Desperté sobre una cama que no era la mía.
Lo primero en lo que me fijé cuando logré abrir los ojos fue en que todo era demasiado blanco: las sábanas, el suelo, las paredes.
No tardé en darme cuenta de que estaba en la enfermería. Había varias camas más ocupadas a mi alrededor, reconocí a una chica de séptimo en una de ellas, a Nott, a Avery, a Gwen, a Rosier y a otros chicos y chicas con los que había estado bebiendo anoche.
Los últimos recuerdos me vinieron como fogonazos y adopté una mueca de dolor.
En el centro de la habitación distinguí las figuras del director Dippet, del profesor Slughorn, de Dumbledore y... ¿Tom Riddle?
Fue el profesor Dumbledore el primero en darse cuenta de que estaba despierta. Los cuatro hombres se acercaron a los pies de mi cama y me miraron como si esperaran que fuera a gritar en cualquier momento.
—¿Qué pasa? —dije con una voz bastante rasposa.
—¿Recuerda algo de lo que ocurrió anoche, señorita Black? —dijo Slughorn con un deje de inseguridad en la voz.
Negué con la cabeza.
Tom estaba algo apartado del grupo de profesores y me miraba de forma severa.
—Anoche se pronunció una maldición imperdonable en uno de los dormitorios de la casa Slytherin. Y da la casualidad de que todos los alumnos aquí presentes estaban en aquel dormitorio en condiciones... digamos, deplorables.
El director Dippet hizo el amago de seguir hablando, pero Dumbledore hizo un gesto con la mano pidiéndole paciencia.
—¿Podría explicarnos qué ocurrió anoche en su Sala Común?
Recordaba estar en el suelo, desnuda, y que varias manos me tocaban por todo el cuerpo. Recordaba haber lanzado aquella maldición a ciegas. ¿Qué había ocurrido realmente? ¿Quién nos había descubierto?
Miré hacia abajo de forma instintiva para comprobar si estaba vestida y descubrí que llevaba puesto un camisón gigante de color blanco.
Alguien me había cogido en brazos tras lanzar el Cruciatus ¿Había sido Tom?
—¿Señorita Black? —insistió Slughorn.
—No recuerdo nada, solo que bebimos más de la cuenta.
Los tres profesores me sostuvieron la mirada con suspicacia un rato y luego se alejaron hablando entre sí sin que pudiera escuchar lo que decían.
—Riddle, avísanos si alguno más despierta ¿Quieres? —dijo Dippet.
Tom asintió y esperó a que los tres profesores se hubieran marchado para acercarse a mí.
—Si descubren quién lanzó la maldición no pararán hasta descubrir quién se la enseñó —susurró, muy cerca de mi cara.
Asentí.
—No sé quién lo hizo.
—No seas estúpida, Bella. Puedo leerte la mente y, además, estaba allí cuando la lanzaste.
¿Estaba allí? ¿Qué vio exactamente?
—Te vi a ti, desnuda de cintura para arriba, tirada en el suelo junto con todos estos inútiles —hizo un gesto que abarcaba la habitación entera—. Y otros que se recuperaron antes.
—Yo no... yo no sabía...
—El estúpido de Avery no sabe ni preparar una poción sencilla. Os ha intoxicado a todos y a él mismo.
—Me asusté, no sabía qué estaba pasando y lo primero que pensé fue... pensé que así se apartarían...
—Yo hubiera hecho lo mismo.
¿Acababa de decir lo que estaba escuchando? ¿No estaba enfadado? No entendía nada.
—Lo importante ahora es arreglar el problema de la maldición. Tienes que decir un nombre... alguno que no tenga ninguna relación conmigo.
—¿Culpar a alguien inocente? Le expulsarán.
Riddle me miró como si hubiera descubierto que era estúpida.
—¿Y quieres que te expulsen a ti?
Negué con la cabeza.
—Pues ve pensando en alguien.
Lo medité unos minutos. No iba a decir el nombre de mis amigas, ni tampoco el de Nott, Avery o Lestrange, ya que estaban demasiado relacionados con Riddle. Tenía que ser alguna de las chicas de séptimo que no conocía. A mi derecha estaba dormida una de ellas, recordaba haberle hecho alguna pregunta cuando jugábamos a ese estúpido juego de la moneda.
La señalé con la cabeza y Tom sonrió de medio lado.
—Muy bien, iré a decírselo.
La enfermera me dio mi ropa tras comprobar que ya me encontraba bien y me dijo que podía volver a mi habitación. Tom me siguió. Al parecer ya no hacía falta que estuviera allí, pues ya habían resuelto el misterio de la maldición.
—¿Y qué pasa si la chica niega haber sido ella cuando despierte? —le pregunté cuando ya estábamos llegando a las mazmorras.
—Me he encargado de eso.
—¿Has alterado sus recuerdos? —lo miré sorprendida.
—Más o menos. Lo importante es que no dará problemas.
Me sorprendió no sentir ni pizca de remordimientos. En vez de eso, estaba contenta, feliz porque Riddle al fin se mostraba de forma más amigable conmigo en mucho tiempo.
—¿Por qué estás de tan buen humor, de pronto? —le pregunté cuando entramos en La Sala Común.
—Lanzaste aquel hechizo de forma excelente, a pesar de tu estado, y no has dudado en culpar a una inocente para protegerte a ti y a mí. Estoy orgulloso.
Noté como un millón de mariposas revoloteaban dentro de mi estómago.
—¿Y no te importó verme anoche semidesnuda con toda esa gente manoseándome?
Riddle soltó una audible carcajada.
—Me hubiera enfadado si hubiera ocurrido así. Pero lo cierto es que cuando entré en la habitación estabas echa un ovillo en una esquina, llorando y diciendo mi nombre.
Aquello fue directo a mi orgullo.
—¿En serio?
Riddle volvió a sonreír como respuesta y me guiñó un ojo.
—Parece que te han afectado bastante estas semanas sin mí.
—No es cierto —me apresuré a decir.
—Sí lo es. De hecho, cuando te cogí para llevarte a la enfermería no dejaste de pedirme que te follara durante todo el camino.
Me noté las mejillas encendidas y miré hacia el suelo.
No obstante, la felicidad de Riddle no duró mucho más. A la hora de la cena la chica a la que había señalado en la enfermería no apareció y Tom tampoco.
ESTÁS LEYENDO
🔞 +18 🔞 | 𝓽𝓾𝔂𝓪 | FANFIC Tom Riddle y Bellatrix.
Fanfiction★彡『 Qᴜɪᴇʀᴏ ǫᴜᴇ ᴍᴇ ᴇɴsᴇñᴇs ᴍᴀɢɪᴀ. Esᴛás ᴇɴ ᴜɴ ᴄᴏʟᴇɢɪᴏ ᴅᴇ ᴍᴀɢɪᴀ ¿Rᴇᴄᴜᴇʀᴅᴀs? (...) Qᴜɪᴇʀᴏ ᴀᴘʀᴇɴᴅᴇʀ ᴇʟ ᴛɪᴘᴏ ᴅᴇ ᴍᴀɢɪᴀ ǫᴜᴇ ᴇsᴛá ᴘʀᴏʜɪʙɪᴅᴀ, Aʀᴛᴇs Osᴄᴜʀᴀs. ¿Y ǫᴜé ᴛᴇ ʜᴀᴄᴇ ᴘᴇɴsᴀʀ ǫᴜᴇ ʏᴏ ǫᴜᴇʀʀé ᴇɴsᴇñáʀᴛᴇʟᴀ? Pᴏʀǫᴜᴇ ɢᴀɴᴀʀás ᴀʟɢᴏ ᴀ ᴄᴀᴍʙɪᴏ. A MÍ. 』彡★ 〰️〰️〰️〰️...