Esta es mi historia... La historia de cuando un ángel me prometió el cielo, aunque no era tan ángel y su cielo era más bien un infierno mejor que el cielo que me prometió.
Y no me quejaba, después de un tiempo aprendí a amar ese infierno y me conver...
Cuando intente dormir a Dulce en su habitación no quería, cada vez que intentaba dejarla en la cama simplemente ella volvía a abrir sus hermosos ojos, me fastidiaba un poco pero también lo entendía, a lo mejor no tenía nada de sueño. Lo extraño era que ya estaba muy noche para que siguiera despierta.
Me dirijí a la habitación de los tortolos, no quería interrumpir mucho menos presenciar lo melosos que se ponen pero no podía dormir a Dulce yo solo, así que toque y menos mal uan tenían ropa puesta.
--¿Y si le leemos un cuento?.--preguntó Evan.
--No, ya lo intente yo, ya intente de todo, la meci, la cambie, le cambie el pañal a por si las dudas también, incluso con la mamila, pero nada funciona.--ya estába un poco desesperado y el que la nena constantemente jugará con mi cara tampoco ayudaba.
--Muy bien tenganla ustedes, tal vez quiere dormir así.--intente pasar a la princesa a los brazos de ellos pero no se dejó, por el contrario se aferro a lo que tenía más serca y no ser separada de mi, y lo más serca que tenía era mi barba. Me dolió como el infierno pero no dije nada, no quería hacerla llorar.
--Parece que la pequeña quiere estar contigo, hermano.--dijo burlon Derek.
--Cómo no eres tú, gracias por la ayuda igual, esta pro cesa y yo nos vamos a mi cuarto, tal vez así se duerme.--digo saliendo de ahí.
Caminamos por el pasillo y llegamos a mi habitación, primero es la habitación de los tortolos, luego la de la Princesa (que es la más grande) y luego está la mía, al fondo.
Entramos y bajó la intensidad de las luces, dejó a Dulce en la cama y hago una medio cuna a su alrededor con edredones y cojines, luego salgo y voy a la de ella, agarro su peluche, manta y una almohada pequeña para ella.
Entró de nuevo a la mía y puedo ver a Dulce queriendo bajar de la cama, cuando me ve se pone a reír y gatea hacia el otro extremo de ella, dejo las cosas en la cama e intento tomar a Dulce en brazos para acomodarnos pero solo se aleja de extremo a extremo uyendo como si me la fuera a comer y riendo a carcajadas.
--¿Con que así quieres jugar e? Pues juguemos--le doy una mirada divertida preparándome para hacer que se canse.
Yo intento una y otra vez y varias risas se escapan de mi también, luego recuerdo el peluche y se lo muestro, ella gaeta hacia mi por arte de magia y cuando intenta agarrarlo lo quito de su vista y la cargo nuevamente, ella grita y se ríe más fuerte.
Queriendo escuchar más, le hago cosquillas en la panda con mi mano, beso su cuello y mi barba me ayuda a hacerla reír, cuando creo que es suficiente paro y puedo ver como respira irregularmente, tiene los cachetes sonrojados y los ojitos llorosos.
--Bueno bebe, es hora de dormir, mañana podemos seguir jugando si quieres.--ella hace un puchero y de pronto toda la diversión se fue, se cruza de brazos y niega con la cabeza.
--No puedo dormir, papá siempre me levanta diciendo que no merezco descansar por dejar sola a Amelia, que tampoco tengo derecho a quedarme con ustedes.--sus ojos estaban aguado de nuevo. No puedo creer que Evan le haya dicho algo así.
Y yo que pensé que todo iba bien.
--Pequeña, si quieres podemos ir y hablar con tu papá, lo que dice no es cierto, tu mereces esto y mucho más, si quieres podemos preguntarle y veras que no es cierto.--dije, dispuesto a arreglar este mal entendido.
--¿Se puede? Siempre que intento hablar con él no puedo, siempre despierto de mi sueño.--dijo con ojitos aguados, un momento....
--¿Como que despiertes mi amor?.
--Si, papá murió y solo cuando estuve aquí el me visitó en mis sueños.--ohhh, habla de su padre biológico.
Ahora entiendo todo. De la que se salvo Evan.
--No mi amor, esas son pesadillas, estoy srguro que tu papá jamás haría algo así, ahora vamos a dormir, si las pesadillas vuelven a aparecer entonces me despiertas ¿si?. Estaré justo a tu lado.--dije acariciando si cachetito.
--Esta bien, gracias D-daddy.--muy tímida dejo un beso en mi mejía y se arrecosto en mi hombro.
Pasee con ella por la habitación unos minutos y después cayó rendida por el sueño, al parecer no sólo estaba imperativa, sino había algo que la molestaba y trató de ignorarlo con él subido de energía.
La acosté a mitad de la cama y me acoso de del otro lado, le hice piojito y cuando confirme que estaba completamente dormida volví a poner un chupete en los labios de ella, cuando lo acepto le pase el peluche y finalmente nos dormimos.
§
Cuando amaneció la pequeña aun seguía dormida, lo más chistoso era que estaba completamente al revés de como durmió, sonreí y me levante, luego me dirijo al baño de mi habitación y me bañe, luego me cambié y después de estar listo levante a Dulce para cambiar su pañal, cambiar su mameluco y después bajar a desayunar.
--Pequeña despierta, te cambiare el pañal y te daré un rico baño, hay que desayunar.--le sobe la espalda mientras lo hacía y la levante con cuidado, habrio sus ojos y se tambaleó para atrás, logré poner una mano en su espalda a tiempo.
--Se mueve todo.--dijo queriendo llorar, al parecer se mareo por haberla levantado.
--Perdón bebé, tendré más cuidado la próxima, ahora vamos a tu habitación y te cambiare.--salimos de ahí y una vez en su habitación le quite el pañal en el cambiador del baño, luego la metí a la tina ya lista y le di un rico baño.
Cuando ya estaba lista la saque con (por ordenes de ella) la toalla de osos, la deje en el cambiador y me dispuse a ponerle su pañal. Luego su ropa.
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Le hice una cola alta pero floja, y le puse el moño en su cabeza, una vez lista la cargue y con ella en brazos bajamos al comedor.
Lo que no espere fue encontrarme a nuestra madre y padre en la sala, al parecer no era el único sorprendido pues Derek y Evan tenían cara de no saber que hacer.
Las cosas no pueden ir peor.
Mabel dice:
¿Será que los abuelos serán buenos con ella o no? Estoy nerviosa, nonquuero que traten mal a mi bebé.
