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~Especial~

Advertencia de contenido sensible:
Este capítulo es más largo de lo normal, la idea fue tratar de relatar un poco de la vida cotidiana de los hermanos Nie, así que sean consientes de que habrá mucho incesto aquí

Por favor, tengan cuidado al leerlo ❤️

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Huaisang estaba aburrido, estar solo en su gran mansión no era divertido. Molestar a los empleados ya era demasiado repetitivo, y su hermano lo había regañado por hacerlo, cómo si aún fuera un chico de 17 años. No lo era, era un adulto de 37 años, ¿Por qué debía tratarlo como a un niño?

Pero entonces recordó que le encantaba que lo tratara de esa forma.

Soltó un suspiro, mientras salía de su habitación. Su hermano volvería tarde, razón suficiente para estar de mal humor y ni si quiera podía ir a ver a sus amigos. Wei Ying estaba demasiado ocupado con su familia y Jiang Cheng con su embarazo

¿Por qué les gustaban tanto los niños? Eran ruidosos y además tenían que cuidarlos demasiado, solo quitaban el tiempo. Agradeció que el no pudiera tener hijos, odiaba la idea de que alguien más le quitará su preciado tiempo con su querido Mingjue, su amado hermano.

Recorrio los pasillos de la casa, topandose con algún que otro empleado pero ignorandolos. Camino hasta la cocina dónde reviso y encontró algunos dulces y botanas para comer pero a pesar de eso no dejaba de estar aburrido. Ni si quiera cuando se puso a ver videos de el teniendo sexo con su hermano, aunque le encantaban, no logro quitar su aburrimiento

Se dejó caer en el suelo de la sala, mirando el techo. Se había rendido en tratar de distraerse, pero entonces lo vio. La caja que se habían quedado después de limpiar el antiguo prostíbulo.

Huaisang sonrió, levantándose de inmediato. Tomo la caja y corrió hasta la habitación que compartía con su hermano, dejando caer el contenido en la cama. Los empaques estaban intactos pero no se veían tan bien.

Abrió uno, incluso busco baterías para ponerles pero no funcionaron. Estuvo casi una hora probando todos y cada uno pero la mayoría dejo de funcionar y los otros eran demasiado feos para su gusto. Volvió a suspirar, ahora estaba aburrido de nuevo, así que comenzó a distraerse con la ropa.

Los trajes que usaba nunca fueron demasiado reveladores, incluso eran recatados pero siempre fue un punto a su favor. La forma en que miraba a los hombres a través de aquel abanico, los invitaba a descubrir lo que había debajo de las telas que lo envolvían. Sus ojos siempre fueron su mejor atractivo.

Miro las prendas, aún estaban bien conservadas.

Con una pequeña risa, salió de su habitación con prisa y ordenó que lavaran aquellos trajes, está vez si que se divertiría.

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Mingjue estaba cansado, había trabajado durante horas sin detenerse, pero al menos habían llegado a un acuerdo. Ser abogado no era nada fácil, pero seguía siendo su trabajo favorito.

Excepto en momentos como ese, dónde no podía ni si quiera ver la linda sonrisa de su hermanito.

Ya era tarde, la casa estaba en silencio y sin pensarlo mucho subió a la habitación que compartía con Huaisang, pero a pesar del cansancio, en el momento que vio el pasillo de la habitación supo que algo no estaba bien. Había una luz roja remplazando la lámpara.

Una Noche Donde viven las historias. Descúbrelo ahora