Capítulo 30

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DULCE

Ya habían pasado unos días después de la visita con mi doctor, mis Daddies han estado muy raros después de eso, y es que si antes no me dejaban sola, menos lo harían hoy.

A pesar de ser muy despistada me di cuenta que cambiaron con el personal de seguridad, habían más hombres y mujeres en el patio trasero y el patio delantero. Claro, dentro de la casa solo se permitían a los de más confianza para mí daddy.

Era de noche y estábamos en el comedor, estábamos cenando y me dieron papilla, era tan deliciosa que siempre lo pedía para cenar, claro no siempre me lo permitían pero de vez en cuando si que me daban ese lujo.

--Muy bien princesa, esta vez te llevaré a dormir yo.--.papá hablo después que todos terminamos de comer.

Me levanto en sus brazos y me acerco a Daddy para despedirme de él. Le di un beso en su cachete y le desee feliz noche, el hizo lo mismo y me despedí de igual manera con mi papi.

Subimos a mi habitación y me cambió el pañal con mi ropa y después de estar cómoda me arropo en mi cuna, una vez lista me besa mi cachete.

--No se si ya lo sabias bebé, pero mañana partiremos a Hawai, donde tus abuelos, nos quedaremos con ellos un día y al siguente será tu fiesta.--y si que lo sabía, solo que trataba de evitar el tema de la multitud, no se que pasaba conmigo que me alegra conocer a otras personas pero el solo pensamiento que habrán muchas hace que mi mente entre en pánico y toda la emoción se esfume para darle paso a él miedo.

>>Tranquila preciosa, no pongas esa cara, todo saldrá bien y veras que tendrás nuevos amigos, también hay muchos familiares nuestros que quieren conocerte.--me tranquiliza, solo asiento, no tenía ánimos de hablar, solo quería sumirme en mis pensamientos.

Nos despedimos con besitos y luego que salga por la puerta no puedo evitar pensar en cómo será todo a partir de mi fiesta, muchas más personas me conocerán y no se como afrontar tanta atención hacia mi.

Con esos pensamientos en mi mente después de largas horas de tortura mental, logré dormir aunque sea unas horas.

§

Unos besos en mis cachetes me despertaron, me removi en mi cuna hasta lograr estirar e por completo, era muy temprano, tenía mucho sueño y no había dormido bien. ¿Porque no me dejaban dormir más?.

--Buenos días dormilona, es hora de levantarse, ya no iremos donde tus abuelos porque hay una tormenta y no queremos que nada se arruine, así que lo haremos aquí el día de mañana.-- dijo papá, no le hice caso, no quería hablar, tampoco quería bajar, solo quería estar un momento a solas.--¿No dirás nada?, vamos bebé pensé que estarías más emocionada.

Me cargo y me recosté en su hombro se dirigió al baño y cuando quizo dejarme en el cambiador me aferre a él, no quería bañarme.

--¿Que pasa pequeña te duele algo?.--negué y quiso volver a hacerlo, tampoco lo deje.--Vamos nena tienes que bañarte, hay que desayunar.

--Sueño.--es lo único que dije, pero no le importó, solo me arrancó de sus brazos y me puso en el cambiador para quitarme la ropa a pesar de mis protestas. Me baño y cambió con un vestido cómodo y unas zapatillas.

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Mi Dulce InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora