Dulce
Mi nombre es Dulce Clarke, soy trigueña y mi pelo es negro, mi padre se llama Jhon Clarke, es delgado y alto con cabello castaño, mi madre Rosali murió al darme a luz y siempre fuimos mi padre y yo, el trabaja hasta tarde y hasta mis 3 años pudo pagarle a una vecina para que cuidara de mi hasta que el llegara en las noches.
Cuando cumplí 4 años mi padre se enamoró de una señora, Amelia, pelirroja alta y tan delgada que parecía un esqueleto, pobre tal vez no tenía para comer bien en su antiguo hogar, era tan blanca que parecía un fantasma.
A los meses ella se mudo a nuestro hogar y las cosas estaban bien, teníamos complicaciones ya que decía que le quitaba la atención de mi padre, el siempre me contaba una historia antes de dormir y me arropaba, le pedí ya no hacerlo y que fuera con su ahora esposa para que no se sintiera mal, el accedió y desde entonces solo me desea buenas noches y se va dormir.
Todo iba relativamente bien hasta que mi cumpleaños número 5 llegó, ese día me levante muy temprano y no fui a la escuela, me peine y bañe, me puse mi vestido mas bonito y mis zapatilla más brillantes, me hice dos colas ya que no podía peinarme nadie mas, y aunque quedaron chuechas me encantó el resultado, en la tarde ya estaba lista.
Espere como siempre en la sala a que papá llegara de su trabajo con mi pastel y mi gorrito de cumpleaños, pasaron las horas y vi salir a Amelia de su cuarto, me enderece en el sofá y puse mi mejor sonrisa preparada para mis felicitaciones, pero ella pasó de mi, fue directo a la puerta y salió.
Aunque me pregunte adonde pudo haber ido no le di mucha importancia, quizá fueron por mis cosas y le iría a ayudar a papá, así que me senté en el sillón más grande de la casa viendo hacia la puerta esperando que entrarán con todas las cosas, pasaron las horas y termine acostada en el sillón, no me di cuenta cuando me quede dormida hasta que abrieron las puertas.
Mi papá y Amelia entraron a la casa, se veían más felices de lo normal y se tambaleaban de un lado a otro, busque detrás de ellos y en sus manos con la mirada tratando de encontrar el pastel pero no encontré nada, me puse triste pero quizá no pudieron pasar a comprar nada, llamé a papá un par de veces pero no me hizo caso y se fue hacia su recamara.
Amelia se quedó y me miró, no puse descifrar como me vio cuando se dio cuenta como estaba vestida y que me había quedado esperando a que ellos llegarán.
–¿Porque no has ido a dormirte? ¿Que estas esperando? Ve a dormir antes que te castigue por quedarte hasta tarde.– después de eso se dio la vuelta y se fue a su habitación pero a mitad de las gradas se detuvo y volteo a verme– Por cierto, feliz cumpleaños mocosa–me sonrió pero no me gustó y siguió su camino.
Me sentía mal porque solo ella me deseo feliz cumpleaños y me fui cabizbaja a mi habitación, me quité el vestido y los zapatos y lo reemplace por la pijama, no me deshice las coletas y me dormí con el pensamiento que por lo menos se había acordado, y desee que mi próximo cumpleaños sea mejor.
3 MESES DESPUÉS
Todo iba relativamente bien, aunque ya no iba a la escuela porque según Amelia ya no teníamos para pagarla, tenía que aprender a estar en la casa, me enseño a lavar a mano, a pesar de tener lavadora, me enseñó a hacer oficio y me dijo que ahora yo era la encargada de hacerlo todos los días, ella no podía porque estaba enferma y decía que no tenía fuerzas así que llevaba su desayuno, almuerzo y cena hasta su cama para ayudarla a sentirse mejor.
Un día, mi papá enfermó, y cuidaba de los dos y de la casa para que se recuperarán, les ayudaba con la comida y con los aseos.
Pasaron las semanas y papá empeoraba, tanto así que Amelia se obligó a mejorar y empezó a salir para ver si conseguía trabajo, siempre que llegaba nunca llegaba con buenas noticias y llegaba con bolsas de compras porque decía que eran necesarias, así que la poye y cuidaba de todo mientras ella hacía las compras para su cuidado.
Un día desperté y fui a la habitación de mi papá, al entrar se me hizo raro que aún estuviera dormido, Amelia andaba en sus compras como siempre, me acerque con un mal presentimiento y cuando estuve lo suficientemente serca, vi que estaba más pálido de lo normal, cuando toque su mano, se sentía muy fría y me di cuenta que tenía mucho frío así que lo arrope más, passron unos minutos pero no se calentaba ni a ira los ojos, fui a mi cuarto corriendo y saqué mis cobijas de la cama, las lleva a su cuarto y lo arrope de pies a cabeza para que estuviera cálido.
Baje a hacerle una sopa, tal vez tenía mucha hambre y lo que quería era algo caliente, subí de nuevo y lo moví un poco, pero no despertaba, decidí esperar a que Amelia llegara, tal vez no me quería a mi ahí, la puerta de la casa sonó y baje a calentar la sopa le comente a Amelia lo de papá y lo frío que estaba, me dijo que me apurara con la sopa y subiera
Cuando termine subí y al ver a Amelia llorando casi se me cae todo de las manos, ella volteo a mi llena de furia se apresuró a llegar a donde estaba y me arrebato la sopa de las manos, la tiro encima de mi y me callo en los brazos, todo me ardió en el momento y comencé a llorar.
–¡Tu lo mataste mocosa de mierda! ¡Si tan solo lo hubieras cuidado mejor seguiría vivo maldita! – me harro del brazo y me saco de ahí, me tiro al pasillo y cerró la puerta en mi cara, golpee con todas mis fuerzas, solo quería ver a papá, lo único que quería era despedirme de él y pedirle perdón por todo. Dormí afuera de la puerta esa noche.
Mabel dice:
Es mi primer capítulo, espero lo disfruten y disculpen que ses muy largo, si ven fallas de ortografía me dicen en los comentarios por favor. Gracias por leer ❤️De despide Mabel.
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Mi Dulce Infierno
RandomEsta es mi historia... La historia de cuando un ángel me prometió el cielo, aunque no era tan ángel y su cielo era más bien un infierno mejor que el cielo que me prometió. Y no me quejaba, después de un tiempo aprendí a amar ese infierno y me conver...