Capítulo 34

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Despierto y ni siquiera se cómo sigo con vida, siento que se me va a reventar la cabeza, mi cuerpo duele y mis oídos hacen un pitido severo. No tengo idea de en dónde estoy pero por alguna razón me siento segura, giro mi rostro para ver a la persona menos esperada dormido junto a la cama.

Sean.

¿Que demonios pasó?

Sean luce muy relajado, con el pelo desordenado, se ve muy tierno. Su mano aún reposa en la mía así que la aprieto un poco para despertarlo y cerrar los ojos de nuevo.

— ¿Sam? Me escuchas, se que me escuchas.

Yo sigo con los ojos cerrados, no quiero verlo y recordar la última vez que nos vimos. Siento pasos y luego la puerta abrirse y cerrarse.

Se fue.

Abro los ojos para encontrarme con la mirada de Sean frente a mi.

No digo nada ni el tampoco, solo nos mantenemos la mirada.

Sean suspira y abre la boca para decir algo pero alguien más entra a la habitación.

— Veo que ya despertaste. — Comenta una señora caminando hacia a mi.

— ¿No han llegado los demás, tía?

¿Tía? ¿Desde cuando los Thompson tienen tía?

Pus desde que sus padres tuvieron hermanas obvio.

— No hijo, aún no llegan, pero vine a revisar si todo andaba bien, me da gusto que hayas despertado hija.

— Gracias por preocuparse.

La mujer asiente y sale de la habitación, así que yo decido levantarme.

— Siento como si me hubiera atropellado un carro.

— ¿No recuerdas nada? — Pregunta Sean mirándome curioso.

— La explosión, si, la recuerdo ¿Y Barbudo?

— Barbudo no la contó Sam, lo siento.

Mi corazón se contrae en tristeza, barbudo, era como un ángel, barbudo era todo lo que tenía.

— No puede ser, barbudo no. — Susurro histérica con lágrimas corriendo por mis mejillas.

— Sam.

— Dime que es una broma.

— Es una broma. — Afirma con tranquilidad.

— ¡Sean no estoy jugando!

Sean se acerca y toma mi rostro. — Hey, es una broma, barbudo está abajo descansando.

Mi respiración es inconstante, me tiembla el cuerpo y me sudan las manos.

— Hey, mirame.

Levanto mi mirada, encontrándome con esos hermosos ojos azules, ha pasado tiempo y aún así me siguen pareciendo hermosos.

— Lo siento, fue una mala broma. — Su mano acaricia mi mejilla y cierro los ojos  a su contacto. Sean suspira y yo abro los ojos para encontrarlo a solo centímetros de mi rostro. — No va a volver a lastimarte, yo me aseguraré de eso.

— No tienes que hacer nada por mí. — Quité su mano de mi rostro y me alejé de él. — De hecho tú muy bien me dijiste que había arruinado tu vida, así que no te ensucies. 

— No sabía que todo había sido un plan de mis hermanos, por eso actúe así.

No digo nada y Sean vuelve a hablar.

— Silvana está suelta.

— ¿Que? — Me asusto. — ¿No que estaba en un psiquiátrico?

— Pues lo estaba, pero alguien pagó mucho dinero y movió muchas fichas para sacarla y estoy seguro que lo que pasó es obra de ella.

"Bajo El Mismo Éxtasis"#1✔️ (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora