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Bright, Mild y Win bajaron rápidamente las escalera de la azotea para ir directo a la recepción, del piso dónde estaba Gulf, para  preguntar sobre el anuncio de hace unos minutos por el altavoz del hospital.

— Lo que dijeron por el alta voz, ¿Qué pasó con el paciente de la habitación doscientos veinticinco? — preguntó Mild preocupando mirando a la enfermera.

No quería perder a su amigo, estas horas sin saber nada del omega y del bebé, lo tenían con una angustia horrible, no había querido dejar el hospital desde ayer en la tarde que Win le había informado que Gulf estaba internado, no se iría hasta verlo. 

— ¿Es su familiar? — preguntó la chica, Mild asintió varías veces. —  El paciente ha sido transferido a urgencias hace unos minutos, la verdad es que no nos has informado por que fue llevado ahí, lo siento

— ¡¿Y el bebé?! ¿Está bien? ¿Ya nació? — preguntó Bright algo desesperado asustado a la chica, al notarlo se relajo un poco.

Está repentina noticia de que el bebé de Gulf es suyo, lo dejo impactado.

— La verdad lo desconozco, por favor tomen asiento y en cuanto tenga más informes los mandaré a llamar — contestó amablemente la chica 

— Si, gracias y lo siento — dijo Bright soltando un suspiro, todo esto era tan irreal

Ahora, ¿Cómo le explicaría a Mew que pollito es hijo de Gulf y de él? ¿y a su novio?, esto Win jamás se lo perdonaría.

— ¡¿Win?!  ¡¿Win?! — preguntó saliendo de su estado mirando hacia todos lados del hospital en busca de su pareja. — ¡Win! — lo llamo al verlo caminar hacia la salida. — ¡Win! — intentó correr tras él pero la mano de Mild lo detuvo

— Bright, tenemos que hablar — pidió el omega

— Ahora no Mild, más tarde, lo siento — contestó corriendo detrás de Win, tenía que hablar con él, no lo dejaría ir tan fácil. — ¡Amor! — lo llamó tomándolo de la muñeca una vez que llego a él

— Suéltame por favor — pidió sin siquiera mirarlo, si lo hacía era capaz de no dejarlo ir. De perdonarlo, y no quería eso, no jugaría con sus sentimientos.

— ¡No haré! — con un movimiento rápido, lo abrazo fuertemente lo volteó y lo abrazo, Win no puso resistencia, pero tampoco le correspondió el abrazo. — Por favor escúchame, yo te juro que no sabía de la existencia de Gulf, de mi hijo y mucho menos sabía vendría a vivir al edificio, si lo hubiera sabido me habría hecho responsable, ni siquiera me hubiera acercado a ti, ¿Crees que sería capaz de jugar contigo sabiendo lo mucho que nos amamos?, Win, cariño, mi intención no es lastimarte y mucho menos quiero que pienses que juegue contigo, yo realmente te amo, ni yo entiendo está situación, ¿por qué no esperamos hasta que podamos ver a Gulf para que nos expliqué y tomemos una decisión?, no nos precipitemos, por favor — le rogó con desesperación comenzando a llorar — Win, en verdad te amo, no me dejes

— ¿Y que si me amas? — lo alejó, se limpio las lágrimas y lo miro. — Eso no borra que seas el verdadero padre de ese bebé, pollito es tu hijo

— ¿De que estás hablando Win?

— ¿Mew?


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Los tres se encontraba en la cafetería del hospital sentados en una mesa alejados de las pocas personas que de encontraba en el lugar, era al rededor de las ocho y media de la mañana, llevaban más de diez minutos sin decir nada, Mew ni siquiera les contó todo lo que tuvo que hacer para llegar al país, lo más importante ahora era saber porqué Win había dicho eso.

𝐄𝐥 𝐬𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐆𝐮𝐥𝐟 |𝐌𝐞𝐰𝐆𝐮𝐥𝐟|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora