mi nuevo nombre? -Mailyn. -De acuerdo. ¿Y qué debo hacer? -Absolutamente todo lo que yo te ordene». ~~~ [Esta historia puede leerse de manera independiente co...