•¿Él?•
Capítulo 22
Alexander Johnson:"—¿Qué haces tú aquí—" Fue lo que dijimos los dos al mismo tiempo, él tenía la misma cara de confusión que yo.
No sabía por qué me molestaba tanto la presencia de ese chico, pero no me daba una buena señal, para nada.
—¿Cómo te has enterado?—Me dijo él, y yo solté una leve risita sarcástica.
—Yo la traje, ¿cómo te enteraste que estaba aquí?—Contesté sabiendo que le iba a molestar, estaba claro que quería algo con ella.
—Tengo mis contactos.
Me pareció muy raro, ¿tenía contactos? ¿De que hablaba?
—¿Qué le ha pasado?—Dijo con un enojo palpable.
Pensé en si debía contarle o no, quizás ella no quisiera que nadie se enterase.
—Se ha desmayado.
Se le abrieron los ojos.
—Pero, ¿por qué?—Se acercó con enojo—¿Qué le has hecho?
—Bájale dos rayas a tu tonito, yo jamás le haría daño, a menos que me lo pida—Le guiñé un ojo, sabiendo perfectamente que mis palabras lo iban a hacer enfadar.
Se acercó más.
—Que seas famoso, no quiere decir que no pueda romperte la cara en este momento.
Comencé a reír.
—Oye, cálmate, estaba bromeando, ahora lo que importa es Ale—Lo miré, y mantuve la calma lo mejor que pude, no me convenía una pelea para mi reputación para nada, y no me iba a poner al nivel de ese payaso.
Él suspiró y se fue. Yo no podía dejar de pensar en aquel beso, que sí, fue corto, pero no podría describir lo que sentí.
Esa mujer estaba volviéndome loco, no sabía que me pasaba con ella, pero ese beso me había puesto al mil, de no ser por su desmayo, hubiera perdido el control absoluto de la situación.
Pasaron un par de horas, aunque para mí fueron como años.
Tomé bastantes tazas de café. De no ser por la situación y en dónde me encontraba, ya estaría en mi sexto trago.
Vi un doctor acercarse a mí y me puse de pie lo más rápido que pude.
—Buenas noches, ¿Cómo está ella?—Pregunté, se notaba la clara preocupación de mi voz.
Él me tendió una sonrisa cálida.
—Su esposa está bien, de hecho ya ha despertado, por si gustas ir a verla.—Dijo aquel amable doctor.
Suspiré aliviado, sabía que nada le iba a pasar, pero el no saber qué pasaba me desesperaba.
—Muchísimas gracias, de verdad.
Fui hacia su habitación lo más rápido que pude. Cuando abrí la puerta, me encontré con sus hermosos ojos, estaba vestida con una bata de hospital y tenía el pelo amarrado en un moño desarreglado, seguía tan hermosa como siempre.
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¿Y si te digo que sí?
Storie d'amoreAlessia Pellicer, tras un evento traumático decide viajar a París, su ciudad natal, sin avisar a nadie. Un día, Alessia, decide salir a dar un paseo por el parque de su ciudad. Ella cree que su día va a ser como los demás, aburridos, grises y solita...