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El agua caliente hacía que mi cuerpo se sintiera mucho más caliente de lo que ya estaba. Las gotas que resbalaban por mi cuerpo se habian confundido entre el agua y el sudor. Mi respiración se agito una vez más cuando Xichen mordió de nuevo, provocando que tirará de su cabello

Mis manos delineaban cada músculo de su espalda, cada movimiento provocaba que el agua se desbordara de la tina, no había espacio suficiente para separarnos.

–Xichen...– Su nombre había salido de mis labios por tercera vez

Lleve mi mano hasta su mandíbula, alejándolo de mi pezón. Su boca escurría con saliva, con las pupilas dilatadas por la excitación. Lamí sus labios para recogerla, empezando un beso lleno de sonidos lascivos y húmedos. Comencé a chupar su lengua, sintiendo su enorme erección contra mis nalgas

–¿Quieres meterlo?– Pregunté con un susurro, las manos de Xichen sostenían mi trasero, ansioso por meterlo

–Si... Quiero sentirte...– Respondió con voz suplicante

Lo había tenido a mi merced por varios minutos, dejándolo probar un poco para después quitárselo. El sentimiento de querer dominarlo hacía mi estómago cosquillear, nunca me había sentido de esa forma.

Sabía que Xichen perdía el control conmigo, pero saber que yo podía hacer lo que quisiera con el era demasiado excitante. Al menos en esta ocasión, quería disfrutarlo plenamente

–Dimelo Xichen, dime lo que quieres hacer– Pedí, comenzando a lamer su cuello– Xichen...

–A-Cheng... Déjame meterlo...– Volvió a pedir, moviendo su pelvis contra mi

Quería burlarme de el, hacerlo suplicar. Con un suave movimiento deslice su pene entre mis nalgas, presionando mi entrada, y luego alejándome de nuevo. Xichen era demasiado cuidadoso, por eso no se atrevía a meterlo. Yo solo quería llevarlo al límite.

Era contradictorio, mis ganas de someterlo a mis deseos y al mismo tiempo, que me tomara con fuerza, que hiciera lo que quisiera. Cómo la primera vez que lo hicimos.

–Quiero meterlo profundo– Dijo entonces, ignorando la vergüenza que sentía– Quiero... Sentir tus paredes apretarme... La forma en que te sientes tan caliente por dentro...

–Xichen...– Baje mi mano para sostener su pene, comenzando a masturbarlo contra mi entrada– Que más...

–Cada vez... Que golpeó dentro...– Soltó un jadeo lleno de placer, cerro los ojos mientras trataba de seguir hablando– A-Cheng... Por favor...

Pero no quería, verlo desesperado solo provocaba que mi propio pene temblará. Continúe con el vaivén en mis caderas, Xichen continuaba gimiendo, gruño con fuerza cuando de nuevo me burle de el, metiendo solo la punta y luego sacándola.

–Xichen...– Llene mi voz de un tono suplicante, haciéndolo lo más sensual que mis cuerdas vocales me lo permitían– Lan Xichen...

Sus dedos se clavaron en mis caderas, el dolor me hizo gritar un poco pero había logrado lo que quería. Antes de poder sonreír, mi cuerpo había sido empujado y con fuerza me penetro, logrando que gritara. Mi cuerpo quedó medio levantado gracias a los brazos de Xichen, que me envolvía con su cuerpo, mientras su pene se empujaba una y otra vez dentro.

Levanté las piernas, tratando de abrirlas tanto como el pequeño espacio lo permitía. El agua se desbordó, mientras los frenéticos movimientos de Xichen me empujaban hacia arriba y hacia abajo, golpe tras golpe. Me vine sin querer, pero nada detuvo a Xichen, que solo entraba y salía, sin descanso.

El baño resosno con el golpeteo, con mi voz pidiendo más, llorando y suplicándole que no se detuviera. La profunda voz de Xichen jadeando y gruñendo me hacía excitarme más, y mi pene de nuevo se endureció.

Una Noche Donde viven las historias. Descúbrelo ahora