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Win no podía controlar su llanto, se sentía sumamente culpable de que Gulf estuviera camino al hospital después de todo lo ocurrido. Si algo le llegaba a pasar al omega o al bebé, jamás se lo perdonaría, aunque cualquier persona que descubriera que su pareja le es infiel, es natural reaccionar como él lo hizo, ¿No?

— Ellos van a estar bien, ¿verdad? — preguntó Win entre llanto mirando muy preocupado al hombre que venía con ellos en la ambulancia.

— Debería de llamar a los familiares del omega.


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— ¿Por qué no respondes? — habló Mew molesto mirando su teléfono, era la octava vez que le marcaba a Gulf para avisarle que iba caminando al aeropuerto para tomar su vuelo hacia Tailandia. No se quedaría mas tiempo en estados Unidos, se iría  Tailandia si o si.  

Su vuelo saldría alrededor de cuarto horas, pero las ganas de regresar al país por ver a Gulf y a pollito lo estaban matando, así que mientras más temprano llegará al aeropuerto menos sería el tiempo para llegar a casa, según él.

Se mordió el labio inferior mirando preocupado la pantalla de su teléfono, el omega siempre a la primera llamada le responde enseguida.

— ¿Estas bien, verdad? — miro el cielo a través de la ventana del taxi. Se sentía preocupado, su alfa y él se sentían ansiosos.

Pasaron unos minutos cuando su teléfono comenzó a sonar, se apresuró a responder la llamada sin siquiera mirar quién llama.

— ¡GULF, CARIÑO, MI AMOR, ¿POR QUÉ- ¿ah!— miro la pantalla de su teléfono al no recibir repuesta, era un número desconocido. — ¿Quién habla?, ¿Mild?...¡¿Qué?! ¡¿COMO QUÉ ESTÁ EN EL HOSPITAL?!



Apenas el taxi lo dejo frente al aeropuerto, Mew corrió lo más rápido que pudo hasta a las cajas para comprar un boleto. La repentina noticia de que Gulf estaba en el hospital lo estaba matando por dentro, la desesperación y ansiedad por no estar cerca de su pareja lo volvería loco, necesitaba llegar a Tailandia lo más rápido posible, no tenía tiempo que esperar tres horas hasta que su vuelo saliera.

— ¡SEÑORITA UN BOLETO EXPRESS A BANGKOK, POR FAVOR!

La chica miro ambos chicos sorprendida, no sabía a quién atender primero, ambos llegaron al mismo tiempo a pedir un boleto.

— ¿Kao?

— ¿Mew?


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Pasaban más de la seis de la mañana, Mild y Win seguían sin tener noticias del estado de Gulf y Pollito, habían pasado más de diecisiete horas sin saber nada de ellos, los enfermos a cargo no querían darles información.

— ¿Ahora sí me puedes decir que pasó? ¿Qué carajos paso para que mi amigo y pollito terminarán en el hospital? ¿Tu tuviste algo que ver, Win? — preguntó Mild tratando de controlar su enojo mientras miraba a Win

El omega no le respondió, solo miro el piso, sentía que si decía alguna palabra, se soltaría a llorar. Y no, no quería verse débil por la traición de su pareja y amigo.

𝐄𝐥 𝐬𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐆𝐮𝐥𝐟 |𝐌𝐞𝐰𝐆𝐮𝐥𝐟|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora