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Mientras más cerca estaba el nacimiento, más doloroso se volvía todo.

Mis piernas se hinchaban de forma horrible, así que permanecía sentado mucho tiempo. El problema es que estar en esa posición hacía que mis caderas y espalda comenzarán a doler.

Si permanecía mucho tiempo acostado, el bebé se ponía inquieto y no dejaba de moverse. Sentía mi interior apretarse con cada movimiento que hacía y la mayoría del tiempo debía correr al baño antes de hacerlo en la cama.

Todavía me sentía con sueño todo el día, pero gracias a todos esos malestares el dormir se había vuelto bastante incómodo. No había una posición correcta para hacerlo, ni si quiera la maldita almohada de maternidad que me regaló Yanli funcionó. Termino en el cuarto de JingYi como un peluche de dormir.

Muchas veces Xichen se quedaba despierto conmigo mientras yo me quejaba de dolor. Permanecía a mi lado a pesar de estar a punto de dormirse.

Hasta que una noche, se sentó en la cama conmigo entre sus piernas. Acaricio mi vientre con cuidado hasta que mi cuerpo se relajo y me quedé dormido sobre el. Fue la única posición que no hizo que me doliera, aunque Xichen tuvo que aguantar mi peso sobre el suyo toda la noche.

Cuando desperté, sentí que fue la mejor noche de sueño mientras Xichen seguía abrazado a mi. Aunque el que terminó con dolor de espalda ese día fue el.

A partir de ese momento, el busco llenar de almohadas la cabecera de la cama para que estuviera cómodo, mientras yo dormía contra su pecho. No era recomendable, pero fue la única solución para nosotros.

El siguiente mes, comencé a sentir algunos tirones en el vientre. Cuando pregunté al doctor me dijo que eran pequeñas contracciones, que cada vez que cambiaba de posición dejaban de doler. Era mi cuerpo preparándose para el parto

Me sentía bastante estúpido preguntando por estás cosas, cuando se suponía que ya había pasado por un embarazo. El doctor me explicó que muchas de estas cosas eran imposibles de reconocer en el primer embarazo y que solo ahora me estuviera dando cuenta era normal, sobre todo si se toma en cuenta que el primer embarazo estuvo lleno de estrés y ansiedad.

Ahora era tan diferente, incluso los movimientos del bebé. Mayormente eran dolorosos, sentía que era alien a punto de salir de mi estómago para asesinar a todos. Pero esos movimientos bruscos desaparecían en cuando escuchaba la voz de Xichen.

Era como si estuviera esperando por el todo el día, igual a lo que hacía yo.

Una tarde, cuando solo faltaba una semana para cumplir los 8 meses, JingYi estaba haciendo su tarea conmigo. Estábamos en el jardín, más exactamente en el cenador que según JingYi, comenzó a usarse gracias a mi.

Recordaba que antes, sentía que el jardín era un buen lugar para refugiarme. Me recostaba en medio de las plantas, con Wei Ying a mi lado. Gracias al embarazo no podía hacerlo pero al menos disfrutaba de sentarme con JingYi, mientras le ayudaba con su tarea. A veces comíamos aquí juntos, mientras los demás estaban ocupados trabajando.

–Señor Jiang Cheng– Me hablo entonces uno de los pocos ayudantes de la casa– El señor Lan...– Lo vi pensar un momento, y quise reírme un poco de el, habían tres hombres Lan– El señor Lan Xichen, acaba de llamar. Dijo que hoy llegaría tarde y que no lo esperara para cenar

–¿Por qué no me llamo directamente?– Pregunté a punto de sacar de teléfono, pero recordé que lo había dejado dentro

–El señor dijo que trato de contactarse con usted pero no respondió, por eso llamo a la casa

–Esta bien, gracias por avisarme

El hombre se retiró mientras JingYi me miraba con una sonrisa.

–No te preocupes mamá, estoy seguro que el vendra temprano. Ya sabes que papá no puede vivir sin ti– Y comenzo a reír, burlándose de Xichen y de mi

Una Noche Donde viven las historias. Descúbrelo ahora