Capítulo 31 [+18]

17.4K 2.6K 1K
                                    

Arreglando mi cabello y limpiando de manos el sabor de mi jefe, volví a la fiesta, a ese ambiente de Halloween lujurioso del que tenía que cuidarme tanto.

Estaba segura de que Azrel era parte del complot que atentaba contra mi hermana, eso era algo. Lo que no sabía era con quiénes trabajaba o el por qué hacían eso. ¿Qué querían conseguir de mí amenazando a Vannesa?

Igual no tuve mucho tiempo de analizarlo, porque pronto me crucé con Aysel.

—¿Qué pasa? —espeté al verla. Tuve que recordarme que mi mal humor no tenía nada que ver con ella.

A Aysel no pareció importarle mi actitud, de hecho tenía una sonrisa peculiar, como si compartiéramos una travesura.

—Cúbreme —me dijo—. Necesito que distraigas a Aaron mientras no estoy.

—¿Y dónde estarás?

—Voy a ver a mi otro novio.

—A tu... ¿Está aquí? ¿El tercero?

Ella se encogió de hombros con una sonrisa triunfal y dio un paso hacia adelante, pero la detuve, tomándola por el brazo.

Sobre mi cadáver iba a quedarme con ese chisme sin resolver. Además, Aysel parecía necesitar un coñazo de lucidez en ese momento de su vida.

—¿Estás loca? —susurré muy cerca de su cara, a ver si así entendía—. ¿Pretendes verte con otro en el territorio de los Jesper? No puedes ser tan descarada, si Aaron te descubre...

—Por eso tienes que cubrirme, tontita.

Dándome un último beso en la frente, desapareció detrás de mí.

Ella estaba muy loca. Extrema e irremediablemente loca.

Y por desgracia me encantaba.

Además, debo admitir que su ausencia me daba una oportunidad que no podía desaprovechar por nada del mundo.

Alcancé a Aaron justo cuando se robaba algunos aperitivos del bufete, y le pregunté si tenía acceso a alguno de los camarotes privados del barco. Al fin y al cabo, su familia era la anfitriona.

Él, con una sonrisa sugerente, sonrió y me arrastró con él.

En el pasillo aproveché que él iba delante de mí para quitarme uno de mis zarcillos. El colgante simulaba ser un frasco de veneno con contenido ambarino. Lo metí en mi boca, ocultándolo por el momento.

Frente a la puerta del camarote, él volteó a verme y yo le sonreí, esperando que no notara nada extraño.

Entramos juntos y él cerró con pestillo detrás.

—¿Qué pasa con tu prima? —preguntó, quitándose la chaqueta—. Debes estar segura de que no vendrá si me ofreciste esta descarada indecencia.

«¿Aysel? Seguro está cogiéndose a otro cirujano, o a un mafioso, probablemente».

—Tu novia tuvo una emergencia femenina, no nos molestará por un rato.

—Bueno —dijo él volteándose hacia mí—, espero que no me hayas hecho detener mi aperitivo para...

Ni siquiera lo dejé hablar y le lancé los brazos al cuello.

Un segundo, solo eso transcurrió mientras yo me bebía todo el espanto de su mirada y me familiarizaba con las pulsaciones en su piel. Estaba cagado, y jodidamente sorprendido. Apuesto a que lo último que esperaba era que fuese yo la que se lanzara, y no le di tiempo a considerarlo.

Me arrojé a su boca, besándolo con tal intensidad que terminó tambaleándose, desliz que aproveché para lanzarme encima de él a la cama.

Mordí el frasco entre mis muelas hasta quebrarlo y su líquido se deslizara por mi boca. Lo introduje todo en Aaron con una maniobra de mi lengua, y le seguí besando, más fuerte, más intenso, para que se lo tuviera que tragar.

Nerd 2.5: Parafilia [+18] [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora