CAPÍTULO XV

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•En casa•

Capítulo 15

Alessia Pellicer.

—¿Si?—Lo miré a los ojos, una sensación extraña me abarcó.

—¿Dónde fue que has encontrado el teléfono?—Enarcó una ceja.

¿Dónde fue? Joder, piensa, Alessia.

¡Ah si!

—En el parque central—Dije segura.

Pareció pensativo.

—¿En el parque?—Puso su mano en su mentón, joder, que lindo que era—¿Qué celular dijiste que era?

Sonreí.

—De hecho, no lo dije. Era un Iphone 12.

Me miraba atento.

—¿Y qué has hecho con el?

Joder, ¿Por qué tantas preguntas?

En ese momento, estaba de acuerdo con mi conciencia.

—Pues, lo tengo en mi casa.

—¿Creés que podríamos ir hacia tu casa y recoger el teléfono? Necesito ver algo.

Extrañada, me tomé unos segundos para pensarlo bien.

¿Por qué querría ir a mi casa? ¿Sería solo para ver teléfono? No lo sé.

De igual forma, el tener a mi amor platónico en mi casa es algo que me ponía muy nerviosa.

Supuse que sus casas eran el triple que la mía, y eso me avergonzó un poco.

—Hum, supongo que si.

Me encogí de hombros dando a entender que no me importaba—Cuando me importaba demasiado—Él sonrió.

—Perfecto, ¿Vamos?

Me tendió la mano para pararme, rápidamente se la dí, al momento en el que nuestras manos rozaron, un escalofrío recorrió tpdo mi cuerpo.

—¿Todo está bien?—Preguntó preocupado.

—Si, sí, estoy perfecta, vamos.

Llegamos a mi piso, el entró y reparó todo con la mirada.

No puedo decir que no me ponía nerviosa, como dije, esta casa no es ni la mitad de una de las suyas.

Me miró y esbozó una pequeña sonrisa.

—Es muy lindo tu piso—Su sonrisa era sincera.

—No hace falta fingir, se que todas tus casas o pisos son el doble o hasta el triple que este.

Él soltó una carcajada.

—¿Eso era lo que te ponía tan nerviosa?

No, no solo eso, tu presencia me pone nerviosa.

«Si, te dan ganas de correr y envolverlo en tus piernas mientras lo besas. ¿A qué si?»

Tenía razón.

—No, claro que no.

—Oh, claro que sí—Sonrió de lado—No tienes porqué preocuparte. Creo que incluso, tu piso es más acogedor que todas mis casa o pisos.

¿Y si te digo que sí?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora