CAPITULO 1

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Por las calles de Tokio, un niño rubio de ojos azules caminaba sin rumbo alguno en busca de algo, no recordaba muy bien la calle donde se encontraba pero perfectamente podía recordar aquella persona que vio por última vez adentrándose por esa misma calle.

Si, esta cuerdo que se perdió y aún así está en la espera que encuentre a esa persona sea como sea pero las horas pasaban, sus pies ya dolían de tanto caminar y había olvidado llevar algo de comer. Mal día para escaparse de la escuela sin prepararse antes de tiempo.

— Disculpe... —aquel niño llamo la atención de un hombre que se encontraba cerca de un árbol— ¿Ha visto a mamá?

El hombre bajo la mirada y vio al pequeño de cabello rubio y ojos azules, naturalmente es lindo y nunca había visto un niño de esa altura merodeando por esos lugares.

— ¿Tu mamá? —repitió y el niño asintió— Por ahora no he visto a nadie pasar.

El hombre vio como los ojos del niño se empezaban a cristalizarse y saco una simple y muy acertada conclusión.

— Pero sé donde puede estar —sintió como al niño le volvía el alma al cuerpo y él sacó la mano de su bolsillo para tomar la mano del pequeño que agarraba su pantalón.— Tienes que venir conmigo para guiarte donde está ella.

El pequeño al ver que ese hombre le agarró la mano, rápidamente se soltó de él y lo miró enojado.

— Entonces no sabes —dijo el pequeño con una voz abrumadora.

Por esa misma calle, una persona de piel morena y una cicatriz que enmarcaba en su nariz había salido a regar sus plantas como de costumbre para después barrer en la parte de afuera de su local hasta que vio algo inusual. A lo lejos vio un hombre con un niño, y por su cabeza pensó que solo era un padre con su hijo, pero sintió una mala vibra ante eso.

— Buenos días Iruka —saludo a una anciana del otro lado.— ¿Como va tu negocio?

— Bien por ahora —dijo normalmente sin quitarle los ojos de encima a esas dos personas.

— Si preguntas por ellos, hace poco llegaron o bueno llego el niño porque ese hombre ya estaba ahí parado.

Si, su duda incremento aún más además hasta que él recuerda que ya había visto a ese hombre múltiple de veces pero nunca con un niño. De pronto vio como ese hombre intentaba tomarle la mano al niño y el pequeño se alejaba de él con miedo. Sin dudarlo, dejo la escoba a un lado y se apresuró acercarse a ellos y para cualquier cosa, pelear si sabía porque por un tiempo práctico boxeo.

— Aléjate del niño en este instante —dijo Iruka, acercándose.

El hombre dejó al pequeño después de tanto intento de tomarle la mano y miró esa persona que ni en su mísera vida vio mientras que el pequeño con miedo miró a esa persona y un grito de felicidad lo llenó por dentro.

— No se quien eres pero es aberrante que quieras llevart-

— ¡Mamá! —grito el pequeño interrumpiendo el discurso que le daría a ese hombre.

Pronto vio que el niño con lágrimas en los ojos venía hacia él con intenciones de abrazarlo y sin dudarlo se agachó y lo tomó en sus brazos.

— Mamá te estaba buscando, pensé que nunca te volvería a ver —dijo el pequeño entre los lloros.

Se había lanzado tan fuerte que tuvo que hacer esfuerzo para no perder el equilibrio y caerse. Al levantarse con el pequeño, miró al hombre que seguían parado sin decir nada.

— ¿E‐es su hijo...? —pregunto el hombre asustado.

Iruka se quedó pensando pero después vio al pequeño que lo abrazaba con mucha fuerza y la mentira, en ocasiones, es algo bueno.

¿Mamá? | KakairuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora