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Todas las habitaciones estaban sumamente limpias, y sobre todo, muy bien equipadas con todo lo que se pudiera necesitar. Había botellas de todos los licores, juguetes sexuales, y un montón de preservativos.

Huaisang me había explicado todo y enseñado las habitaciones, pero era muy diferente estar en una con un hombre que quería sexo.

Ambos nos quedamos en silencio en cuanto entramos, me sentí nervioso y mis manos comenzaron a sudar. Suspire, tratando de calmarme

Xichen camino, mirando la habitación. Cómo me había dicho Huaisang, empecé a quitarme la ropa, pero me detuve cuando el me miró

–Disculpa, no tengo intenciones de tener sexo contigo– Hablo de pronto, sentándose en la cama, interrumpiendo mis movimientos– Mi amigo cree que debo hacerlo, perdí una apuesta con el y por eso acepte venir a este lugar. Lo siento mucho

Eso me irrito un poco, acabábamos de entrar a la habitación y ya estaba rechazandome, además había dicho que fue una apuesta. Me hizo sentirme bastante patetico por haberme ofrecido con tanta emoción.

Deje caer mis brazos, cruzandolos frente a mi, tratando de lucir enojado

–¿Y por qué no te negaste?– Dije sonando molesto– Estás haciendo que pierda mi tiempo y clientes. Debiste decirlo antes

–Lo siento, pero te pagaré lo que usualmente cobras– Dijo sacando varios billetes, lucía bastante apenado– No quise molestarte

–Olvidalo, al menos quedemonis aquí y finge que lo hicmos. Así dejarán de molestarte– A pesar de que me había molestado, no iba a obligarlo

Solo me hacía sentir un poco mal que el único hombre en el que había mostrado un poco de interés, no quería tener sexo.

Nos quedamos en silencio, me senté a su lado en la cama y serví un poco de whisky en dos vasos, ofreciéndole uno.

–Lo siento, no bebo– Se disculpo, haciendo que pusiera lo ojos en blanco

–Ahora entiendo a tu amigo– Dije con media sonrisa– Tienes que disfrutar un poco más

–Mingjue dice lo mismo, pero no estoy interesado.– Se encogió de hombros, sonriendo

–¿Y entonces?, ¿Planeas seguír así para siempre?

–Tal vez, ¿Acaso te molesta?

–¿Por qué te importaría la opinión de un desconocido?

El solo río por mi pregunta, mientras yo volvía a beber. Había sido un fracaso total, de verdad iba a rendirme con esto de la prostitución, no era para mí.

Me puse de pie y camine un poco por la habitación, distrayendome con las cosas que había alrededor mientras dejaba que el tiempo pasará. Aunque se estaba haciendo bastante eterno.

–¿Cuántos años tienes?– Pregunto, haciendo que dejara caer un consolador

–Lo siento– Dije sonrojandome y dejándolo en su lugar– Tengo 24 años, ¿Y tú?

–Tengo 36

–¿Y sigues siendo virgen?– Pregunté levantando la voz, sorprendido– Creí que sería más joven... ¿De verdad no quieres tener sexo?

–No yo... Estoy bien– Se avergonzó, y me sentí culpable por mis palabras

Había sonando bastante mal

–Lo siento– Me disculpe en voz baja

–No te preocupes– De nuevo sonrió, haciendo que mi pecho se calentará– ¿Hace mucho que haces esto?

Una Noche Donde viven las historias. Descúbrelo ahora