DULCE
Ya estábamos en casa y me sentía muy emocionada por ponerle todo a Nube. Le compramos un collar con su nombre, un lugar donde dormir porque a papá no le gusta que duerma conmigo y también un lugar donde puede tomar la siesta y muchos juguetes para que tenga los suyos pero siempre los podemos compartir.
Baje de los brazos de Daddy y con Nube detrás de mi camine rápido al cuarto de juegos.
--Daddy por favor, pon sus juguetes aquí donde están los mios.--le hice ojitos para que no se negara.
--Bien pero tendrán mucho cuidado. ¿Lo prometes?.--me acerco su meñique y los juntamos.
--Lo prometo.
Daddy dejo los juguetes de Nube aquí y cuando estaba apunto de jugar con ella nos cargo a ambas y salimos de ahí.
--No señorita, hay que cambiarnos para la fiesta de esta noche y luego mañana si quieres podemos jugar aquí todo lo que quieras.
--Pero...
--Pero nada, hora de cambiarnos. Verás que no te arrepientes.--me interrumpio llegando a nuestra habitación.
--Pero será muy aburrido, solo habrán señores y no creo que quieran jugar conmigo.--dije con sinceridad.
--Veras que no te aburres, llegará alguien que te agrada mucho y se que con el te podrás entretener para que no tengas que pedirle a los adultos jugar contigo. Además, ni yo ni tus daddies dejarían que juegues con desconocidos.--dejó a Nube en el suelo y entró conmigo al baño.
Se veía bonita, la ropa que le compre es para que no aguante frío en la noche.
--Espero que si sea así, confío en ti.--dije.
Me miró extraño y luego solo sonrió con ternura, me sonroje y encondi mi cabeza en su cuello.
--Gracias por confiar en mi princesa.
Me puso en el cambiador y luego de quitarme todo procedió a bañarme con relajantes masajes en mi cabello.
Ya no sentía pena, confiaba en ellos y sabía que eran buenos. Mis abuelos, tíos y amigos de papá también aunque no les cayera bien a todos.
Cuando terminó me levanto, seco y puso un pañal. Luego procedió a cambiarme con un bonito bestido blanco manga larga y zapatos dorados. Lo elegimos cuando compramos las cosas de Nube y me encantó. Parece de princesa.
--Bien bebé, estas lista. Ahora quedate aquí en los que me alisto.
Asenti y me quede en mi zona de juegos sentada con Nube. La levante con cuidado, papá dijo que no tenía que ser brusca con ella porque siente y que si no quería ser levantada o acariciada que no insistiera.
Espere a que se bajara de mi regazo pero se quedó ahí con su pecho vibrando.
--¿No quieres ir conmigo? Prometo que si nos aburrimos jugaremos las dos sólitas.--dije mientras acariciaba su pelaje blanco como una nube.
ESTÁS LEYENDO
Mi Dulce Infierno
AcakEsta es mi historia... La historia de cuando un ángel me prometió el cielo, aunque no era tan ángel y su cielo era más bien un infierno mejor que el cielo que me prometió. Y no me quejaba, después de un tiempo aprendí a amar ese infierno y me conver...