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No cerraba

El maldito traje no cerraba

Había pasado un mes desde la limpieza del bar, todo se había vuelto bastante tranquilo desde ese día. Incluso JingYi había estado bastante calmado, al contrario de Xichen que se la paso con su tío, arreglando todos los negocios.

Al final, la empresa Jin se fue a la quiebra, vendió todos sus activos y por alguna razón, no se volvió a saber de Jin GuangYao. Era como si hubiera desaparecido, y aunque me alegraba, todavía me preocupaba un poco.

Debido a eso, Xichen había estado algo decaído los últimos días, aunque conmigo era atento y me cuidaba. Cualquier cosa que necesitara, el estaba ahí para conseguirlo, aunque claro, lo que más quería era tenerlo conmigo.

Gracias a eso, mi mente había estado bastante ocupada, pensando en alguna forma de subirle el ánimo. El viejo traje morado aún servía, y mi intención era usarlo esa noche... Pero no cerraba.

Había entrado bastante bien, pero el cierre del lado derecho no terminaba de subir. Era obvio, cuando mi estómago de 5 meses ya se notaba bastante pero, por alguna razón, me enoje. Y después comencé a llorar, dándome cuenta de lo horrible que debía verse mi cuerpo. No era sexy, a Xichen no iba a gustarle para nada.

Parecía una vaca enorme

–¡Maldita sea!– Dije mientras lloraba en el suelo de nuestro armario– ¡Me veo tan horrible! ¿Cómo pude pensar en esto?

Mis lágrimas bañaron mi rostro, mientras veía el horrible cierre sin subir. Intente hacerlo, pero mi estómago comenzaba a apretarse y no quería lastimar al bebé.

–Te odio, maldito vestido– Seguí llorando, mientras limpiaba mis mejillas con fuerza

–A-Cheng, ¿Qué haces en el armario?– Fue Xichen quién me habló

Había regresado, y en lugar de verme de forma sexy, me veía con un rostro sonriente. Eso solo me hizo sentir peor

–¡Todo es tu culpa!– Grite mientras le tiraba un par de zapatos– ¡Por tu culpa mi ropa ya no me queda y debo usar la tuya!

–¿Qué? ¿Cariño?– No entendía nada, pero eso no me importó en absoluto

Solo necesitaba golpearlo

–¡Estúpido Xichen!

Con cuidado, Xichen entro al armario. Cubrí mi rostro mientras seguía llorando, no quería que me viera. Debía verme asqueroso

–¿Por qué tienes puesto ese traje?– Pregunto sentándose a mi lado

–¡Porque era para ti! Quería que me vieras con deseo... ¡Pero me veo horrible! Estoy gordo y lleno de estrías– Sin poder evitarlo, deje caer un golpe en su pierna– ¡Es por tu culpa!

Debía verme realmente patético, con las medias, los tacones y el vestido a medio cerrar. Incluso había peinado mi cabello en una cola alta ahora que lo tenía más largo, pero nada servía si me veía como una vaca

–A-Cheng, eso no es verdad– Comenzó a decir Xichen– Te ves tan hermoso con tú vientre así

–¡Pero no es sexy!– Llore de nuevo

–¿Cómo no vas a serlo?– Dijo tomando mi cuerpo entre sus brazos, hasta moverme y quedar sobre sus piernas– Eres el ser más sexy que conozco, de verdad A-Cheng. Quisiera que siempre estuvieras embarazado

–Estas mintiendo– Dije, aunque el alivio comenzó a llenar mi pecho

–Claro que no, ¿Cómo podrías verte feo? Jamás te mentiría cariño– Las manos de Xichen se movieron, llegando a mis pechos– Tus pezones siempre están hinchados, parecen pequeñas cerezas

Una Noche Donde viven las historias. Descúbrelo ahora